LIBERTAD LEJANA.

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- ¡estuviste más que genial! - dice Tsunade bastante emocionada al ver las ganancias que Sakura tenía últimamente, ya no se comportaba con timidez como al principio, era una chica bastante productiva con lo que hiciera, ya fuera bailar, servir bebidas, ser camarera o incluso robar, que era la tarea que más dinero traía.

- gracias. - una pequeña sonrisa sale de la chica pelirosa mientras se cambia por un lindo vestido color salmón y unos tacones plateados un poco altos - solo que bailar me cansa demasiado y aún no termino con el trabajo del día.

- ya vamos a cerrar, haz lo que tienes ordenado y ya habrá acabado por hoy.

- por hoy. - su voz salió algo desanimada pero no podía darse el lujo de involucrar sus sentimientos, era algo como una regla de oro. Salió caminando de manera segura, llevándose miradas de los que permanecían en el bar y era algo natural, su belleza era grande y su carisma igual, era todo una flor digna de admirar, sus ojos verdes capturaron a su cliente, a quien la había pedido para pasar un buen rato, aunque claramente ese momento nunca llegaría a pasar    - comenzaba a pensar que ya no vendrías bonita. - dice el hombre mientras toma de su copa y la devora con la mirada.

- estaba ocupada en el escenario - sonríe mientras toma asiento en sus piernas y siente como unas manos se posan en su cintura - pero ya estoy aquí.

- bien dicen que lo mejor tarda en venir. - siguió bebiendo de las copas que la pelirosa le extendía, hubo algunas caricias profundas e incontables besos que la chica seguía como toda una maestra mientras sus ágiles manos ponían cierto polvo blanco en las bebidas del tipo.
Entre cada beso y cada risa que salía de esa linda boca sabor a cereza el hombre perdía sus cinco sentidos y no se di cuenta de como fue guiado hacía una habitación.

- será una noche que no va a recordar. - dice Sakura sentándose en su regazo mientras le extendía una ultima copa y sonreía con mucha picardia, el hombre no dudó en beberlo mientras sus manos recorrían las largas piernas de la chica, sin embargo, fue lo último que pudo hacer antes de caer inconsciente en la cama.

Sakura se bajó del cuerpo del hombre y buscó en todos sus bolsillos tomando cada billete y tarjeta de crédito que sus compañeros de trabajo se encargarían de vaciar en tan solo minutos, por supuesto que no olvidó las joyas de marca que traía en sus manos, con algo de cansancio abrió la puerta y entregó todo a Tsunade, aunque un poco de dinero se quedó en sus bolsillos
- lo hiciste bien, puedes ir a descansar.

- está bien. - una sonrisa se posó en sus labios y se fue caminando a su cuarto, no si antes ver al hombre que estaba inconsciente en la cama, pronto algunas chicas irían a desvestirlo para simular que se había acostado con la chica que pagó. Al llegar entró directamente al baño, odiaba que su cuerpo fuera tocado y sentir el agua caliente tocarla le daba la sensación de borrar todo eso y estar limpia de nuevo.

Era de madrugada y el bar comenzaba a cerrar, todas las chicas e incluso los chicos fueron a descansar después de una larga jornada de trabajo. Sakura soltó un suspiro tranquilo al verse con una cómoda pijama y envuelta entre las sabanas, su momento favorito era cuando dormía, no había clientes ni ebrios que podían faltarte al respeto, solo era ella recordando los pocos momentos felices en su vida, recordaba a su mejor amiga y todos los planes que tenían para el futuro, era lindo pensar en ello aunque el fondo supiera que no sería posible.


La joven pelirosa despertó algo tarde, aunque en el bar era lo normal ya que todos dormían en la madrugada y necesitaban descansar - buenos días Sakura. - dice Tsunade entrando al pequeño pero muy bien ordenado cuarto.

- buenos días ¿cómo amaneces?

- bien, al menos hemos podido descansar un poco.

- ¿qué tengo que hacer esta noche?

- mesera, has trabajado muy bien así que mereces algo fácil.

- ¿cuánto llevas trabajando en este bar?

- desde que tengo dieciséis años, llegué por una razón muy tonta... pedí dinero que obviamente no pude pagar, pero no decidieron matarme, sino hundirme en este lugar.

- ¿con lo que trabajas no puedes pagar la deuda?

- cada día me cobran la comida, vestimenta, "vivienda", los intereses de la deuda que nunca dejan de crecer y el dinero que me dieron... es algo tonto pensar que puedo pagar todo eso algún día - una pequeña risa sale de su boca - son unos malditos.

- ya veo, salir de aquí parece imposible.

- la verdadera salida es que un hombre te compre y te saque de aquí.. pero siendo sincera es el mismo infierno pero con diferente escenario, en ninguna de las opciones serás libres.

- es deprimente.

- mejor vayamos a desayunar, debemos alimentarnos bien. - dice Tsunade guiñando un ojo, en realidad la chica se había ganado su aprecio y no le gustaba verla triste, aunque era inevitable al estar en ese lugar y ser consciente de que tu libertad era lo más lejano que podrías tener.

Las dos mujeres se levantaron hacía el comedor, donde todos iban y se sentaban a hablar con los únicos que podían considerarse amigos, todos sufrían el mismo dolor por lo que se comprendían mutuamente - pensamos que no llegarían a desayunar, duermen mucho. - dice una linda chica sonriente hacía las recién llegadas al lugar.

- merecemos dormir todas esas horas. - dice Tsunade sonriendo con alegría al ver a la chica enfrente suyo, al igual que Sakura la veía como a una hija.

- solo sabes molestar. - dice Sakura tomando asiento mientras toma sus cubiertos.

- molesto porque las extraño.

- claro Ino. - Sakura ríe un poco y comienza a comer.




UN AMOR INESPERADO (SASUSAKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora