❤C. O. N. T. I. G. O.//serquel_time // La Casa de Papel_fanfic❤

Parte 19

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Hola, aquí les traigo el capítulo No 19.

🌌 Me parece que ha quedado muy hermoso y muy romántico, o al menos he intentado que lo sea, ya que estamos en la semana del amor ❤ y creo que vendría bien un poco de sensibilidad por este rinconcito de lectura. 🌌

👓 Si les gustó al menos un poco amaría que me lo hiciesen saber en los comentarios, saben que amo leerlos y siempre son una motivación más para seguir escribiendo. 👓

💖 Ahora sí... Que lo disfruten 💖

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Quien pensase que aceptaría aquello tan a la ligera era porque no conocía a la verdadera Raquel Murillo. La pequeña y nostálgica figura de origami ardía en sus dedos, y la sostuvo cerca de su pecho por mucho tiempo como si quisiera abrazarla. Se movió con rapidez empujando con su hombro el costado del médico. El agua en sus ojos quemaba y su garganta se volvía tan áspera como abstracta. Los grandes pasos acortaban el camino, no veía la hora de volverlo a ver aunque él no volviese a verla.

Abrió la puerta con fuerza sobresaltando a los médicos que aún se encontraban adentro. Lo vio ahí, tendido boca arriba. La herida la habían cubierto pero no porque estuviese sana. Se acercó a él ignorando a las voces que se lo impedían.

- ¡Señora! ¡Usted no puede estar aquí! ¡Salga de inmediato! - Dijo uno de los cirujanos hablando un español vagamente aprendido. Le obstruyó el paso pero ella continuaba forcejeando.

- ¡Sergio! - Gritó aturdida. Sentía tanto dolor que ya las fogosas lágrimas bañando sus mejillas ni siquiera las notaba correr.

Logró zafarse de los que la impedían entrar y corrió a su lado. - ¡Mi amor! - Dijo con una voz temblorosa, casi sin fuerzas. - Mi amor estoy aquí, por favor, ¡háblame! Estoy contigo ¿me oyes? - Le susurró. Tomó su mano aún caliente y pegó su frente a la de él, mientras le compartía la humedad de sus ojos llorosos.

- Estoy contigo. 

Los sollozos se hacían más sonoros y su cuerpo más débil. Sin importar quien la viera, sin interesarle lo que pensasen de ella, sostuvo más fuerte su mano y se inclinó sobre su pecho, abrazándolo a sus mejillas brillosas.

- Te amo. - Susurró sobre aquel templo sin aires. Lo abrazó con tanto amor que el dolor líquido de su rostro logró mojarlo en segundos. Ahora su mejilla era raspada por el tacto de la seda, pero para ella fue la despedida más dulce que pudo haber tenido. Aunque aún no quería darse por vencida, observaba su mano enredada en la de él y solo pensaba en cuanto podía rendirle a la vida para volver el tiempo atrás.

Un leve movimiento bajo su mejilla apoyada la hizo sobresaltarse. Era su respiración, se notaba más severa. Se extrañó un poco, pero quizás sólo había sido un espejismo o un vago recuerdo de lo que era sentirlo suspirando cerca de ella. Le costaba tanto creer que aquello estuviese sucediendo que ya era capaz de imaginarse cualquier cosa. De pronto su pecho volvió a palpitar, como gritándole auxilio desde sus latidos. Raquel frunció el ceño, arqueó la ceja, tembló los labios, hizo infinidad de gestos cuando se dio cuenta que aquello no había sido producto de su imaginación. Llevó su mano hasta su pecho y lo observó con más detalle. Otro suspiro más en busca de aliento. Ahora sí reaccionó. Levantó la cabeza y rápido alzó la voz. 

- ¡Está respirando! - Soltó a bocajarro.
- ¡¡Doctor!! ¡Está respirando! - Volvió a repetir, hasta que una retahíla de médicos entraron a la sala.