Capitulo 19: El despertar de Temo

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Asimilando lo ocurrido hace unos segundos Temo aterrizó sobre sus pies, sacudiendo lentamente su cabeza sin poder creerlo.

-Si, creo que te lo oculté por mucho tiempo.

-Temo, yo siempre lo supe.

El chico de ojos miel lo vió con los ojos enormemente abiertos, totalmente sorprendido.

-Espera, ¿Qué? ¿Como que siempre lo supiste? ¿Por qué puta madre nunca me dijiste nada? ¿Tienes idea de lo mucho que he llorado porque he pensado que tú amor jamás sería correspondido?

-Temo, es que no es mi deber sacarte a ti del closet.— el chico se alejó un poco y con su dedo índice le picó el hombro.— eso te toca ti, solo a ti. Quería que estuvieras listo para decírmelo, pero no pude evitarlo. Es que simplemente ahora te veo y me gustas, me gustas mucho.

-¿siempre te había gustado?.— Temo agacha su rostro ante la vergüenza y hace un pequeño puchero.

-No... bueno no sé. Es que yo nunca había sentido nada por nadie en específico, pero cuando estoy contigo me gusta. Me gusta que te me acerques y escuchar tu voz me relaja, no sé realmente cuando es que empezó.

El chico relajó su rostro y después suspiró hondo.

-Pero te juro, que este amor es de lo más puro y sincero que vas a encontrar, nadie te va a querer tan enserio como yo, porque sin darme Temo, mi corazón ya era tuyo y no me había dado cuenta.

Tras lo dicho lo abrazó, lo abrazó muy fuerte y respiró aspirando todo el aroma que transmitía el más bajo, algo dulce como la vainilla. Tan puro e inocente.

Temo por otra parte se dejó llevar por todos sus instintos, ninguno era una respuesta negativa. Sacudía su cabeza una y otra vez, pestañeando de vez en cuando, parecía irreal lo que estaba ocurriendo.

Y lo era...

Sintió unos pequeños brazos sacudiéndolo suavemente. Hasta lograr despertarlo.

-Temo... pss, despierta ¿qué haces aquí afuera...?.— La dulce voz de Yolo lo despertó, estaba con los ojos algo hinchados aún por el sueño y el cabello alborotado.— ven, es tarde. Acabo de hacer una cama para ti, no adivinaras quien está al lado.

-...¿Qué horas son?.— pregunta el chico desilusionado.

-5:43 de la mañana. Por Dios, princess como pudiste dormir afuera con este frío y el celular apagado.

Lo recordó, el nunca había besado a Aris, y éste nunca le había confesado su amor, solo jugó hasta quedarse dormido. Se sentía tan fracasado e infeliz.

Se levantó débilmente y el cuerpo a dolorido, después de haber dormido en el piso frío necesitaba una cama, quería dormir toda una vida, sentía tanta vergüenza.

Al entrar, divisó la cama que la rubia había hecho para él, y aún lado el cuerpo tosco de Aris y Diego, era algo curioso que la casa fuera enormemente grande y dormir todos juntos amontonados en un solo cuarto, sonrió por eso.

A la mañana siguiente, se despertaron todos muy de mañana, 10:00 aproximadamente, todos comiendo en un comedor con una variedad de comida exquisita. El rizado fue en busca de Temo que aún seguía dormido y muy lentamente lo levantó sin asustarlo.

-Temo... oye despierta ya amaneció, el desayuno está listo.

El más bajo entreabrió sus orbes color miel y colocó la cobija encima suyo, definitivamente no era su mañana. El cuerpo aún le dolía, no había dormido nada, el chico con el que soñó anoche besándolo lo estaba despertando en esos momentos, se sentía demasiado cansado, física y emocionalmente.

Cruce De Miradas - Aristemo #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora