UN NUEVO CAMBIO.

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Neji fruncía el ceño repetidas veces, hacer algo con esos códigos estaba resultando bastante difícil y complejo, no se había topado con algo así y eso lo emocionaba demasiado, puesto que tanta seguridad indicaba que no era cualquier cosa u empresa como sus sospechas, tal vez el gobierno o algo secreto... sea lo que sea lo descubriría.

La noción del tiempo pasó como nada, entre códigos y contraseñas Neji se dejo caer en el asiento muy confundido – empresa Uchiha... ¿una empresa familiar? 


Izumi camina hacía la cafetería antes de que iniciaran las clases, con cansancio toma asiento en una silla y minutos después Neji aparece con algunas ojeras – veo que te emocionaste investigando ¿no?

– lo que me diste era demasiado complejo pero no llegué a un buen resultado, todo esto pertenece a una empresa como te dije, lo peculiar es que pertenece a la familia de los Uchiha.

– ¿ellos tienen una empresa?

– sí, se dedican a prestamos de dinero con un pago de cuotas e intereses, nada fuera de lo normal o que nos pueda ayudar.

– pero si se trata de ello ¿por qué tanta seguridad?

– a eso voy, para ser una "simple" empresa tiene una seguridad inmensa, tanto como el gobierno podría tenerla y te lo digo porque muchas veces he adquirido informes que no pueden ser públicos. 

– ¿por qué haces eso?

– solo soy curioso, las noticias no son nada comparado a lo que ocultan... necesito más tiempo para investigar, si sé de algo te diré inmediatamente.

– está bien, gracias. – ambos regresan a clases entrando al taller de dibujo, Izumi al ver que Neji la observa con atención se acerca de forma natural a Naruto – buenos días.

– Hola Izumi... ¿sucede algo?

– nada ¿tendría que suceder algo? –  Naruto rasca su cuello incomodo y evita el contacto visual.

– no, no, claro que no. 

– solo quería saludar, hasta pronto. – Izumi toma asiento en su puesto y escucha el timbre de celular, al verlo nota un mensaje de Neji "se intimida contigo, puede que haya algo extraño."


La música era fuerte desde que la noche se posa en la ciudad de Nueva York, el bar Euphoria se llenaba en cuestión de minutos de ser abierto, el licor era más que caro y las chicas hermosas y complacientes, no cualquier persona podía entrar, era como una regla llevar ropa costosa y muy arreglada, podría decirse que era un lugar de clase alta. 

Los hombres brindaban de manera refinada a los exquisitos movimientos que propinaba la bailarina principal de aquel lugar, Tsunade se desplazaba como agilidad y movía telas en su cuerpo haciéndolo ver más sensual, su sonrisa era radiante y no se borraba por nada. Sakura ayudaba a preparar las bebidas junto a un mesero que se comportó amable desde el principio, se mantenía demasiado tímida y a veces era reprendida por ello.

Al acabarse la perfecta presentación Tsunade baja y se encuentra con Sakura –quita esa expresión, si yo fuera un cliente ni siquiera te pediría un trago.

– no sé como hacerlo.

– ven, toma esto. – Tsunade le acerca una botella junto a una copa – piensa que soy uno de esos idiota de afuera, te pido una copa mientras te sonrío y al pasarte el dinero acaricio tu mano. –  Sakura se aleja rápidamente y tiembla – eso es lo que debes evitar, no te alejes, coquetea, sonríe, muévete con gracia o créeme que no lograrás nada.

– yo... lo siento de verdad.

– mírame. –  Tsunade sonríe y con sutiliza sirve el trago y lo extiende en la mesa de manera algo sensual – tu salvación es ser una mujer despierta, linda, atrevida y sobre todo astuta. –  con rapidez saca una bolsita con polvo blanco y lo vierte en el baso discretamente.

– ¿qué haces?

– eres hermosa Sakura, alguna vez te van a solicitar, ya sea como acompañante o para acostarte con ellos.

– pero dijiste que...

– sé lo que dije pero todo depende de ti, este polvo duerme en cuestión de segundo junto al efecto del alcohol, si te solicitan como acompañante tendrás que dejarlos lo bastante ebrios como para poder robarles todo lo que lleven encima pero si te solicitan para una noche los dormirás para robar de igual manera y librarte de hacer algo que te disguste ¿captas?

– entiendo.

– ahora sonríe y trabaja. – Sakura sale y su compañero le brinda una sonrisa para alivianar el ambiente, con un suspiro toma algunas ordenes y siguiendo un poco los pasos de Tsunade logró pasar la noche con un poco más de agilidad. Con cansancio se recuesta en su cama, trabajar tantas horas era agotador y los nervios de tener miradas encima no ayuda nada.

Sakura suspira al mirar el reloj, las cuatro de la mañana y su primer viernes en ese bar había sido un infierno pero en el fondo sabía de que podía ser peor si no ayudaba. Con rapidez se pone de pie y se mira en el espejo de cuerpo completo, tenía que cambiar, ya no podía lucir como una niña y tampoco quería hacerlo, solo quería sobrevivir y poder largarse de ese lugar en cuanto fuera posible.

Durante algunos minutos trato de moverse de manera suave sintiéndose un poco ridícula pero tenía que ganar seguridad con ella misma, su cabello era largo y bonito, algo que iba a su favor si sabía utilizarlo, sus ojos brillantes y atrayentes, su piel tersa y deseable, su cuerpo estaba bien formado... no dejaría que nadie la tocara y si tenía que convertirse en una bailarina y ladrona seductora lo haría sin pensarlo dos veces, nadie tuvo compasión de su persona, así que tampoco la tendría con alguien nunca más.

Los días pasaron y Sakura dormía poco pero aprendía mucho, sabía como vestirse, maquillar, perfeccionaba su baile cada vez más y su carisma subía cada noche al trabajar en la barra. Los hombres comenzaban a notarla y a pedirla, sin embargo, todos en el bar sabían que no estaba lista para ello por lo que las demás chicas la ayudaban.

El bar era casi como una familia, todos se apoyaban, todos se protegían, había excepciones de chicas que no les agradaba en lo que Sakura se estaba convirtiendo, brillaba con naturalidad y no dejaba de subir, ahora era ruda y sensual, una de las mejores chicas y la más joven. 





UN AMOR INESPERADO (SASUSAKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora