Mariposa

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Tan calida, suave y llena de color, la mejilla de Alex hacía contraste con mi piel pálida, blanca y y oscura de cierta manera.
Un intenso sonrojo pintaron sus mejillas, logrando hacerme recapacitar sobre mis acciones.

- Señorita -había puesto de pronto su mano arriba de la mía.

Aparte mi mano rápidamente, sentí como si mi corazón fuera a salirse de mi pecho.

Un intenso calor se apoderó de mi cuerpo, logrando pintar mis mejillas.

- Lo siento, es solo que ya deduje que eres un completo idiota sentimental.

Respondí rápido, con un tono burlón para tratar de tapar la vergüenza que empezaba a sentir.

Su respuesta fue una sonrisa.

- Vamos señorita, ¿ahora porque a deducido que soy un idiota? -cuestiono de forma burlona.

- Mira que hacer tanto alboroto por lo que a echo una desconocida.

Respondí y empece a caminar, la lluvia había disminuido pero las nubes seguían, seguiría lloviendo por un rato mas.

Debía tratar de regresar a la aldea antes de la cena, quería ver a todos.

Alex no tardo en seguirme para quedar a mi lado. Seguía sonriendo, como idiota, si me preguntaran.

- ¿Vas a seguirme de nuevo?

- Solo hasta la puerta, señorita Moon.

- ¿No deberías darte prisa y regresar con Sofía? Seguro esta preocupada por ti.

- No lo creo, ella es muy distraída, puede que no note que ya es hora de que llegue.

- Se parece a ti entonces. Solo que en pequeña y linda.

- Vaya que cruel -respondió entre pequeñas risas, yo solo sonreí.

Todo el camino a la salida general se la paso hablado, de cosas incoherentes pero que daban bastante risa. Haciendo que llegar a la salida hubiera sido muy rápido.

- Ya llegamos a la puerta.

Dijo de forma melancólica.

- Si.

- Sabes, la mayoría del tiempo tienes una expresión seria, sin sonrisa o algo, pero cuando sonries, te ves muy encantadora.

- Y... ¿qué?, ¿quieres que sonría mas seguido o que?

- No, pues incluso sin sonreír te ves encantadora, solo quería agradecer por dejarme algo que los demás no vieron y también por ser quien causo algunas de esas sonrisas.

- Si, no hay duda, eres demasiado sentimental e idiota.

- Puede que si -me dio una sonrisa.

- Adiós, Alex.

- Es la primera vez que dices mi nombre sin sarcasmo -en su rostro se podía ver asombro.

- ¿En verdad? Bueno, no te acostumbres.

- Adiós, señorita Moon -dijo mientras yo caminaba fuera de las puertas del palacio.

Seguí mi camino de manera tranquila, dejando todo lo que había pasado. La lluvia poco después empezó a caer con intensidad.

Mira que causar todo este alboroto.
Lo mas seguro es que papá se percatara de que había sido yo, mi magia es demasiado fuerte como para que no lo note.

Camine mientras jugaba en los pequeños charcos que se habían formado por la lluvía, se sentía bien el agua fría sobre mi cara caliente, recordar que había tocado la mejilla de aquel tarado me creaba un sonrojo.

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