Klaus, estaba buscando la manera precisa de llegar Acacia, sin que esta se diera cuenta, dejaría su orgullo, y le pediría ayuda, a su gran amigo Marcel
Elijah, había pasado la noche en casa de la bruja, no se dio cuenta en qué instante cayó en un profundo sueño, pero en este momento, solo sabía que le dolía mucho el cuello
-Recuéstate en mi cama- dijo alguien a sus espaldas- ya me levante- le sonrió
Este acepto, sabiendo perfectamente que no podría dormir, pero anhelaba, estirar su cuerpo, donde hace un rato estuvo el de Acacia, quería sentir su fragancia, quería hasta soñar lo mismo que ella
Rebekah, oía todo, estaba a una distancia prudente como para no ser descubierta, pero si para poder escuchar hasta los murmullos, que se formaban dentro de la casa, no le gustaba, no era de su agrado la bruja Petrova
Acacia preparaba el desayuno, para ella y para Elijah, quien ya es alguien cercano, así lo siente la chica, le gusta su compañía, su presencia, sentirlo cerca, lo estimaba, hizo su hechizo favorito, lo busco y lo encontró, no dormido, pero si relajado, disfrutando de la comodidad de la cama, sonrió
Klaus estaba esperando a su compañero, le había dicho que necesitaba hablar y aclarar un par de cosas, este era el momento donde más lo necesitaba, a él y sus secuaces
Marcel apareció por la puerta grande del bar, miro a Nick y se acerco, tomo asiento junto a él, y pidió un trago, el que tuviera, solo quería algo fuerte
-Y dime Klaus ¿Qué necesitas?- dijo este sin rodeos
-¿Por qué crees que necesito algo para pedirte que vengas?- sonrió
-Porque te conozco muy bien- bebió Marcel- ahora dime
-Necesito tu ayuda- apretó los labios- para atrapar a una bruja
Marcel se intereso inmediatamente por el tema, las brujas llamaban su atención, debía mantenerlas al margen, ero cazar una podía ser divertido, miro atentamente a su amigo Klaus
-¿Quién es?- sonrió
-Acacia Morfen- situó- una nueva doppelganger
Elijah, no había logrado consolidar el sueño, pues podía introducirse en sus propios pensamientos, donde solo la fragancia elegante de Acacia existía, escuchaba como la chica se movía de un lado a otro, debía reconocerlo, era una cama muy cómoda
Klaus, Marcel y Rebekah, quien recientemente se había unido al dúo, preparaban a todos los vampiros de New Orleans, para el ataque, pues Elijah no tendría tanta suerte con tanta amenaza, y una bruja tan poderosa como Davina
Elijah y Acacia estaban perdidos