Un Giro Inesperado

Cárter

-Yo.... ¿Desde cuando eres tan grosero y tajante conmigo? - le preguntó enfadada.

-Desde que me besaste, no importandote que tuviera una familia - le recriminó.

-Porfavor, tenía que hacerlo.... era mi manera de resignarse a que ya no tenía una oportunidad contigo.

-De todas formas..... no debiste hacerlo.

-Lo sé y lo lamento - le susurró -¿Qué te parece si...... te invito un café?

-Sharon..... será mejor que no nos sigamos viendo, yo.....ya no sé cuales son tus intenciones.

-¿Es enserio?, sólo quiero disculparme.

-Y acepto tus disculpas...... es sólo que ya no puedo verte.

-¿Qué?, ¿Natasha te prohibió que me hablaras?

-Claro que no... - fué interrumpido.

-Porfavor Steve, es obvio que no la amas y que sólo estas con ella porque tienen una hija... que nisiquiera es suya, ¿o me equivoco? - mencionó dirigiendo su mirada a la pequeña rubia que la miraba atónita.

Isa recordó que ella no era su hija, ella era una extraña a la que le habían dado hogar, pero no era de su sangre, ella no era nada suyo.

- ¡Te prohibo que hables así de mi familia! -Sentenció el rubio, para luego sentir como Isa le arrebató su manita y salió corriendo.

-¡Isa! - se volteó para encarar a la rubia -¡Aléjate Sharon, es enserio! - le dijo el soldado para luego salir corriendo tras la pequeña, pero ya era tarde, se había mezclado con las demás personas y al ser tan pequeña no lograba divisarla.

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-Ya está todo listo..... ¿La tienes en la mira? - preguntó la rubia,  hablando por un micrófono.

-Si, se dirige corriendo al área de comida.

-Muy bien..... dispara el dardo y sácala de aquí.

-Hay demasiada gente.

-Pues.... ingeniatelas o no sé, pero hazlo algo ¡yá!

-Necesitaré mis 2 pagos.

-¡¿Qué 2 pagos?!

-El que no me diste por secuestrar al bebé y éste.

-¡SÓLO HAZLO! Y MÁS TE VALE.......

-Rayos - susurró aterrado.

-¿QUÉ OCURRE?

-El capitán se acerca.

-¿QUÉ? ..... ¿DÓNDE? - preguntó, queriendo ubicarlo.

-Por la derecha......Va directo al área de comida.

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-Vamos amor.... no me hagas esto porfavor -susurró en su desesperación, mientras observaba a todas las personas.

-Esto no está pasando - dijo, jalandose los cabellos, su corazón iba a mil por hora, sentía que le iba a dar un ataque y sólo había alguien que lo podía tranquilizar, aunque cuando le contase, lo iba a matar.

El rubio sacó su teléfono celular, se dirigió a contactos y eligió el primero.

Un tono...... Dos tonos...... Tres tonos

-¿Hola? - respondió una voz adormilada.

-Nat.... - suspiró, su voz sonaba quebrada y asustada, lo cual alertó a la espía.