Capítulo 43.

137 8 4
                                    

Después de 20 euros que llevaba en taxi, bajé mis maletas y entré al portal, suspiro largo. No sé como sería la vuelta a casa. Cogí el ascensor y pulsé la planta 8. No quería tocar mis uñas pero era imposible en ese momento.

Me puse frente a la puerta y llamé. A los pocos minutos mi padre abrió la puerta. Le sonreí sin apenas mostrarle los dientes, para qué mentir, le echaba de menos.

- ¡Alex! - mi padre y yo teníamos bastante confianza como para que me llamase igual que mis amigos. En ese momento vino y el abrazo fue recíproco. - Cuanto te he echado de menos...

- Y yo papá, y yo. - apreté un poco.

- Anda pasa, te ayudo con las maletas. - cogió un par de ellas que llevaba y pasamos dentro.

- Como puedo imaginar ella no está, ¿verdad?

- Te refieres a tu madre, ¿no? - asentí - Vendrá sobre las seis y media, ya sabes que trabaja.

- Y supongo que no querrá ni verme.

- Tampoco eso... - me tiré al sofá como en casa, por fin.

- Se lo pienso explicar todo... Pero, quiero a Bea y sus padres delante.

- ¿Estás segura?

- ¿Perdona? - le miré levantando una ceja.

- No no, como quieras, tienes que arreglarlo.

Al cabo de un rato largo paseando por la casa y después de llevar las maletas a mi habitación y estar colocando ropa, mi padre tocó a la puerta. Pasó.

- ¿Te ayudo?

- No importa, he hecho y deshecho esto yo sola mas veces... - reimos.

- Bueno y... ¿como te lo has pasado?

- Pues papá, sinceramente el mejor viaje de mi vida por mucho que haya pasado.

Le conté todo, o bueno, casi todo, algunas cosas las aclararía después con todos delante. Desde que aterrizamos, pasando por Nash, Cam, Matt, mis niños por así decirlo, pasando por Bea, pasando por todos los sitios que he conocido, la familia de Nash, y la despedida.

- Papá hay algo mas... - bajé mis brazos cortando la acción de doblar una camiseta y los posé en mis piernas ya que estaba sentada en el suelo.

- Nash, el chico con el que he estado... - me tomé unos segundos para coger aire y le conté lo de aquella noche - Y ahora está en coma papá... por mi culpa. - Sin poderme contener las lágrimas me autoculpaba tanto mentalmente como literalmente. Mi padre me abrazó y negaba. Pero yo sabía que sí. - Y me he tenido que venir, dejándolo allí rodeado de personas increíbles pero, ¡le echo tanto de menos! - Mi padre no sabía que hacer, realmente no podía hacer nada. Miré hacia arriba y encima de mi maleta vi el sobre de Cameron. Alzé la mano para dárselo. - ¿Podrías leermelo? - él asintió.

- "Creo que ya estás en casa. Creo que ya has llegado a donde realmente perteneces, dejando un trozo aquí. Un trozo bastante grande.. Espero que no haya sido duro con tus padres, con Bea... de verdad siento tanto que fuese mi culpa todo lo que te ha pasado...
Por una parte o otra pienso, o pensamos, que no te has podido ir así por así, no nos has dejado aquí porque sí, así que creo que lo mejor es que vuelvas, ¿y si miras dentro del sobre?". - mi padre hizo un stop para que yo mirase, de dentro saqué un billete de avión. Mi mano fue a mi boca y mis ojos se abrieron inmediatamente.

- "No tan rápido, atenta a esto.
Te he dado de margen cuatro días para volver a abrazarte, o más bien, para que vuelvas a abrazarle.... ¿No me entiendes? Quizá no has notado mi mínima felicidad al volver de recogerte el billete. ¿El baño? ¡Que baño! Alex, Nash está despierto. Nash está bien dentro de lo grave. Nash preguntó por ti minutos después de despertarse.
No me mates por no decírtelo, no podía hacer que lo de tu familia fuese a más, arréglalo y vuelve unos días más aquí, que todo puede llegar a ser. Estoy seguro que quiere volver a verte.
Te quiero fea, Cameron." - mi padre alzó la mirada con una sonrisa. Yo no podía parar de pisotear mi ropa, gritar, llorar y expresar mi felicidad con el billete en la mano. Mi padre acabó riendo y yo le abracé.

Esa sensación de saber que se te acabó la culpa, que está bien, que va a volver a ser Nash, mi bebé, aunque relativamente sea más alto que yo, siempre lo será. Y algunos no entenderán esto, pero dos meses viviendo con alguien dan para mucho más que dos meses normales en la vida normal. Miré el billete.

- Vuelvo el Jueves papá, ¡EL JUEVEEEEEEEEEEEES! - dije por toda la casa y él rió - ¿Me dejas tú móvil? - mi padre tenía llamadas internacionales, cosa que yo debería ahora, así que me lo dejó y llamé a Cameron.

//
- Yop.
- TE MATOOOOOOOOOOOOOOOOOO.
- ¿Alex?
- ¿COMO ME HAS PODIDO HACER ESTO? ¿DONDE ESTÁ NASH? ¿DONDE ESTÁS TÚ?
- ¡Alex! - rió - Lo has leído, ¿cierto?
- ¡SIIIIII!
- Primero, es un regalo de todos, bueno todos, sabes quien no... Y estoy fuera ahora, esta noche me quedo yo.
- ¿EN SERIO?
- Si pero, lo siento no creo que pueda hablar mucho.
- ¿Está bien..? - se me bajó el subidón.
- Si si, ya puede comer bien y todo, sólo que le hemos dicho que te has ido.
- ¿Y bien?
- No le ha sentado muy bien que digamos, ¿sabes? Teníamos miedo a que se despertase sin memoria, nos dijeron que era probable y nos asustamos un montón, después preguntó por ti y se nos pasó. - me salió una risa tonta - El caso es que se lo dijo Elizabeth, esta noche le explico todo, quiero que lo entienda.
- Por favor... ¿sabrías hacerlo?
- Obvio, he estado contigo 72 horas antes de irte... - reí - ¿Y tú?
- Pues son las 7 am aquí, solo esta mi padre que ha sido quien me ha leído tu carta, con él todo bien.
- ¿Y tu madre?
- Trabajando. Esta tarde hablo con todos, incluída a la que te tirabas que se supone que era yo.
- Es gracioso porque ni te toqué.
- Puto mentiroso... - reímos - Bueno Cameron, este es el móvil de mi padre de todas formas, háblame cuando le cuentes todo, puedo hacer facetime si quieres... Te cuento mas tarde.
- Perfecto, y explica las cosas como son no tendrás problema.
- ¡Seguro! Mil gracias... no sé como agradecertelo.
- ¡Viniendo! Suerte guapa.
- Te quiero en serio, gracias.
- A ti... ¡adios fea!

//

No sabría decir la felicidad que recorría mi cuerpo ahora mismo. Era tal que no tenía palabras.

- Bueno ya puedes ir haciéndola de nuevo...

- No creo que me lleve tantas, me llevo un par de ellas, no voy a estar mucho tiempo.

- Ah bueno como quieras.

- Papá, gracias por creer en mi desde el minuto cero.

- No hija... sabes que delante de tu madre tengo que hacer el papel, es muy dramática, pero te creo a ti.

- Gracias... - sonreí - esta tarde lo pienso dejar todo claro. Muy claro. ¿Te encargas tú de llamar a los vecinos? Porque para mi no son amigos ya. - él asintió.

Terminé de colocar todo en mi armario y fui a lavar cosas que quería llevarme de vuelta, a eso de las 12 terminé y decidí echarme hasta la hora de comer a descansar un poco ya que después a la tarde sobre las 7 les tendré a todos en casa y, no me pienso cortar nada.

Extraños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora