Me gusta observar. Realmente la mitad de mi existencia la he consumido observando.
Pero es fácil quedarse ensimismado en la vida ajena cuando puedes solo ser una sombra. Cuando nada ocurre si tú no quieres que pase.
Viviendo vidas ajenas, alimentándote de sus experiencias, asimilándolas.
Observando he sobrevivido todos este tiempo, y he aprendido mucho.
Lo suficiente para mimetizarme entre ellos fuera la época que fuera, aunque siempre he sido una sombra, necesito de la compañía como cualquier criatura que pisa la tierra.
He seguido a ese hombre durante dos años, he visto como prosperaba y caía en el pozo oscuro en el que había sido desterrado.
Le he visto mirar lleno de amor a sus hijos; como ríe ante cualquier estúpido chiste de la vida; como llora cuando está a solas; como gime cuando se corre dentro de cualquier cuerpo; como se queda dormido delante de una televisión en continua emisión; como mira hacia mí intuyéndome, sin saber que va a ser mío.
Le veo y le deseo, porque he visto todas sus caras y las anhelo.
El precio que va a pagar aún lo desconoce, y cuando lo tenga que pagar solo sabrá un poco más.
Así es mi existencia, y así será la suya.
Relamo mis labios, llevo días sin probar ni una gota de sangre, la necesito intacta, pero el hambre me devora.
Acecho, como tan bien he aprendido, esta noche no es distinta. En mi sombra, en la oscuridad donde puedo llegar a habitar le espero.
A su lado un nuevo tipo, pero mis ojos solo son para él. Tengo tanta sed, taladro su pulso llegando al bombeo de su corazón, fuerte, familiar.
Se acelera cuando el tipo le besa en el justo lugar donde quiero hundirme. Su cuello es fuerte, mis colmillos palpitan.
Las manos sobre su cuerpo, duro, me estremecen. Esta vez no lo van a hacer en el portal de su residencia, sino en un oscuro callejón cerca de un local de ambiente.
El tipo ahora está arrodillado ante él, acariciando su cuerpo con las manos extendidas. Conozco su cuerpo, conozco el corto vello corporal que lo riega hasta llegar a su entrepierna. Hinchada, rebosante de sangre.
Le está chupando, y vuelvo a escuchar sus gemidos. Se meten dentro de mi propio cuerpo, lo siento como si fueran míos.
Con las manos marca el ritmo del tipo que tiene entre las piernas. De nuevo me mira a mí, pero él solo ve una sombra.
Pero esta vez salgo, me dejo ver, y él me ve. Sé lo que ve, noto cuando su respiración se corta y no es por la mamada que está recibiendo.
Salgo completamente de las sombras, mi querido hogar, caminando lento pero con un destino fijo. Él.
Cuando llego a su altura solo tiene ojos para mí, como debe ser.
—Fuera—digo sin levantar mucho la voz, nunca lo necesito, pero el tipo de rodillas se levanta y se va. Sin preguntas, obediente, ya le hemos olvidado.
Solo estamos él y yo, y tengo tanta sed y tanto deseo por él que tengo que controlarme o lo desangraré en ese sucio callejón.
—Tú...—su elocuencia se ha ido, sé que poco tiene que hacer, aún no. Aún yo soy la criatura de la noche y él, un humano a mi merced.
—Yo soy todo lo que necesitas.
Tomo el lugar del tipo al que he echado, abro la boca, e introduzco su miembro aún completamente duro dentro.
Noto el pulso contra mis pequeños colmillos, el sabor de su excitación, y succiono con el hambre del tiempo que llevo deseándole.
o0o
Hoy no tengo ganas de llevarme al tipo de turno a mi casa, prefiero algo rápido en cualquier callejón.
Ha sido un día de mierda, mi ex mujer no me ha dejado ver a los niños, a pesar de que sé que ellos estaban arriba, en nuestro antiguo apartamento en el centro de la ciudad.
Inalcanzables, sé que iniciar un nuevo litigio con ella para verles solo me hará distanciarme más de ellos.
Les había comprado un par de peluches de ojos enormes que había visto a más niños, se los daré la próxima vez. Pero la ansiedad porque esto sea lo que me espera a partir de ahora, me supera.
Por eso hoy estoy en un puto callejón con un tío chupándome la polla, no sirve para nada, no me va a hacer ver a mis hijos, volver a mi vida. Pero me hace no pensar al menos por un buen rato.
Lo vuelvo a sentir, está ahí, pero no hay nadie. Estamos solos y sin embargo no puedo dejar de mirar las sombras, como si pudiera tocarlas.
Cuando estas cobran forma creo que solo es obra de mi imaginación, las ganas de condensar en alguien esa sensación.
El joven que sale de ellas hace que mi respiración, agitada por la succión, se vaya.
Debo estar delirando, no he bebido tanto.
La forma delicada de su rostro, su cabello rubio y rizado, los ojos grises y la pequeña boca rosa, le hacen parecer un ángel.
Algo que no esperaría ver salir de una sombra en un callejón, un ser más del cielo que de la tierra.
Pero es de aquí, plenamente de aquí, y está de rodillas ante mí, no sé qué ha pasado con el otro, ni me importa.
Es su boca, su lengua la que ahora me engullen, siento tanto calor, tanto placer como pocas veces, tomando sus rizos entre mis dedos.
No puedo dejar de mirarlo, como si fuera a desaparecer. Pero lo que noto es como clava sus dientes en mi polla, me hace jadear, no siento dolor cuando debería, solo ola tras ola de placer hasta correrme en su garganta mientras él sigue tragando.
Cuando se aparta de mí casi no puedo sostenerme sobre mis piernas, sin duda es el orgasmo más intenso que he tenido nunca, pero también es algo más.
—Ahora eres solo mío—dice relamiéndose los labios.
No son sus palabras las que me alarman, sino una gruesa gota roja rodando por la comisura de su boca.
Sangre, mi sangre.
Antes de poder reaccionar, el ángel oscuro se ha abalanzado sobre mí y me ha clavado lo que solo pueden ser unos afilados colmillos en el cuello.
Mi sombra no es ningún ángel, es un vampiro que me está desangrando en un callejón.
Me agarro a su cuerpo, más pequeño que el mío, pero fuerte, demoledoramente fuerte y letal.
Noto como estoy siendo drenado y soy incapaz de apartarlo de mí.
Lo último que pienso antes de morir, es que nunca podré darle a mis hijos los peluches que había comprado para ellos, nunca sabrán cuánto les quiero.
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Blood lovers
VampireDeseo su sangre, deseo su cuerpo. Él no lo sabe, pero será mi próximo compañero, mi familia, mi amante, su sangre será mía, y yo seré de él. Al menos hasta que intente matarme. Vampiros. Slash. Boyxboy. Dark.