Escena 12

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N: En el camino a su habitación,  Eirian pudo vislumbar a Khara que aún no había llegado a encerrarse en sus aposentos. Debido al gran aprecio que el señor Dahl le tenía, su habitación no estaba lejos de la de los Maer de la casa, por lo que siempre los observaba ir a dormir antes de marcharse tranquilo. Esta vez, sin embargo, aceleró el paso para alcanzar a la pequeña.

EIRIAN: Maer Dahl *La llamó desde detrás.*

KHARA: *La joven dejó de caminar y le esperó, sonriendo después de ver por encima de su hombro el cabello rubio claro, bien peinado, del consejero.* ¿Ya os retiráis, Eirian?

EIRIAN: En efecto, solo un Dios podría permanecer un minuto más en la fiesta. Y me temo que no llego a esas habilidades.

KHARA: De las personas que conozco, querido Eirian, eres la que más aptitudes de Dios posee *Le dedicó una media sonrisa. Conocía a Eirian desde que tenía uso de razón y era plenamente consciente de sus habilidades.*

EIRIAN: Bien merecido lo tengo. *Guiñó un ojo a la muchacha para que supiera que bromeaba.* Espero que a pesar de vuestra oposición inicial hayáis pasado un tiempo agradable durante el primer día.

KHARA: *Le miró alzando una ceja* Siento decepcionaros, entonces.

EIRIAN: *Le ofreció una media sonrisa de lado, con cariño. Aquello era como ver a su hermana pequeña quejarse.* Nunca podríais decepcionarme, mi señora. Os desearía un buen descanso pero antes de ello quisiera hablar con vos.

KHARA: *Lo tomó del brazo y le devolvió la sonrisa. Sus mejillas un tanto redonda mostraron un leve hoyuelo adorable.* Hablad entonces, querido.

EIRIAN: *Desvió su mirada sólo un segundo hacia el lado.* Me preguntaba si podría obtener vuestro permiso para conversar en sus aposentos. Os recibiría con mucho gusto en los míos pero no es lugar para una señorita de vuestra clase.

N: Maer Khara asintió y, cuando llegaron segundos después hasta sus aposentos, se cercioró de que nadie los observara.

KHARA: Entremos *Indicó antes de cerrar la puerta tras ella.*

EIRIAN: ¿Habéis mantenido muchas conversaciones hoy?

KHARA: Las suficientes como para sentir deseos de arrojarme al río *Respondió con sinceridad, se sentó en su cama y se deshizo de los incómodos zapatos.* Eirian, id al grano. Sé que queréis preguntarme algo en específico. Os conozco.

EIRIAN: Solo me preguntaba sobre vuestro día. ¿Qué tal la familia Valeryan? ¿Os alegra encontrarlos después de tantos meses?

KHARA: A pesar de haber saludado a todas las casas, solo he charlado con los Valeryan *Especificó mientras se deshacía también de los pasadores del pelo.* Me alegra verlos, sobre todo a Cyril y Aeryn. Siempre son encantadores y, Aeryn, siempre es sincera y no se anda con preámbulos. Eso me gusta.

EIRIAN: Me alegra oírlo. *Hizo el ademán de seguir preguntando pero entonces se percató de que a aquellas horas no había criadas alrededor.* ¿Necesitáis ayuda con el vestido?

KHARA: Sí, con el endemoniado corsé *Gruñó, sintiendo la prenda oprimir su piel con furza.* No me apetece molestar a ninguna sirvienta y que me hable sobre lo buena que estaba la comida o sobre los apuestos que eran los caballeros invitados. *Le dio la espalda a Eirian para que pudiera deshacerse de las cuerdas, después de quitarse la capa inicial del vestido por la cabeza.*

EIRIAN: Por supuesto. *Sus largos y delicados dedos, demasiado para ser de criado, trabajaron deprisa y con facilidad sobre el vestido, como si estuviesen entrenados.* Mi señora... Khara... Sé que sois una chica inteligente que sabe cuidarse de sí misma... Pero en estos días, especialmente, debéis medir vuestras palabras.

KHARA: No sois el primero en advertirme sobre eso *Repuso en un tono más bajo, suspirando.* Intentaré moderarme, Eirian. Pero me conocéis, mi temple es muy inestable y mi lengua afilada actúa sin mi consentimiento.

EIRIAN: Por esa misma razón me encuentro aquí diciéndoos esto. *Sonrió y aflojó completamente el corsé bajo el vestido.* Y comprendo que hacéis todo lo que está en vuestra mano. Simplemente, me gustaría estar informado de cualquier... desliz. Para poder ponerle solución con rapidez. Y hay algo más.

KHARA: *Respiró profundamente y se agitó, tras ser liberada de aquella tortura* Qué alivio... *Susurró y se recompuso para escuchar a Eirian. Se giró, aun a pesar de encontrarse con la fina camisola de la ropa interior, y le instó a hablar con un gesto de su mano.*

EIRIAN: *Se agachó para recoger el traje y caminó con libertad por la alcoba hacia el lugar donde debía colgarlo junto a la ventana. A pesar de no tratarse de su trabajo, parecía desenvolverse bien.* No os pido sólo que midáis vuestras palabras, sino que prestéis atención. Cualquier información de otras casas es valiosa  para nosotros. Y, como Maer de Dahl, oiréis más de lo que yo pudiese jamás. *Se volvió hacia ella y la miró con aquella mirada de media sonrisa que parecía contener toda la sabiduría del mundo y jugar con ella a su gusto.* La nobleza se mueve como un juego de piezas en el que cada familia establece unas reglas diferentes. Si sólo tienes una fracción de estas normas, el juego jamás tendrá sentido, Khara. Sin embargo, si puedes comprender cómo se mueven las piezas, si puedes desentrañar lo que se encuentra detrás de las palabras de esos nobles, podrás saber a qué están jugando. Y el que comprende las normas con más rapidez ,y las asume, siempre será el que gana.

KHARA: *Le escuchó con atención y asintió a medida que iba hablando. Caminó sin dirección por la habitación y suspiró, al aire* Os prometo, Eirian, que haré mi mayor esfuerzo por hacerlo bien. Sé que no parezco la más indicada, pues todos conocen de mi animadversión a casi todo. Pero también soy una gran embaucadora. *Se giró hacia él y le miró con determinación.* Estaré atenta a cada palabra, cada señal, gesto y mirada. Os lo juro, por vos, por mí y por el futuro del reino.

EIRIAN: *La ofreció su sonrisa más encantadora y le tomó la mano.* Sin embargo, en mi opinión, sois la más indicada. *La miró a los ojos durante unos segundos antes de inclinarse.* Solo debéis escuchar la determinación que se esconde en vuestra voz. No confío en que ninguno de vuestros hermanos mantenga esa vivacidad para vivir si quiera. *La besó en el envés de la mano* Descansad, mi señora.

N: A Khara la recorrió un escalorfrío tras las palabras de Eirian. Se quedó de pie unos segundos, mirando la puerta a pesar de que Eirian ya se había marchado. Nunca se había planteado ser reina, pero sí todas las cosas que quería que cambiaran en su reino. Exstían tantos convencionalismos, desigualdad, atraso en comparación con otros reinos, tanto en tecnología como en derechos humanos. Khara quería un reino mejor, pero dudaba seriamente de ser la persona capaz de crear un reino así.

Memorias de HesperiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora