one shots; harry styles

lolita; four

2018

Lolita.

El aburrimiento se filtra por mis ojos al observar a la maestra de biología, la materia que más odio, explicar un tema probablemente importante para la próxima prueba. Mis amigos que usualmente hablan entre sí durante clases ponen todo su esfuerzo en escuchar, debido a que no quieren reprobar nuevamente, en consecuencia no hay nadie con quien distraerme.
Pongo mi mejor cara de concentración mientras mantengo fija mi vista en el frente, pero para entretenerme busco algo en qué pensar. Instantáneamente viene la imagen de Harry sonriéndome a mi mente, por lo que se genera el mismo gesto en mi, sin embargo hago mi mejor intento en ocultarlo.

Los recuerdos de ayer por la tarde vienen a mi y tengo que agachar mi cabeza para no hacer obvio mi sonrojo, era inevitable que no ocurriese al pensar en las bellas cosas que sucedieron.

Luego de que nos fuéramos de mi casa ambos dormimos en su cama después de charlar un poco, no sé cuántas horas fueron pero estoy segura que más que las usuales. Al despertar él estaba pegado a mi, con sus brazos y piernas rodeándome apretadamente, tenía su cara oculta en mi cuello y podía sentir su tranquila respiración allí. Tuve que levantarlo un rato más tarde para que fuéramos a mi casa antes de que llegasen nuestros padres y nos vieran durmiendo juntos.

Fue algo realmente simple pero nunca había experimentado una cercanía tan larga y duradera con él ni con nadie más, por lo que fue verdaderamente especial.

Hoy espero verlo a la tarde como siempre intentamos, muy pocos son los días en los que no podemos vernos y sólo nos saludamos por la mañana.
Ayer antes de irse me comentó que tenía una sorpresa, pero no mencionó nada más, espero poder sacarle algo de información cuando nos veamos. Por suerte no falta mucho para eso, ya que esta es la última clase del día.

Veo la hora en el reloj y faltan menos de quince minutos para irnos, comienzo a acomodar mis cosas para después poder guardarlas más fácilmente y poder marcharme a mayor velocidad. Golpeo mi lapicera contra mi cuaderno repetidamente a causa del aburrimiento, la profesora ya dejó de explicar y está apoyada en su escritorio vigilando el salón. Los únicos sonidos que se escuchan en todo el aula son el de mi lapicera y el reloj, que cada vez que se acerca la hora final aumenta su volumen. Los demás están usando sus celulares o terminando de copiar lo escrito en el pizarrón, yo ya hice esto último hace bastante así que no me preocupo.

En unos segundos el timbre suena sin anticipación alguna, provocando que todos nos levantemos y salgamos del aula de inmediato. Mis amigos con los que compartía clase vienen a despedirme en mi camino hasta mi casillero, al llegar allí deposito todas mis cosas adentro y lo cierro, retirándome con sólo lo que necesito.

Al salir están todos los alumnos por los alrededores del edificio, me abro camino hacia mi usual ruta hasta mi hogar, pero al hacer sólo unos pocos pasos algo me llama la atención. Un antiguo auto amarillo descapotable está estacionado frente al establecimiento, pero lo que hace que los demás posen sus ojos allí no es el vehículo, sino la persona que está apoyada en él.

Harry reposa su cuerpo relajadamente sobre la puerta delantera, con un semblante neutral y sus ojos cubiertos por lentes de sol debido a lo fuerte que estaba éste hoy. Al enfocar su mirada sobre mi, como si de una vieja película de los 50's se tratase, sonríe y retira los anteojos de su rostro, colgándolos en el pequeño bolsillo de su camisa y luego pasando una mano por su cabello, siempre mirando a mi dirección. Hace una leve seña con su cabeza para que me acerque, desconcertada le hago caso y me posiciono a menos de un metro de él. Rodea mi cintura con su brazo y me acerca aún más a su figura, depositando un sonoro beso en mi mejilla, probablemente porque se percató de que todos los alumnos están escudriñándonos y no podemos besarnos tan cerca de los labios.