Capítulo 4

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Con Hiro caminamos hasta nuestros casilleros mientras hablabamos de videojuegos.

-Okay, entiendo tu punto de vista, pero siento que Resident Evil es la mejor saga de juegos de zombies que existen-dijo mi acompañante mientras abría la puerta.

-Lo sé, son buenos juegos, pero nada supera la historia de mi amado The last of us, es decir; ahh-reia- se odian y luego se aman, ¡lloré cuando Joel le dijo a Ellie "pequeña"! ¡el solo le decía asi a Sarah!, es super emocional y la historia es simplemente hermosa.

-Quizás tengas razon, pero no dejaré mi opinión de lado -hablaba mientras guardaba sus libros.

-Oh, creeme que no intento hacer eso, pero deberías analizar mejor la historia y es muy probable que quedes tan enamorado como yo.

-Bien, quizás, solo quizás lo haga.

-Muy bien, es hora de irnos, ¿irás directo a tu casa?

-No estoy muy seguro, mi tía quería que pasara a unas tiendas, necesita algunas cosas que le faltan...pero olvidalo, iré el sábado por ello, no es tan importante.

-Esta bien, espero no te regañe por eso-sonrei.

-Tranquila, ¿debes ir a la cafetería hoy?

-Ehh, así es, pero como tu tia no se siente muy bien no trabajo hasta tan tarde

-Perfecto, si quieres nos vamos juntos, digo... a no ser que te vayas con tus amigas.

-No, tranquilo, siempre me voy sola.

-Muy bien, vamos entonces.

No hablamos mucho durante el camino, ambos íbamos con un audífono puesto mientras oiamos musica de su celular, el transporte iba prácticamente vacío así que no se nos hizo tan largo el camino.

-Hiro, ¿puedo preguntarte algo? -dije un poco nerviosa.

-Ya lo estás haciendo-dijo riendo.

-Lo siento, esque hoy todos en la escuela estaban comentando cosas sobre...

-¿Sobre Kamlyn y yo?, no somos nada, se me acercó para preguntarme...algunas cosas pero nada más.

-Oh entiendo, lo siento si parezco chismosa pero solo tenía esa duda.

-Tranquila ______, no hay problema- me sonrió.

Nos bajamos del transporte y caminamos un poco para llegar al café, Hiro esta vez se despidió y se fue, supuse que a su cuarto.

Cuando acabó todo y ya estaba caminando a casa, me encontré con los amigos de Hiro.

-Rayos, creo que la Sra.Cass ya cerró -dijo el chico rubio.

-¿Por que crees eso?- dijo el otro chico.

-Porque ahí esta la niña que nos atendió.

Me hice la que no oía nada y seguí caminando tranquilamente, hasta que alguien me llamó.

-¡_____!, lo siento creo que asi era tu nombre -me llamaba la chica rubia- Hola, somos los amigos de Hiro, solo queria preguntarte si la Sra.Cass ya cerró el café o si ya no está.

-Ella si está, dijo que quería abrir mas tarde asi que se tomara un descanso, supongo que no hay problema en que vayan.

-Fantástico, muchas gracias ______, cuídate.

-Esta bien, igual ustedes.

Todos se despidieron con la mano y yo hice lo mismo, me hablan como si fuesemos amigos y no lo somos, ni siquiera los conosco; pero como sea.

Llegué a casa a hacer algunas tareas y ver alguna serie, me siento muy bien, confiada en realidad, confiada conmigo, con Hiro y con lo que sea, siento que podría estar hablando mucho mas tiempo con el, lo mejor esque mis amigas me entienden y no me reprochan por no estar con ellas en algunos recesos.

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Un nuevo día, tranquila ______ ya casi es viernes y podrás salir con tus amigas.

Llegué a la escuela un poco mas tarde de lo común, asi que me fui directo a mi clase, lenguaje... hoy debíamos hacer una representación de poemas que se nos asignaron hace una semana, vi a todos cambiados de ropa, con peinados o dibujos en su pecho, yo no había traido nada, ya que bueno, lo sabrán pronto.

