Acecho como acecha la noche, sin piedad, no puedes hacer nada contra ella, y ella lo sabe, créeme.
Llevo demasiado tiempo sobre esta tierra para saber que ese hombre será mío, y que no voy a ser capaz de contentarme con su sangre. Voy a quererlo completamente.
Si hay algo más maldito que la necesidad de sangre en los de nuestra especie es la necesidad de compañía. Una que sabemos será breve, tanto por la mortalidad de nuestros posibles compañeros, como por la relación que nosotros podemos tener antes de querer matarnos.
Sé que así será, sé que en un par de décadas, quizás antes, trate de matarme, y no lo conseguirá. No le dejaré como no dejé a otros antes que él.
Pero ahora lo quiero a él, le necesito a él, y le tendré a él.
Mañana es solo una medida de tiempo desdibujada para mí.
Hace tiempo que los años se convirtieron en décadas, estos en siglos y los siglos dejaron de contar.
Soy viejo y joven a la vez, soy un monstruo y no hay nadie más humano que yo.
Soy un vampiro y he escogido a mi próximo compañero.
o0o
Mi reciente divorcio me ha dejado en una situación muy precaria, con la única posibilidad de alquilar un minúsculo apartamento. Ella se lo ha llevado todo, los niños, la casa, mi vida.
Pero sé que yo tengo la culpa y eso es lo que más me pesa.
Cuando cabalgas sobre la ola, tienes dos posibilidades, una mirar por encima de la espuma, sentirte el rey del mundo; la otra es tragar más agua de la que te cabe en la boca.
Yo tragué toneladas, y estoy pagando las consecuencias.
Vivir en esta mierda de barrio, en esta mierda de casa no es lo que más me duele, es no poder ver a mis hijos. Nunca he sido el mejor padre del mundo, eso es cierto, pero ahora que no tengo sus risas, sus llantos, los juguetes clavándoseme en la espalda en el sofá. Ahora que solo puedo verlos un domingo al mes, les echo de menos. Y la certeza de que ellos crecerán creyéndome la peor persona del mundo, me duele.
Tristemente no soy alguien especial, esto es la pan de cada día para muchas personas que como yo tomamos una mala decisión y la ley no se puso de nuestra parte.
Cuando haces una promesa y la rompes, ocurren cosas. Pero me parece completamente extremo que una infidelidad, dejar de amar a alguien, sea motivo para arrancarle de su vida todo.
Quizás que mi ex mujer fuera la hija del dueño de la empresa en la que anteriormente trabaja, que con el que me acosté fuera un hombre, que fuera mi suegro el que nos pillara y que ellos siempre tuvieron mejores abogados, no ayudó.
Pero no soy mal padre, solo mal marido.
Estos pensamientos me reconcomen, y las cervezas, todo lo que mi maltrecha economía puede costearse, que me he tomado al salir del trabajo no ayudan.
Nunca ayudan, tampoco ayuda el tipo que me he llevado del bar. Lo sé, pero he descubierto que mi apetito sexual escala como lo hace mi desesperación.
Es triste, pero es lo poco gratificante que encuentro en estos momentos, y no está la cosa para ponerse más piedras en el camino.
Me besa, me acaricia, y disfruto del calor humano. Mi polla brinca y estoy deseando hundirme en él. El único consuelo que encuentro últimamente.
Busco mis llaves en el bolsillo del pantalón, pero me cuesta, mi otra mano está metida dentro de su pantalón, clavando un dedo dentro de su culo. Tan caliente, tan necesitado que le bajaría los pantalones allí mismo y le clavaría algo más grande.
Pero encuentro las llaves, y lo meto conmigo dentro del portal.
No aguanto más, y él tampoco, se ha bajado los pantalones y se abre impúdicamente ante mí.
Me duele la polla, entre otra serie de cosas, pero esta, lo que más en este momento.
Hubiera querido jugar un poco, no es nada del otro mundo, un tipo cualquiera, pero me vale, me vale más que de sobra.
Estoy abriendo mi pantalón, acariciando mi polla, cuando vuelvo a sentirlo.
Hace días, quizás semanas que los siento. Como si alguien me mirara, me observara. Como si unos ojos, desde lejos pudieran apretar sobre la piel.
He bebido demasiado quizás, y me estoy desviando del asunto.
Me masturbo para darle el punto exacto de dureza, saco un condón de la cartera.
Miro fuera, no hay nadie, sé que es casi sexo en público, pero no es la primera vez. Es diferente al temor de que alguien nos pille.
Es la certeza de que alguien me observa, desde hace tiempo.
Abro el pequeño paquete, mi compañero de esta noche se prepara solo. Buen chico.
Y esa mirada opresiva me excita, llegados a este punto siempre lo hace. Estoy desvariando, solo necesito metérsela.
Y no tardo, y está tan apretado que es el cielo. Siempre lo es, tengo casi cuarenta año, estoy en plena crisis, y he descubierto que me gustan los hombres, sobre todo follármelos.
Como a este, que no me acuerdo ni de su cara, pero oh, su culo me acoge tan prieto y caliente.
Desde atrás, mi vigía o mi delirio, me acaricia con la mirada.
Y no me siento solo, por unos momentos no me siento ahogado en la soledad de mi divorcio, de mi vida.
No pienso nada más que en el placer, en el calor, y es tan bueno.
El cuerpo en el que me clavo gime, y le tapo la boca, no quiero puertas abriéndose y cortando el momento.
Quiero correrme, y quiero meterme aún más dentro de él.
Miro hacia afuera, y lo noto en mi garganta, como si fuera un grito, pero no lo es, no veo nada, no hay nadie.
Me corro dentro de un condón y me doy cuenta de que después del orgasmo me siento mucho más solo.
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Blood lovers
VampireDeseo su sangre, deseo su cuerpo. Él no lo sabe, pero será mi próximo compañero, mi familia, mi amante, su sangre será mía, y yo seré de él. Al menos hasta que intente matarme. Vampiros. Slash. Boyxboy. Dark.