El asesinato de Constanza © (#1 Mystères Infinis)

Capítulo VII

NARRA MAGGIE.

-Adiós Robinson, hablamos luego -Colgué el teléfono, estaba con Estelle en mi departamento, ella se encontraba recostada en el sillón.

Habían pasado dos semanas desde que vivía con Estelle.

-¿Sabes algo de John? -Me preguntó nerviosa, muy nerviosa. Negué con la cabeza -¿Y sabes en dónde está? -Volví a negar.

-¿Qué ocurre Estelle? -Pregunté.

-Estoy preocupada.

-¿De qué?

-De mi hijo.

En esta semama que convivimos en el mismo "Hogar", me había hablado mucho de su hijo, por lo cual le había tomado cariño al chico.

-¿Qué ocurre con él?

-Tengo miedo de que John lo encuentre

Analicé un poco la situacion y traté de ponerme en su lugar, John siempre a sido un chico muy alterado, la había secuestrado y luego se enteró que se había escapado. Alexander se encontraba en una situación muy vulnerable. No lo pensé dos veces y dije:

-Te propongo una cosa, compro ahora los boletos por Internet hacía París y ambas nos vamos a ver a tu hijo lo antes posible, tengo muchas ganas de conocer a Alexander.

-¿Estás segura? -Su rostro se llenó de emoción.

-Claro. Es más, si quieres puede venirse a vivir aquí.

-Y Joh...

-Shh... -Interrumpí -Él no es tan idiota, como para venir a preguntarme por una chica que había secuestrado en el sótano -Ambas reímos.

-Muchas gracias Maggie -Me dió un gran abrazo.

***

-¡Más rápido Estelle! Ya llegó Robinson, él nos llevará al aeropuerto.

-¡Enseguida! -Gritó a todo pulmón.

***

El viaje fue largo y silencioso.

Me dediqué a pensar en mi querida hermana.

-¿Qué son tú y "Robinson"? -Preguntó sacándome de mis pensamientos.

-¿Robin? -Asintió levemente -Él es mi novio y llevamos 4 meses juntos.

-Es un buen chico.

-Sí -Asentí -¿Estás nerviosa? -Pregunté cambiando de tema.

-Creo que ansiosa, muy ansiosa..

-¿Dónde está "nuestro" padre? - -Pregunté haciendo comillas con los dedos. Estelle lo analizó y construyó una respuesta.

-No lo sé, no lo veo hace un tiempo.

-¿Por qué?

-Abandonó a mi madre y la comunicación conmigo. Lo llamé muchas veces, hasta que me rendí -Sus ojos se aguaron.

***

Llegamos a París.

Unos minutos después de bajar nuestros bolsos y salir del aeropuerto, apareció una linda mujer entre 35 y 40 años, ella tenía el cabello oscuro como Estelle y ojos color miel.

Esta mujer venía acompañada de un pequeño niño y este último al vernos se soltó rápidamente de la mano de la señora y se dirigió corriendo hacía Estelle, ambos se dieron un gran abrazo. A los pocos segundos, la mujer llegó al lugar en el que estábamos Estelle, el pequeño y yo. Me miró alegre y sorprendida.