Elijah se sentía realmente genial, renovado, y es que la sangre de Acacia, era muy fuerte, doppelganger, bruja y humana al mismo tiempo. Efectivamente se sentía excitado con tanta presión por no ir y clavarle los colmillos, pero no quería hacerle daño
-Tu hermano ha de querer matarte- dijo la chica, apareciendo con una botella de whisky- igual que a mi
-Puede que a mí me quiera matar- sonrió- pero a ti no
Acacia, descifró esas palabras por el hecho de que quería su sangre para crear híbridos, pero Elijah no se refería a eso, en parte si, pero sabia y conocía muy bien a su hermano, Klaus puede negarlo, pero está interesado en Acacia
-¿Has querido dejar de ser vampiro?- pregunto ella, entregándole un vaso con licor
-Yo no quería esto Acacia- negó- quería ser un persona feliz, con una familia- sonrió triste
-Aun puedes- el la miro- ser feliz me refiero- ella bebió
Elijah se perdió observando como el alcohol viajaba de su boca, por su cuello, cerro lo ojos al verla tragar, y suspiro pesadamente
-¿Por qué me ayudaste?- dijo el
-¿Por qué no?- sonrió – eres diferente a tus hermanos
-No me conoces Acacia- dijo él, firme
-Puede que no- dijo ella- pero me causas confianza- sonrió mostrado sus dientes
Bebieron otro poco, en silencio, algo realmente cómodo, para ambos, por alguna extraña razón, ninguno quería que el momento acabara, Acacia se sentía bien cerca de Elijah, podría decirse que era un ‘’amigo’’, y este se sentía muy a gusto cerca de la bruja
No se percataron de cómo, pero la botella se había acabado, y Acacia estaba algo mareada, tanto así que se durmió sentada, el original, sonrió complacido por tener la oportunidad de verla en este instante, parecía un ángel, con las alas ocultas, su ángel
La acuno entre sus brazos, la observo, y camino con ella hasta la habitación, la recostó en la cama, le quito los zapatos, y la cubrió con una manta. La luna estaba alta, y el reflejo daba justo en el rostro de la chica, lucia realmente hermosa, el vampiro acaricio el rostro de la muchacha, cerró las cortinas y se marcho
Sin antes volver a mirarla, llevándose con el, el recuerdo de la mas hermosa joven que ha conocido, relajada, sin problemas ni complicaciones, como un niño, como el niño Jesús en su cuna