Cuando Chuuya cobró consciencia y abrió los ojos lentamente, enseguida su cabeza le hizo saber la situación en la cual se encontraba; una habitación que era demasiado lujosa para ser la de él, una cama demasiado grande, y... los sonidos provenientes seguramente de la cocina.
Se incorporó en la cama, y observó a su alrededor con detenimiento. Todo parecía más grande y lujoso de lo cual había parecido la noche anterior.
Se observó a sí mismo y no encontró nada extraño más allá de la ropa prestada, la cual le quedaba varias tallas más grande. No había sentido miedo compartir cama con Dazai, no había sentido inseguridad, ni mucho menos malas intenciones provenientes del mayor. Solo mucha angustia de parte de los dos por su actual situación, impotencia, y el miedo de no querer quedarse solos con sus pensamientos.
"Eres egoísta", "Eres egoísta", "Eres muy egoísta"
Frotó su rostro con ambas manos ante su cruel voz interior que enseguida le hizo recordar la razón del por qué estaba en aquel lugar.
— Lo siento mucho, Ane-san — susurró. Perdiendo la cuenta de cuántas veces le había pedido perdón a su hermana de aquella forma tan cobarde; Pues hasta el momento jamás se lo había dicho en el rostro, mirándole a los ojos.
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Chuuya, en silencio y sintiendo cierta incomodidad, tomó asiento en una de las sillas. Y al mirar la mesa con dos cafés humeantes, un pequeño frasco de vidrio con leche, unas simples tostadas y unos huevos, soltó un sonido contenido de sus labios; así es, él casi deja salir una carcajada entremedio de aquel incómodo y silencioso momento.
Dazai elevó una ceja y bajó su taza de expreso sin antes poder beber un sorbo.
— ¿Eso fue una risa nerviosa o qué? — preguntó Dazai serio, pero su voz fue suave y calmada.
Chuuya dejó escapar otro sonido de risa contenida mientras sus hombros temblaban y sus mejillas se volvían rojas.
Dazai suspiró, sintiendo real alivio de que el ambiente no siguiera tan tenso como desde el momento en que Chuuya apareció en su comedor.
— Está bien. Me atrapaste, no sé cocinar nada más. El personal del hotel trae el servicio siempre.
Chuuya finalmente comenzó a reír con tantas ganas que su estómago dolía y sus ojos lagrimeaban.
Dazai simplemente se levantó de su silla y fue hasta el teléfono que estaba allí mismo en su comedor. Ordenó desayuno para dos y luego de escuchar un "A la orden, señor", él simplemente cortó.
Una sonrisa enternecida se formó en sus labios porque... Chuuya reía, y se veía realmente hermoso. A pesar de que entremedio de sus carcajadas intentaba formular oraciones incompletas que finalmente se traducían como: "No puedo creer que creyeras que me iba a tragar el cuento de que ese era el gran desayuno del gran Dazai Osamu" y... bueno...
— Y-yo... lo siento... es solo que... — y seguía riendo — ... vives en la suite de un hotel cinco estrellas que es tuyo y de desayuno tienes tostadas con huevos y un café, ¡Esto es genial!
En el fondo, Dazai realmente planeaba intentar hacer un desayuno él mismo. Porque no quería cosas ostentosas mientras estaba con Chuuya luego de todas las emociones vividas el día anterior, y porque creía que era lo mejor por el ambiente tan denso que había. Pero finalmente, todo había resultado mejor: el ambiente entre los dos había mejorado y Chuuya había reído, lo cual le ayudaba a soltar tensiones, y de paso, a Dazai también.
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uncontrolable • Soukoku • Finalizada
FanfictionChuuya no soporta al novio de su hermana mayor. Y a Dazai se le hace imposible lograr llevarse bien con el hermano menor de Kouyou.