Dulce veneno

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El resto del camino fue bastante silencioso, mi mente estaba divagando en aquel singular y extravagante recuerdo en el cual, él, sin importarle nada tiro de mi para poder abrazarme con mas facilidad.
Sentía un curioso hormiguero al rededor de mi cuerpo, a pesar de que papá me abraza algunas veces, fue bastante sorpresivo para mi el estar tan cerca de alguien.

- Perdona -habló al fin aquel chico de cabello azabache.

- Ahora por que pides perdón -respondí con un tono tranquilo.

- Supongo que no te gusta que te toquen, desde entonces parece que tus pensamientos están divagando por ahí.

- No es eso. Solo me sorprendí un poco, nadie me suele tocar.

- Vaya, tus padres son bastantes alejados de ti, ¿no?

- Solo tengo a mi padre, además, creo que no es necesario este tipo de cosas.

- Si eso piensas.

Todo su ser tenía un aura de tranquilidad, parecía no tener ninguna emoción negativa. Pero, por lo que acababa de ver, no le importaba nada, solo hacía lo que su corazón dictaba.

Parece ser buena persona, eso creo, aunque quizás sería un problema.

- Eres muy emotivo, ¿no?

- Quizas, solo un poco. Al menos es lo que dice mi hermana menor.

- Es una niña muy inteligente y observadora.

- Si, es muy lista.

- La quieres mucho, ¿cierto?

- Si, solo la tengo a ella.

- Que linda familia, ¿que edad tiene?

- Siete años, se llama Sofía.

- Sin duda es una lindura.

- ¿En algún momento me dirás tu nombre? -cuestionó poniéndose frente a mi.

- No lo se, por debería dártelo.

- Hará mas cosas mas interesantentes, ¿no crees?

Vaya, seguía mi ritmo curioso, eso era divertido en muchas formas.

- No me convence del todo -me cruce de brazos, dando a entender que no cedería.

- Muy bien, te daré mi nombre, el día que quieras me puedes dar el tuyo.

- No te aseguro nada.

- Pero no lo negaste del todo, eso da esperanza.

Otra vez estaba sonriendo, este chico era muy divertido.

- Soy Alex Moore -una sonrisa se formo en su rostro, una muy amigable y calida.

- Un nombre muy agradable.

Seguí caminado, sin quitar la sonrisa de mi rostro, ahora Alex iba a mi lado. Quizás no sería tan malo llevarme bien con él, después de todo, no representaba una amenaza para mi o mi misión.

- Sabes, eres muy callada.

- Si. No suelo hablar mucho con otros.

- Y... ¿tienes amistades cercanas con las que si hables?

Sentí como se apretaba mi pecho, pues recordé la calida sonrisa que siempre me brindo Tiana, a pesar de que siempre la terminaba lastimando cuando era pequeña, ella jamás se alejo de mi.

Supongo que fue mi única amiga verdadera en toda mi vida.
Sentía como mi humor había decaído, el cielo se estaba empezando a nublar, debía mantener la calma, no puedo dejar que mis emociones fluyan y menos cuando ya es como la segunda vez este día.  

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