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—Gracias hijo —agradece después de tomar la taza de té.

—Entonces, ¿A qué viniste? —se sienta al lado de su madre.

—A visitarte, creí que era obvio —toma un sorbo.

—Creí que venías por algo.

—Bueno, también. —deja su taza en la mesa del centro—Verás, sabes que ya estoy vieja y...

—¿Vieja tu, mamá? —interrumpe.

—Déjame terminar, el asunto es que conocí a una chica hoy y...

—No. —responde rápidamente—Ni lo pienses.

—Pero es muy linda, hijo.

—No quiero salir con nadie mamá, sabes que no quiero nada amoroso por ahora.

—Hijo, entiéndeme, solo quiero tener unos nietos antes de que...

—Ya mamá, no exageres que ni llegas a los cincuenta. Tengo tiempo para ver con quién quiero estar o quién no, pero no me gusta que me busques pareja —suspira cansado.

—Solo conócela hijo, y si no te gusta dejaré de buscarte una pareja, lo prometo.

Si, su madre no sabía que era gay.

—¿Lo prometes? —alza su ceja derecha.

—Prometido —alza ambas palmas.

—Bien, lo haré —rendido.

—Ese es mi hijo, mañana a las tres de la tarde en la heladería de tu amigo.

—Y ya lo tenías planeado, porque no me sorprendo —habla con sarcásmo.

—Tambien te quiero, cielo. —termina su taza y la vuelve a dejar en la mesa—Me tengo que ir, perdón por no quedarme tanto tiempo pero tú padre ya habrá llegado.

—Tu esposo —corrige.

—Jungkook...

—No mamá, no cambiaré mi manera de pensar sobre ese hombre y lo sabes.

—Bueno —se levanta de su asiento—, te hago recordar que la semana que viene es mi cumpleaños.

—Lo sé y estaré contigo —imita la acción de su hijo.

—Se que estarás conmigo, eres mi hijo.—abraza al castaño—Te quiero.

—Igual te quiero yo mamá —sonrie tranquilamente.

—Bien —se separa—, cuídate—besa la mejilla de Jeon.

—Tambien tú. —acompaña a su madre hasta la salida—Nos vemos en tu cumpleaños mamá.

—Nos vemos hijo —sonríe cálidamente antes de subir al auto blanco e irse a su casa.

Jeon cerró la puerta y nuevamente se volvió a echar en el sillón, salir con una chica. No, no quería, pero promesa es promesa y debía cumplirla si quería que su madre también lo hiciera.

A pesar de que intentó gustarle una chica, no pudo, prefiere lo plano antes que las cosas que les colgaban a las chicas, raro, pero cierto.

Aunque sabía perfectamente que no iba a salir nada bien y que después de hablar con la chica no la volvería a ver así que no tenía de que preocuparse.

En lo que pensaba en todo lo que podría pasar mañana sus ojos se le empezaron a cansar quedándose dormido en los brazos de Morfeo.

Sin pensar, que mañana tal vez recibiría una pequeña visita.



ʜɪ́ʙʀɪᴅᴏ ≈ ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora