PELEAS CALLEJERAS.

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Las mañanas en Canada eran frías y muy tranquilas, o eso era lo que simulaban ser ya que Sasuke no lo sentía de ese modo. Sus pasos recorrieron el espacio de su habitación hasta acercarse a la ventana, los arboles eran blancos y bastante hermosos, un buen ambiente para pensar.

Sasuke necesitaba algún medio para acercarse a la compañía sin ser descubierto, sabía que justo en ese momento debían ser muy buscados por Madara pero la única forma de saber sobre ellos era estando en el mismo mundo. Sus ideas volaban sobre como podría acercarse pero una parecía ser las más indicada y era unirse a otra compañía o incluso a una especie de mafia, lo que sea que pudiera ser tan poderoso como lo era Madara.

El mayor de los Uchiha no se encontraba en casa, a pesar de tener bastante dinero era consciente de que necesitaría un trabajo decente y empezar una vida normal. Sasuke aprovechó esto y caminó por las calles no tan conocidas para su cabeza, necesitaba alguna forma de hacerse conocer por alguien importante pero eso no sería tarea fácil y debía empezar por lo más bajo del mundo de las apuesta y el dinero, peleas callejeras.

Encontrar lugares que lleven estas peleas clandestinas no era algo difícil para Sasuke, tenía cierta experiencia en eso y no tardó mucho en encontrar lo que quería, pero si había un grave problema y era el idioma. Maldijo por sus adentros y se dedicó a ver como los hombres se mataban a golpes mientras las personas gritaban cosas incomprensibles, los billetes pasaban por diferentes manos a cada segundo y hombres con aspectos temibles vigilaban el lugar.

Sasuke caminó hasta una pequeña fila de hombres que esperaban su turno para pelear, se notaban un tanto asustados pero poco le importó al pelinegro que comenzó a envolver sus manos con largas vendas blancas, su corazón latía rápido pero su mente estaba fija en lo que necesitaba, ser el mejor en esto. El tiempo pasaba y el vigilante hacía pasar a cada persona hasta que llegó el turno del más joven de todos.

Las personas al ver al nuevo competidor dieron por sentado que perdería, solo era un niño comparado al hombre que le esperaba en el ring improvisado pero Sasuke solo caminó a su destino, estaba nervioso, eso no podía negarselo así mismo pero su rostro no demostraba nada, al llegar a su lugar su oponente soltó una pequeña risa - esto no es un patio de juegos imbécil, no me hagas perder el tiempo.

El Uchiha no dijo nada, no le importaba los insultos que podía propinarle pero le daba gracia, sabía que era joven pero lo que nadie sabía era que su padre fue Fugaku Uchiha, un asesino profesional que se encargó de entrenarlo para su protección. Apenas la campana sonó el hombre corrió para dar su primer golpe, impacto que nunca llegó porque Sasuke logró detener su cuerpo con una patada alta que llegó directo a su pecho, su mirada era oscura y fija en su oponente, su expresión fría logró causar estragos en quienes la presenciaban.

El lugar quedó en silencio tras el primer ataque y a partir de eso solo se escuchaba el sonido de los golpes que propinaba Sasuke en el cuerpo del contrario, el chico se movía con gracia, con una velocidad increíble y mucha precisión, nadie sabía de donde venía el futuro ganador pero el dinero en aquel joven se veía prometedor. El dinero viajó a nuevas manos, las apuestas cambiaron de rumbo y varios ganadores sonrieron victoriosos al ver como el típico ganador caía al suelo.

Sasuke respiró agitado y sabía que más tarde sus manos y pies dolerían, era cierto que entrenaba pero no estaba acostumbrado a usar lo que sabía en peleas, miró sus vendas que ahora tenían un color rojizo por la sangre, no se sentía bien de hacerlo, nada bien pero necesitaba llegar a Sakura y si esa era la única manera entonces la tomaría.


Al llegar a casa el pelinegro puso agua caliente en la bañera y se dejó hundir hasta el cuello, como había previsto su cuerpo dolía bastante pero estaba un poco relajado, sus ojos se cerraron con suavidad pero al recordar al hombre que golpeó su corazón se estrujó un poco... recordaba tiempo atrás como por su mente había pasado ser parte de la compañía Uchiha, no hubiese aguantado ni un día, aunque también recordaba que lo hacía para sacar a su hermano de ese mundo tan cruel.

Al terminar se puso la pijama y camino por el corredor viendo como su hermano llegaba del trabajo, sus ojos se conectaron por un momento - no tomes duchas tan tarde, puedes enfermarte con el clima tan frío. - La mano de Itachi se posó en la frente del su hermano notando que la temperatura estaba normal.

Sasuke sintió como su corazón se contrajo al tener la caricia de su hermano, recordado como siempre hacía eso cuando eran niños pero no duró mucho ya que quitó su rostro de manera suave - no te preocupes, solo quería un baño de agua caliente.

- está bien, te dejé la cena en tu cuarto.

- gracias. - el más joven camina hacía su cuarto y tomas asiento en la cama mientras seca su cabello, sus ojos van hasta su mesa de noche en donde estaba su cena caliente, una sonrisa pequeña se forma en su rostro mientras toma el plato y comienza a comer, pero se ve interrumpido al tener un mensaje en su teléfono "tú siguiente pelea será en el mismo lugar, mañana a las seis."

No se sentía de lo mejor recibir el mensaje pero eso significaba que varias personas lo notaron y que tendría la oportunidad de seguir creciendo hasta toparse con alguien que pudiera ayudarlo con su verdadero cometido.

Ahora debía entrenar de nuevo, sabía que cada persona que lo enfrentara sería más difícil que la otra y no podía darse el lujo de tener moretones visibles o su hermano enloquecería y no tardaría en darse cuenta de lo que sucede, cosa que no le ayudaría en nada.

UN AMOR INESPERADO (SASUSAKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora