Capitulo 21

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- Hermanito... ¿qué paso? - habló un Senjuro entristecido. 

- Nada, no te preocupes. - el mayor acarició la melena del menor y siguió su camino. 

- Kyojuro, espera. - salió el Rengoku padre. -No te prohíbo verla, pero aleja tus sentimientos de ella. 

Kyojuro no dijo nada, su semblante serio era raro en él. Senjuro que estaba presente se dio cuenta de quien hablaban, pero al igual que su hermano, no quiso hablar. 

Pasaron los días y no daban ninguna señal al otro

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Pasaron los días y no daban ninguna señal al otro. 

Ya había anochecido. Kyome que se encontraba sola en su finca escucho el sonido de alguien tocando a la puerta. Ésta se incorporó a deslizarla. 

- ¿Padre? ¿qué haces aquí tan tarde? - preguntó Kyome. Al abrir la puerta vió como una de sus hermanas se iba ya que su padre no podía vagar por ahí solo. 

- ¿Puedo pasar? - preguntó él. A lo que Kyome se hizo a un lado y guió a su padre tomandole la mano para que éste pudiera entrar.

- Disculpame, ¿quieres té? - dijo mientras el hombre se sentaba en el piso al frente de una pequeña mesa. 

- Sería agradable una taza de té. - sonrió.

Mientras la Ubuyashiki preparaba todo para servirse. El mayor habló. 

- Hija, tu sabes que siempre he querido que toda mi familia sea feliz ¿cierto? 

- Por supuesto que lo sé. - se vio sorprendida con la pregunta. 

- ¿Tu eres feliz, hija mía? 

- ¿Eh? - se extrañó. - ¿Por que me preguntas eso? 

- Solo me pregunto si mi hija mayor es feliz con su vida. 

- Estoy muy agradecida de mi vida, padre.

- Ser feliz y estar agradecida no son lo mismo, Kyome. 

La chica suspiró. - Soy feliz, padre. Pero... nada. 

- ¿Nada? 

- Hice lo que me pediste y estoy muy feliz con mi posición, pero... siento que algo me falta. 

- Puede que estés ansiosa por ser la siguiente Oyakata-sama. - rió ante su propio comentario.

- No es eso... mi vida siempre a sido plana sin montañas rusas de emociones, solo ha sido estática y he estado en una zona de confort todos estos años. 

- ¿Y ahora? 

- Ahora no... Es como si mi corazón fuera a mil por hora, como si quisiera ir a alguna parte y encontrarse con algo.

- Ya veo. - tomó un poco de su té. 

Hubo silencio pero fue erradicado por otra conversación distinta. 

THE FLAME OF MY LOVE | Kyojuro RengokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora