Familia en el mundo de piedra

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-Entonces... ¿ya puedo tomarles una foto a los tres juntos?- luego de que Senku terminara de examinar a Kohaku y diera muchas explicaciones que ella no entendió del todo, Minami habló alzando su cámara. –O cuando termines de darle del pecho, claro.-

-Está bien por mí.- Kohaku sonrió levemente mirando a su hija en sus brazos succionando felizmente de su seno. –Tienes mucha hambre ¿eh?- preguntó dulcemente.

-Bueno, eso sería porque un recién nacido no debería pasar más de un par de horas sin ser alimentado después de despertarse. Asegúrate de dejar que vacíe todo el calostro de tu pecho antes de darle el otro.- murmuró Senku en medio de un bostezo.

-¿Calos qué cosa?-

-Calostro. Lo que la mocosa está tomando no es exactamente leche materna, sino un líquido seroso y amarillento compuesto por inmunoglobulinas, agua, proteínas y básicamente todo lo que necesita. No producirás la leche materna definitiva hasta el segundo o tercer día.- se rascó la oreja con indiferencia. –De todas formas debes mantenerte bien alimentada, ya le pedí a Francois que prepare un buen platillo para ti. Comerás cuando la mocosa se duerma.-

-Hmm, la verdad es que tengo mucha hambre.- se sentía increíblemente agotada y débil como nunca antes.

-Perdiste una buena cantidad de sangre, será una dieta estricta en hierro y reposo absoluto para ti durante lo que queda del mes.-

-Oh, y es segundo de abril.- murmuró Gen con una sonrisa. –Eso quiere decir que la pequeña Tsukiku nació el primero de abril, el mismo día que tú te despetrificaste, Senku-chan. Qué coincidencia.-

-Tendremos dos cosas que celebrar en esta fecha.- murmuró Yuzuriha, que llegó no hace mucho con ropa nueva para ella y la bebita.

-¿Ya puedo tomar la foto?- insistió Minami, impaciente.

-En realidad no sé si eso sea buena idea.- murmuró Ruri preocupada. –Kohaku sigue con manchas de sangre en su ropa, tal vez sería mejor esperar a que se cambie ¿no?-

-La verdad necesitó darle un baño de esponja, así que apenas la mocosa se duerma todos tendrán que salir de aquí. Ya envíe a Taiju a conseguir agua caliente para ello.-

-¡¿Eh?!- todos se crisparon y Kohaku jadeó ruidosamente al escucharlo, arrepintiéndose cuando su pequeña gimoteó asustada. –Ay, no, lo siento, lo siento.- la arrulló y afortunadamente ella se calmó casi al instante. Una vez segura de que su bebita estaba tranquila, miró mal a Senku. -¿Cómo que tú me darás un baño? Puedo bañarme yo misma.- alzó la barbilla.

-¿Ah, sí? Intenta levantar una pierna.- confundida por esa petición, quiso levantar ambas piernas, sorprendiéndose al darse cuenta de que sentía estas increíblemente pesadas y apenas podía moverlas. –Sé que eres una leona y todo, pero perdiste mucha sangre y ya es sorprendente que estés consciente tan pronto, moverte lo suficiente para ser capaz de darte un baño solo podría provocar que te perjudiques a ti misma.- se cruzó de brazos.

-P-pero...- se sonrojó, queriendo protestar aunque entendía su punto.

-B-bueno, son marido y mujer, así que realmente no hay nada de malo.- murmuró Ruri para suavizar un poco la incomodidad que todos sentían.

-Oww, eso significa que la foto tendrá que esperar todavía más.- Minami hizo un puchero.

Tsukiku se durmió poco después de que Taiju trajera el agua caliente para su baño, y después de poner a la bebita en su cesto Senku los echó a todos y cerró la puerta. Kohaku podía sentir su rostro ardiendo ante lo que sabía que estaba a punto de pasar.

-Oh, vamos, leona, no es como si fuera la primera vez que te veo desnuda.- señaló él secamente mientras preparaba todo.

-¡Es diferente! ¡Estábamos borrachos y ni siquiera lo recordamos!- gritó en un susurro, sin querer despertar a la pequeña durmiendo.

Baby StoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora