La voz de la verdad

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Mi estomago me dolía por reír tanto, sin embargo no podía evitarlo, después de todo aquello había sido bastante asombroso.

- Príncipe Sebastian -habló el guardia al que hace unos minutos tenía en el suelo.

- Gracias por su ayuda. Si gustan pueden retirarse, han cumplido con el trabajo muy bien.

El guardia asintió e hizo una reverencia, cuando iba caminando se detuvo frente a mi para darme una sonrisa.

- Espero tener un combate con usted algún día, mi señorita.

- Gracias, igual lo espero con ansias.

Después de eso, siguió su camino acompañado de otros tres guardias los cuales salieron por la gran puerta en la que antes habíamos entrado, Harry estaba anotando cosas con gran rapidez, como si temiera ovidarlas.

- Señor Harry, ¿has anotado suficiente?

- Si, majestad.

Me había divertido lo suficiente, ahora era tiempo de ponerme seria, algo rondaba mal en esas zetas.

- Gran príncipe Sebastian, ¿sería tan amable de decirme porque usted esta jugando con extractos de zetas? -cuestione de manera tosca y seria.

Pude ver el rostro de Alex, incrédulo ante mis palabras pero con una sonrisa escondida en medio de su rostro serio.

La mirada de todos los que se encontraban conscientes se centraron en mi, sin embargo, no me intimidé en lo mas minimo, el echo de que él consiguiera extracto de zetas era un asunto que me desagradaba, ¿quien le había vendido el veneno al guardia?

No creo que él llevara consigo una carta para justificar su compra, y aunque la llevara, ¿quien esta creando tal veneno? Su creación y venta estaban prohibidos en su totalidad.

- Señorita, su tono de voz no es correcto.

- Oh, vaya, como lo siento, señor Harry de Andremol -mi tono de voz era desafiante y serio.

Todo esto me hacía enojar, pues las zetas utilizadas para el veneno crecen en la entrada del mi bosque.

Siempre tengo cuidado de que ninguna falte, pues dependiendo de como estuviera la luna durante su crecimiento, era la cantidad de veneno que tenían en su interior.

Y, anteriormente había sucedido la luna llena, cuando eso pasa las zetas están llenas de veneno capaz de matar a la persona que las corte.
Pero se necesita de un proceso muy especial y difícil. Pocas personas conocen la extracción para cuando están así.

Me equivoco, solo existen tres personas que conocen el proceso: yo, mi papá y ese desgraciado, Milo.
Los demás estaban muertos. No podía dejar a personas tan peligrosas con vida.

- S- señorita Moon, por favor -pude ver como un escalofrío recorrió su cuerpo a pesar de que él intentaba ocultarlo.

- Ya basta -exclamo mientras se ponía en medio de ambos- señorita, ¿puede explicar a que se refiere?

- Claro, majestad. ¿Puede decirme quien le a vendido el veneno? No... no le pido nada -me cruce de brazos- quiero saber quien le a vendido eso.

- ¿Disculpe?

La sala se encontraba en total silencio, todos escuchaban y esperaban la respuesta o las acciones que tendríamos después. Alex solo se dedicaba a mirarme con esos grandes y verdes ojos, pero esta vez, ni siquiera eso podrá calmarme.

- Dije que quiero saber quien le vendió el veneno, majestad.

- ¿Por qué debería responder?

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