Días después.
Era de tarde, prácticamente anocheciendo cuando un cuervo se posó en el ventanal de la habitación de Kyome... "Tanjiro..." - pensó ella. El ave traía consigo un papel, una carta.
La carta no era tan larga, pero si con muchos detalles... la unica parte que importó fue... "...Kyome-san, me he encontrado con Muzan en Tokio, pero desapareció de inmediato cuando me abalancé sobre el, gracias a los dioses una mujer y un niño me ayudaron... Y ambos son demonios... Nezuko y yo estamos bien, ambos esperamos verla pronto... - Kamado Tanjiro."
- ¿Solo dice eso? - dijo en voz alta la joven. - ¡Dios Tanjiro!.. Papá... ¡Mi padre debe saber esto ahora!
Kyome salio disparada de su habitación a donde se encontraba rezando su padre. La joven con notoria agitación en la voz habló.
- Padre, tienes que escuchar esto...
- Espera un momento Kyome, siéntate conmigo a rezar.
- Padre...
- Dulce hija, haz lo que dice tu testarudo padre. - dice el hombre con una sonrisa.
La muchacha acata lo que le dice su padre y se sienta con él en silencio. Estuvieron así unos minutos. Ubuyashiki-sama era un hombre muy calmado, polos opuestos con su hija, ya que ella siempre andaba de un lugar a otro, como un torbellino, aunque ambos muy inteligentes.
- Kyome... puedes hablar.
- Solo escucha esto.
Kyome leyó la carta enviada por Tanjiro. Ubuyashiki-sama asombrado contesto.
- Se encontraron con Tamayo.
- ¿Que? Espera... ¿conoces a la demonio con la que se encontró Tanjiro? - dijo incrédula la joven.
- Sé que es una demonio que no ha comido humanos en un largo tiempo.
- Hmm, entiendo. Deberías conocer a los hermanos Kamado, padre.
- Tiempo al tiempo, hija mía. No apresures las cosas, llegará el momento en que todos conoceremos el nombre y rostro de esos dos hermanos. - dijo tranquilamente Ubuyashiki-sama.
Kyome miro a su padre entendiendo lo que éste decía, pues era verdad, quizás sea en un largo o corto periodo de tiempo... pero sin duda alguna la gente sabrá de los hermanos Kamado.
- Ahora otra cosa... - interrumpio los pensamientos de su hija. - ¿Fuiste a ver a Shinjuro-san?
- ¿Como es que tu te enteras de todo, padre? - pregunto con una sonrisa juguetona la menor.
- Hay cosas que es mejor siempre guardarselas, hija mía. - contesto con la misma sonrisa.
Kyome suspiró. - Bueno, pues si, pero salió mal, perdón por ser atrevida al decirte esto, pero debiste decirme en el estado en el que estaba Shinjuro-san.
- Si te lo decía, no hubieras ido.
- Si me lo hubieras dicho, si hubiese ido, solo que no en las condiciones en las que fui.
- ¿En que condiciones?
- ¿No que lo sabias todo? - cuestionó la joven.
Ubuyashiki-sama rió ante el comentario de su hija. - Sé cosas, sé muchas cosas, pero estoy lejos de saberlo todo, Kyome.
- Bueno, verás... Apenas puedo ver a Kyojuro-san, creo que es la verguenza, quizas le incomodó que yo haya visto a Shinjuro-san así. La verdad es que deseo ayudarlo pero... - suspira pesadamente. - Claramente tienen una relacion quebrada, el y Shinjuro-san. Y tambien esta Senjuro-kun, ¡que niño mas dulce! el me viene a ver prácticamente día por medio, le da miedo su propio padre. Me gustaría ayudarlos, enserio deseo ayudarlos, por el recuerdo que tengo de Ruka-san, pero no se como podría hacerlo.
- Eres una noble persona, siempre te preocupas de la gente que te rodea, solo haz las acciones que siempre haces. - Ubuyashiki-sama trata de tomar la mano de su hija y esta lo ayuda a encontrala. - Puedes hacer lo que sea con tu corazón.
Kyome solo guardo silencio.
- A todo esto, ¿haz hablado con los demás pilares? - pregunto el hombre.
- Por supuesto, cada uno tiene una peculiaridad, sinceramente estoy asombrada con la gran fuerza que tienen, cuando los veo entrenar o irse a alguna misión los veo confiados, eso igual es preocupante... los demonios, bueno, algunos demonios... son demasiado abominables y poderosos.
- Confia en ellos, si no lo haces es como si les faltaras el respeto, ellos son los mejores espadachines de los Cazadores de demonios.
- Lo sé padre, pero algunos son tan jovenes. - dijo Kyome, recordando al pilar de la niebla.
- No te preocupes, si ellos están seguros de como proceder con una misión, tu debes hacer lo mismo, hija. Confía. - finalizó.
Kyome y su padre siguieron conversando trivialidades, hasta que se hizo de noche y ya era momento para que ambos descansaran.
Kyome en su habitación acostada en su futon pensaba en muchas cosas, una de ellas era de cuanto tiempo tendría que esperar para volver a ver a Tanjiro y Nezuko... Y con eso en mente, durmió.
- ¡Kyome-san! - gritó un Senjuro demasiado contento.
- Senjuro-kun. - dijo la joven esperando al menor con los brazos extendidos para un calido abrazo.
Senjuro corrió a los brazos de Kyome, ya habían empezado un lindo vinculo. ¿Que hacian cuando Senjuro la venia a ver? pues, Kyome le contaba historias a Senjuro mientras recolectaban frutas para después llevarselas a los pilares que estaban entrenando o simplemente recorrian el enorme jardín juntos.
- Kyome-san, no vine solo el dia de hoy. - dijo el menor cuando se separo de los brazos de la mayor.
En ese mismo instante Kyome sube el rostro y se encuentra con la penetrante mirada de un rubio muy parecido a su pequeño visitante.
- Kyojuro-san...
- ¡Buen día Kyome-san! ¡Es una hermosa mañana! - dijo con su caracteristico tono de voz.
- Buen día igualmente. Así es, es una hermosa mañana, perfecta para dar un paseo.
- ¡¿Es una invitacion para pasear?! - dijo Kyojuro.
- ¿Queee? - notoriamente el tono de las mejillas de Kyome se tornaron carmín. - No, no es lo que quer...
Fue interrumpida por Senjuro. - ¡Podrías venir el dia de hoy con nosotros, hermanito!
- Senjuro-kun, quizas Kyojuro-san debe de hacer cosas importantes.
- ¡No, para nada, sera un placer acompañarlos en su paseo diario! - dijo el mayor de los rubios.
Así una avergonzada Kyome fue acompañada por los alegres hermanos Rengoku.
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THE FLAME OF MY LOVE | Kyojuro Rengoku
Fanfic[CANCELADA] Kyome Ubuyashiki, primogénita y próxima sucesora de su padre, Kagaya Ubuyashiki. Kyome estaba de viaje por todo Japón durante 5 años recolectando información sobre Muzan Kibutsuji, ya tiene 19 años y volverá a su hogar con su amado padr...