one shots; harry styles

lolita; two

2018

Lorraine.

Mientras hablamos en el jardín más invitados llegan, eran los que habían mencionado mis padres, amigos, socios y uno que otro vecino. Cada vez que el timbre sonaba yo tenía que dirigirme a la entrada y darles la bienvenida, eso sucedió constantemente hasta casi las nueve de la noche.

Aparentemente todos los invitados llegaron, por lo cual comencé a deambular por la parte trasera de mi casa alrededor de la gente, varios me llamaban para felicitarme o hablar de algún tema en especial, como mi rendimiento escolar o mi vida amorosa, lo de siempre.
Una vez ya todos tuvieron una charla conmigo voy a sentarme en un pequeño sillón y visualizo todo el panorama, inevitablemente busco al joven hombre de cabello ondulado que reencontré hoy después de tanto tiempo.

Estaba tan sólo a unos metros de mi, parado al lado de su madre y otra señora, se lo veía animado. Examino detalladamente su aspecto, ya que no pude hacerlo antes: lleva puesto un elegante traje con diseño a cuadros color violeta, muy diferente a los que usan los hombres usualmente. Su cabellera está desordenadamente peinada hacia atrás, pero igualmente mantiene en armonía la elegancia del atuendo y de su notable belleza también.

Antiguas memorias vienen cuando pienso más en él, memorias de mi niñez en su casa jugando con él y con Gemma, su hermana. Siempre amé ir a su hogar y pasar el tiempo allí, lo hacía cada vez que podía y él mayormente estaba ahí, pero yo me centraba más en su hermana, aunque él siempre estaba atento a mi.

Mientras tengo visiones de mis recuerdos en mi cabeza me doy cuenta que tuve la mirada perdida en su dirección todo el tiempo, reacciono y muevo rápida pero tranquilamente la cabeza, sin embargo sus ojos ya estaban nuevamente fijos en mi. Aparto la mirada e intento enfocarme en el jarrón de flores que hay sobre la mesa frente a mi, mis padres eligieron mi variedad favorita, los jazmines.

El espacio vacío a mi lado parece ser habitado, me hago una idea del ocupante pero no me animo a confirmarlo hasta que la misma persona lo hace.

-¿Estás aburrida?- escucho su voz ronca, es más grave de lo que era antes.

Me giro y nos miramos, pero rápidamente vuelvo a visualizar las flores, asiento a su pregunta y contesto.

- Un poco, la gente que está no es muy interesante como para mantener una charla la verdad- mi tono afortunadamente es tranquilo y no demuestra algún signo de inquietud.

-¿Yo estoy entre ese grupo de gente?- interroga, parece estar interesado en lo que pueda responder.

- No lo sé, hace mucho no hablo contigo, solías ser entretenido- lo miro nuevamente pero esta vez mantengo mis ojos en él.

Sonríe como un niño, lo que hace aparecer sus dos hoyuelos que tanto se mantienen en mi memoria.

- Tú solías ser realmente linda y tierna, bueno, sin dudas lo sigues siendo.

Muerdo el interior de mis labios para evitar hacer una mueca tonta en reacción a sus dichos, los cuales realmente no esperaba.

- Eh, creo que eso es un poco obvio, la mayoría de los niños lo son, cualquier cosa que hagan llega a ser tierna, también linda, o sea, no lo sé, es común- divago nerviosamente las palabras, él lo nota y parece darle gracia porque ríe.