Deben seguir adelante, superar y vivir con ello, eran las ideas que rondaban la cabeza a los tres Mikaelson que aun seguían con vida, y les sería muy difícil, si seguían viniendo tan constantemente al sepulcro de las difuntas Hayley y Hope, pero le es complicado no tener consuelo en otro lugar
El salir no le hacía mal a nadie, y era por eso que la única chica, solía ir a dar largas vueltas por lugares hermosos de la zona, solía perderse en su mente, donde imaginaba a una familia feliz, con una pequeña corriendo por los pasillos de la mansión, pero solo sabía que eran ilusiones
Le gustaba ver los niños disfrutando de las tardes, teniendo lo que a ella le hubiera gustado, y que a pesar de que ellos lucían sus simples atuendos y no las perchas de alta costura que esta ocupaba, podían sonreír con facilidad
Debes en cuando, ella curvaba sus labios, por algo que le causaba gracia, pero no lograba quitarle la amargura que sentía, no lograba arrancarle el dolor de ese tan duro corazón
Esa tarde, fue diferente a todas las que ella acostumbraba, aquella tarde ella vio algo, vio algo que llamo tanto su atención, que no caía en su cabeza que fuera posible. Con firmeza al caminar se acerco, y provoco que le tumbaran el helado en su costosa blusa
-Lo siento mucho- le dijo una chica con dulce voz
Rebekah se sorprendió, no podía creer lo que sus ojos veían, su cuerpo no correspondía, la chica de penetrantes ojos oscuros, busco su mirada, dándole a entender con esto, de que no era una ilusión
-¿Te sientes bien?- volvió hablar, Bekah, trago en seco
-¿Cuál es tu nombre?- pregunto sin rodeos la original
-Acacia- contesto un tanto confundida, extendiendo la mano en forma de saludo
Rebekah dudo un momento en aceptarla, pero lo hizo, dándose cuenta que la contextura de la piel de la chica, era tan conocida, su color chocolate de cabello tan natural, su sonrisa tan angelical, y su belleza tan exacta
-Rebekah- asintió la original un tanto aturdida
-Lo sé- contesto Acacia- una de los originales-miro directamente los ojos de la chica Mikaelson, que le calo los huesos
