#7 Muerto por tú culpa

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Un pequeño escalofrío le recorrió en el momento en que su mirada vio su antiguo hogar, en como la pintura continuaba tan fuerte y viva como el día en que se marcho, en como todo parecía exactamente igual. Su mano se poso sobre la llave que colgaba de su cuello, intentando no querer huir de aquello, de lo inevitable, acercándose para detenerse frente a esta. 

—Hogar dulce hogar... — se susurro a si misma intentando ganar valor para no huir de ella —.

Dio unos cuantos pasos, deteniéndose cuando el escalón bajo su pie rechino, rememorando que dicho escalón era removible, pensó por un momento, mirando hacia todas partes en caso de que alguien la estuviese vigilando, cuando no era así se acuclillo removiendo la tabla lo suficiente para poder quitar lo que yacía bajo este.

Retirando dicho papel guardado en un plástico sellado para que evitara suciedad, humedad o cualquier tipo de cosa que lo arruinase. 

Aquella vieja pagina de su anuario, sonriendo ante este mientras lo quitaba, con una sonrisa adornando sus facciones al desdoblarlo leyendo los nombres de sus amigos escritos en este, sus dedos trazando sobre el nombre de Richie Tozier, con aquella letra, con aquel mensaje en que desde el principio solo la hizo reír. 

"Richie Tozier: Tu futuro novio, esposo y padre de tus hijos."

Era curioso como en un momento de su vida solo tenía trece años, entonces... el tiempo voló para traerlos a todos ellos de vuelta en Derry para revivir todos sus miedos de nuevo, esperando poder tener la misma valentía que tuvo cuando decidió ir a rescatar a Beverly por su cuenta, ya no sabia que iba a pasar.

Ya no sabia si... podía no tener miedo. 

Aún observando el papel noto movimiento delante de ella, una sombra que llamo su atención elevando la vista cuando notaba que la puerta se cerraba, en como tras la ventanilla creyó ver la silueta de Stanley Uris. 

—¿Stan? 

Al llamarlo pareció escuchar, en como la cortina se movía, guardando el papel en su bolsillo, se dispuso a ponerse de pie, subiendo por cada uno de los escalones, su mano tocando la manilla de la puerta para girarla sin ni un problema, poniendo un pie dentro de su antiguo hogar, cerrando la puerta tras de ella. 

—¿Stan, eres tú? 

—(t/n)... 

Esa era definitivamente la voz de Stan, era muy conocida para ella, su voz le daba esperanzas a que continuase con vida, a que todo lo que vio fuese una vil mentira creada por su cerebro, una mentira, quería aferrarse con todas sus fuerzas al pensamiento de que estaba vivo. Miro hacia el lado izquierdo que daba al salón, escuchando como la televisión estaba encendida en un posible canal de animales, más que nada, uno del cual estaba hablando de aves, y con lentitud se adentro al salón. 

Stan estaba sentado en el sillón que su padre solía utilizar, deteniéndose cuando noto las palabras escritas con sangre que resbalaban hasta caer al suelo, palabras que se repetían una y otra vez.

Stanley Uris: Muerto por tú culpa. 

—¿Por qué nunca me lo contaste? — él pregunto, y ella tembló de miedo —.

—¿Qué cosa... Stan? — su voz salió temblorosa, sus manos sudando —.

—Que me podías salvar, que habías visto mi muerte... lo sabias, pero en cambio, me dejaste morir, querías que muriera. 

—No... yo no quería... 

—Mentira, ¡Tú querías que muriera, he muerto por tú culpa, y nunca te voy a perdonar eso! 

Las lagrimas saladas se deslizaron, no importaba cuanto llorase, parecía no tener un fin a los sentimientos culpables o depresivos, no podía detener su llanto, no dejaba de temblar, y sus piernas no querían obedecerle para abandonar el hogar.

—Tú no eres Stan... él nunca, él no diría eso... no eres real. 

Sus ojos (c/o) miraron hacia uno de los muebles más cercanos, a una de las lamparas, respirando con dificultad cuando vio su figura levantarse con cuidado, mirándola a ella y nada más, si no conociera los trucos de eso... hubiese caído en el truco.

—¿No soy real para ti (t/n)?

—No...

—¿No soy real? Porque... me veo tan real como tu te vez. 

—Solo te estas metiendo conmigo, porque... Stan ya no esta... 

—Real o no... no tengo que ponerte ni un solo dedo para saber que te estas destruyendo sola, en como... te estas culpando, en como crees que esto ha sido tu culpa. No tengo que hacerte nada para que sepa que te estas matando, ¿o no es así (t/n)?

Real o no... ella lloraba porque sus palabras si eran la realidad. 

—¿Por qué decidiste hacerlo? 

—Te puse a prueba, si eras una buena amiga me hubieras salvado. ¿Pero te importe? No, ni Patty te importo, siempre eres solo tú la que importa, el resto te importa una mierda, por eso... ahora vas a sentir exactamente lo mismo que sentí yo durante toda mi vida.

—¿Qué cosa..? 

—Vivir con la angustia, con el miedo... con la perdida. 

Antes de que pudiese contestar sintió una punzada de dolor en su muñeca izquierda, en donde se encontraban sus venas, el objeto cortante cayendo al suelo de golpe en como comenzaba a sangrar... pero, sorprendentemente antes de que su otra muñeca pudiese ser cortada sintió un fuerte golpe en su cabeza que la obligo a caer al suelo dolorosamente, sintiendo la sangre desde su frente. 

Stan había desaparecido, él ni siquiera la había tocado como le dijo. 

Unas manos con uñas destrozadas, recogiendo su cabello (c/c) obligándola a mirar hacia arriba, encontrándose con el horror de lo que estaba viendo era tan real como el dolor que sentía, el horror verdadero cuando sus ojos se encontraron con los de ella. 

—Mamá...

Casi irreconocible, cabello enmarañado, vestimentas desaliñadas, intuía había escapado hace un tiempo en donde la mantenían, una apariencia vieja y demacrada. El fuerte dolor en su cabeza la obligo a que cayese dentro de la inconciencia, abriéndolos de vez en cuando, siendo arrastrada escaleras arriba dolorosamente por el cabello.

Y sus ojos se cerraron con el pensamiento de que ahí estaba una vez más, en su antiguo hogar, con la sorpresa de que su madre estaba viva y dispuesta para terminar lo que una vez no pudo dar por terminado: Matarla. 

Memories Of... Us {RichieTozier & Lectora} #2 FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora