Parte 2

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Nuevamente lo tenía en frente. No podía dejar de ver lo sexy que estaba, llevaba la camisa abierta en los primeros cuatro botones, perfecta para apreciar la rigidez de su pecho; y el pelo revuelto, debido a la prisa y los nervios que tenía. Todo en él incitaba a besarlo, aún más si recordaba todo el tiempo que habían estado separados. Pero seguía molesta, aquel beso le había roto esa perfecta burbuja de ilusiones que se había creado luego de encontrar las postales. Ninguno había articulado palabra, solo se miraban, hasta que ella irrumpió.
- ¿Qué haces aquí? - Dijo con una voz terriblemente fría y cercante.
- ¿Lo dices en serio? Te he estado esperando todo un año, y cuando por fin nos vemos, te burlas así de mí.
- No soy yo la que se estaba burlando. Además, no sé de qué te quejas, si yo te he visto muy bien.
- No tienes idea de lo que ha sido este año sin ti. Todo era monotonía, y cada día ansiaba no despertarme porque sabía que no te encontraría en mi cama, pero aún así lo hacía porque no perdía la esperanza. Y ahora tú vienes, y me haces esto. - Se acercó lentamente a ella cerrando la puerta a sus espaldas. El ambiente se tornó tenso. Ella lo miró con impotencia, notando como el nudo en su garganta le humedecía los ojos.
- ¿Y tú?, ¿tienes idea de lo que fue para mí? De todo lo que sufrí tratando de recordar tu olor, porque ya no estabas. - Dijo retrocediendo vanamente y poniendo las manos sobre su pecho a la vez que soltaba un suspiro. Ninguno estaba exuelto del deseo que los ahogaba y solo querían revivir aquella noche en que se amaron sin temor a lo que sucediera después.
- Te he extrañado mucho, sabes? - Él se acercó más respirando sobre su boca y tomándola de la cintura. Raquel seguía molesta, pero más con ella que con él. Sergio acarició un instante su pelo y colocó un mechón de este tras su oreja, dejándole apreciar la singular belleza de su rostro. Se acercaron tan solo un poco más, haciendo rozar sus narices y chocando sus frentes. Como un suspiro salieron de su boca las palabras por las que había esperado tanto tiempo.
- Hazlo Sergio, bésame, lo necesito, ya no aguanto más.
Siguieron retrocediendo hasta que ella chocó con la pared quedando presa por su cuerpo. Él la besó lento, muy lento, saboreando la dulzura de sus labios, esa de la que se había privado tanto. Ella colocó las manos alrededor de su cuello acercándolo más a su boca y profundizando el beso. Sus manos comenzaron a descender por su cuerpo. Acariciando su cuello, contorneado sus senos, bajando por su abdomen hasta perderse en su interior. Agradeció que ella llevase falda en ese momento. Dos de sus dedos se estaban perdiendo en lo más íntimo de su ser acariciando cada punto de placer. Sintió como se empezaba a agitar su respiración mientras se humedecía con cada caricia, empapando sus dedos. Comenzó a acelerar los movimientos de arriba hacia abajo creando una sensación de éxtasis en ambos cuerpos. Sus bocas estaban tan abiertas que parecían querer devorarse. Ella opacó sus gemidos que ya brotaban sin ritmo de su boca, con un beso húmedo y profundo mordiendo su labio. Él bajó sus besos hasta su cuello sin despegarse de ella, sintiendo como se retorcía enterrando sus manos en la frondosidad de su cabello, tratando de buscar alivio y acercándolo más a su piel.
- Dímelo Raquel,... dime... que soy solo... un conocido sin importancia. - Dijo mientras pellizcaba su piel suavemente con sus labios y seguía estimulando más su sexo.
- Ah - Suspiró - No... era... mi intención, pero es que... me enfureció mucho ver que te besabas... con esa rubia. - Dijo entre jadeos.
- Entonces déjame compensarte.
Quitó los dedos de su interior y la tomó del trasero entrelazando sus piernas alrededor de su cintura. La llevó cargada hasta arrojarla suavemente sobre la cama. Abrió sus piernas y se posicionó entre ellas, acercándose nuevamente a su boca, era la droga de la que no podía dejar de depender aunque quisiera. Comenzó a dejar una silueta de besos suaves hasta su ombligo e hizo una pausa. Bajó su falda y su ropa interior dejándola expuesta ante él. Volvió a flexionar sus piernas dejando besos castos en el interior de sus muslos. Se acercó a su zona más íntima y dejó una suave mordida en ella, sintiendo como su piel se estremecía por completo y se retorcía de exitación. Ella se sentó acercándolo de la hebilla del cinto y regresando a su boca. Él se desabrochó los botones restantes de la camisa mientras ella se encargaba de despojarlo de su pantalón y boxer. Se recostaron sobre la cama entrelazando sus dedos mientras ambos cuerpos se unían en perfecta sinfonía. Era un par envidiable en todos los sentidos, tanto rivales como cómplices, y ninguno era indiferente a eso, sobre todo él, que por primera vez en 365 días había comenzado a sentir que estaba en un paraíso. Los movimientos se intensificaron, haciendo más notorias las gotas de sudor que caían entre ambas siluetas desnudas. Entre gemidos más y más fuertes encontraron al unísono el punto exacto en que explotarían ambos cuerpos, quedando abrazados y perfectamente enredados.

-

Sus cuerpos desnudos hacía ya una hora que estaban descansando sobre aquella cama. Estaban pegados y disfrutándose en silencio. Ella tenía su rostro hundido en su cuello, mientras que él la abrazaba por la espalda acercándola más. Afuera hacía un clima precioso, pero la vista más hermosa la tenía él abrazada a su pecho.
- No sabes por cuanto tiempo imaginé esto, volver a sentirte mía otra vez era algo que ya parecía imposible.
Ella se acurrucó más entre sus brazos cerrando los ojos y besando su pecho.
- Vine a Palawan a buscarte porque la incertidumbre era demasiada y las ganas de verte cada vez eran más fuertes, pero...no puedo negarte que... una parte de mi tenía sus dudas.
Él la miró un momento y acarició suavemente su espalda de arriba a abajo.
- ¿Por qué dices eso?
- No sé, es que esta es una isla tan hermosa, y después de todos los millones que...bueno...tú sabes, pensé que estarías viviendo en una eterna fiesta, que ni siquiera te acordarías de mi nombre. - Dijo respirando sobre su pecho y sin dirigirle la mirada.
- Es gracioso que digas eso. Raquel vengo a ver la belleza de esta isla ahora que estás conmigo. Antes todo este edén no era más que tierra asiática para mí.
- Me alegra que hayamos vuelto a hacer el amor; me molesté tanto cuando vi a esa chica besándote que necesitaba saber que aún me querías.
Él le sonrió tiernamente y le apartó un mechón de cabello del rostro.
- ¿Y no vas a preguntar por qué me estaba besando?
- Prefiero no saberlo. Ahora sólo estamos tú y yo, y eso es lo que importa. Se acercó a él y besó sus labios.
- Quiero invitarte a cenar esta noche Raquel. Hay un precioso restaurante cerca del mar que tiene unas vistas soñadas.
- Pensé que no te gustaba el mar.
- Sí estás tú da por hecho que me encanta. - Sonrió sobre su boca y le dejó un beso tierno.
- Muy bien, me encantaría que cenemos juntos.

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😄//HASTA AQUÍ EL 2do CAPÍTULO
ESPERO LES HAYA GUSTADO. DÉJENME SABER EN LOS COMENTARIOS SUS OPINIONES Y CRITERIOS PARA PODER MEJORAR.//😄

💖❤GRACIAS POR LEERME❤💖

❤C. O. N. T. I. G. O.//serquel_time // La Casa de Papel_fanfic❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora