Acacia despertó, había dormido de maravilla, como lo hacia cuando aun era una niña, cuando su madre entraba por la puerta de la habitación y le besaba la frente, pero a cambio de eso, era Klaus quien cruzaba el umbral para besarle la mejilla
-¿Cómo te sientes?- paso sus dedos por el cabello de la bruja, desenredándolo
-He dormido bien- sonrió
-Rebekah y Elijah han ido en busca de Esther y Celeste- Acacia abrió los ojos- también ha vuelto
-Klaus- el la miro directamente a los ojos- tengo que decirte algo antes de que suceda lo peor- esas palabras hicieron que el híbrido se destruyera por dentro- te escojo a ti- sonrió la doppelganger- te escocería a ti siempre
A pesar que las palabras calaron en el corazón de Klaus, no pudo dejar de sorprenderse y sonreír, sin previo aviso, la beso, la beso con desesperación, con pasión, con amor, Acacia cruzo sus manos en la parte trasera del cuello del híbrido, sin darse cuenta, estaban recostados
Los dedos de Nick hacían cosquillas sobre el pantalón de pijama de Acacia, que a veces sonreía, mordió el labio inferior de Klaus, y la situación cambio, dando un giro rotundamente nuevo, ya no eran solamente besos
La camiseta oscura del original, desapareció a los pocos segundos, igualmente que la de la chica, besaban cada parte de sus anatomías, olvidando por completo toda la mierda que pasaba a su alrededor y que peligraban a ser descubiertos
Aferrándose a los hombros del híbrido, esperando lo que deseaba, al igual que Klaus, había imaginado, fantaseado, soñado y anhelado este momento, y por fin había llegado, quería hacerlo eterno, quería fuera sumamente especial
Acacia ahogo el gemido, Nick se sintió malditamente bien, nunca había experimentado algo parecido, ni con Hayley, ni con la propia Caroline, fue cuando se dio cuenta, que estaba perdido, se había enamorado como un adolecen-te y no dejaría que nadie manchara su amor
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Elijah y Rebekah caminaban en ese gigante bosque, en busca de la bruja Celeste, la vampiro original, desesperada con los insectos que rondaban, comenzó a gritar, que no fuera una cobarde y apareciera
-¿Rebekah Mikaelson me necesita?- una voz completamente diferente, pero un acento terriblemente igual
-¿Qué quiere Esther?- pregunto Elijah- ¿Por qué provoca esos repentinos desmayos en Acacia?
Celeste quiso gritar, odiaba a esa pequeña y repetida doppelganger, ¿Por qué siempre Elijah caía en las redes de las Petrova?
-Esther quiere hablar con ustedes- dijo fríamente- ¿Por qué no me siguen?- y comenzó a caminar
Rebekah y Elijah fueron tras ella, sin pensar que pudiera existir alguna especie de trampa
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Acacia descansaba en el pecho de Klaus, mientras que el original hacia pequeños roces de sus dedos en la suave espalda de la chica, ella suspiraba feliz, respiraba tranquila, el estaba de la misma manera, aunque tenia miedo, mucho miedo, ¿Qué pasaba si Esther le quitaba lo que se había convertido en lo mas importante en su vida?