Morgan apresuró el paso. No sabía dónde se encontraba, ni tan siquiera, si estaba en el lugar correcto.
Se sentó sobre una gran roca que había en el suelo, y, comenzó a meditar sobre todo lo que le había pasado hasta entonces.
Todo había ocurrido en Central Park, una mañana de invierno, en Nueva York.
Morgan había estado leyendo su libro hasta que aparecieron aquellas palomas misteriosas, y, luego, todo lo demás...
Intentó salir del parque sin mucho éxito, ya que no había salida disponible. Luego, se chocó contra aquel árbol y, a continuación, se introdujo bajo aquella casada.
Había aparecido en Halton sin ninguna expliación y, había conocido a los Elementos. Le habían asignado el Elemento Aire, y, se reencontró con el que hace tiempo había sido el amor de su vida. Logan.
Sin embargo, Logan no pareció prestarle demasiada atención. Tal vez ya tuviera a otra chica ocupando aquel lugar en su corazón.
Tal vez solo quisiera olvidarse de ella...
Recordó como conoció al Sr. Guten y a su criada, Micha, que fue la encargada de prestarle aquel libro. Aún recordaba lo mal que lo pasó aquel día cuando vio el huracán.
Aquella mañana la chica percibió, que no era del todo normal. Entre ella y el imponente remolino de viento, notó que había una especie de conexión.
Algo les había unido en aquel momento, y su mente se había conectado con la de su Elemento.
Jamás podría haber imaginado que el próximo paso sería llegar a aquel edificio y mucho menos que realizaran la primera Fase de lo que sería una larga y dudadera pelea en contra del ¿Fin del Mundo?
Aún así, Morgan percibió algo muy raro al entrar en la sala del Sr. Guten: La Sala de Los Relojes.
Allí había visto los primeros relojes en funcionamiento que había vislumbrado hacía mucho tiempo.
Por no hablar de cómo el Sr. Guten les encontró fisgoneando en su laboratorio y tocando algunos de los miles de collares y amuletos que se hallaban en aquel lugar...
Sin duda, el Sr. Guten escondía algo. Y no debía de ser nada bueno.
Y, ahora, en aquella Fase, no estaba muy segura de lo que pasaría. Ni siquiera se sentía segura de querer seguir siendo un Elemento.
Pero eso era cosa del destino. Y Morgan sabía de sobra que el destino era inalterable.
Abrió la mochila que colgaba de su hombro. Allí encontró el libro que Micha le había dado.
Como no tenía mucho que hacer en aquel misterioso lugar, decidió proseguir con la lectura.
***
"Capítulo 2: El secreto de los Elementos"
Fuego: valor. Esta palabra es la que define a este Elemento. Valor y osadía. Un verdadero Fuego debe enfrentarse a lo más temible sin dudar de sus habilidades.
Será cabezota de vez en cuando, pero en cuanto se lo plantee, podría llegar a ser un compañero incondicional.
Cuando Morgan leyó este párrafo, supo en seguida que Aidan cumplía con todas las características que aquel libro describía.
Agua: amistad. La persona que posea este Elemento será una persona optimisa en la que se podrá confiar.
Sin duda, Sarah era exactamente tal y como se decía en aquel libro.
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© Saga Elementos: Fuego (I)
FantasySe acercan las tormentas. El Sol cada vez esta más cerca de la Tierra. Pero cuatro chicos con poderes sobrenaturales se encargarán de salvar el mundo. Fuego, Agua, Aire y Tierra se tendrán que unir para conseguir frenar la catástrofe que acecha al m...