-Buenos días alumnos- dijo la profesora Ortega apenas entró- hoy tenemos presentación asi que no perdamos el tiempo, el primero de la lista que venga al frente.

Aquí muchas veces se ve la diferencia que hay entre personas, algunos lo hacen muy bien, otros no tanto y otros que hacen el esfuerzo, estoy algo nerviosa pero respiro hondo y se me pasa, me se perfectamente mi poema, lo practiqué mil veces frente al espejo.

Finalmente mi turno.

-______ _______, pase al frente - me pare e hice lo que me dijo- ¿cual es su poema y su autor?

-El poema que se me entregó se llama "Explicandole la depresión a mi madre:una conversación" de Sabrina Benaim

Mamá, mi depresión va cambiando de forma. Un día es tan pequeña como una luciérnaga en la palma de un oso. Al siguiente, es el oso. En estos días, me hago la muerta hasta que el oso me deja tranquila.

Llamo a los días malos “días oscuros”.

Mamá dice: “prueba a encender velas”. Cuando enciendo una vela veo el destello de una iglesia, el parpadeo de una llama que trae recuerdos antiguos.

Estoy de pie junto a su ataúd abierto, es el momento en el que me doy cuenta de que cada una de las personas que conozco algun día morirá.

Además, mamá, no le tengo miedo a la oscuridad. Quizás eso sea parte del problema.

Mamá dice: “pensaba que el problema era que no podías salir de la cama”. No puedo. La ansiedad me retiene como rehén dentro de mi casa, dentro de mi cabeza.

Mamá dice: “¿De dónde viene la ansiedad?” La ansiedad es el primo que viene a visitarnos y obliga a la depresión a invitarla a la fiesta.

Mamá, yo soy la fiesta. Solo que soy la fiesta en la que no quiero estar.

Mamá dice: “¿Por qué no vas a fiestas reales? Queda con tus amigos”. Claro, hago planes, hago planes pero no quiero ir. Hago planes porque sé que debería querer ir, sé que alguna vez me hubiera gustado ir pero no es tan divertido ir a pasarlo bien cuando no quieres pasarlo bien, mamá.

¿Sabes qué mamá? Cada noche el insomnio me levanta en brazos y me deja en la cocina en el leve resplandor de la luz de la estufa. El insomnio tiene esta manera romántica de hacer que la luna sea la compañera perfecta.

Mamá dice: “prueba a contar ovejas”. Pero mi cabeza solo cuenta razones para seguir despierta, así que doy paseos. Pero mis rotulas tartamudean y tintinean como cucharas de plata sujetadas por frágiles muñecas, resuenan en mis oídos como torpes campanas de iglesia recordándome que estoy sonámbula en un océano de felicidad en el que no me puedo bañar.

Mamá dice: “ser feliz es una decisión”. Pero mi “felicidad” está vacía como un huevo con agujeros. Mi “ser feliz” es una fiebre tan alta que va a estallar.

Mamá creo que cuando estaba mal aprendí a convertir la furia en soledad y la soledad en mantenerme ocupada. Cuando te digo que estuve muy ocupada, digo que me estuve quedando dormida viendo la televisión en el sofá para evitar ver el vacio de mi cama.

Pero mi depresión siempre me arrastra a mi cama. Hasta que mis huesos son los fósiles olvidados de una ciudad cubierta de esqueletos. Mi boca un cementerio de dientes rotos por morderse a sí mismos. Y el auditorio hueco de mi pecho se desvanace con ecos de latidos. Pero soy un turista descuidado. Nunca sabré realmente dónde he estado.

Mamá dice que soy muy buena dándole importancia a lo insignificante y me pregunta de repente si tengo miedo a morir. ¡No! Tengo miedo de vivir. ¡Mamá me siento muy sola!

Pero mamá sigue sin entenderlo. Mamá, ¿es que no ves que yo tampoco lo entiendo?

156 Días.  -Hiro Y Tú -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora