El destino es incierto. El universo extenso. Todo es tan desconocido,pero el deberá ser fuerte para superarlo todo y luchar por lo que él dice que ama.
-Yoongi ¿Porque lloras?
-Taehyung me odia....
Historia Taegi.
100% de mi autoria.
HxH
¡Gracia...
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Sin embargo eso no le detuvo a que el niño de ojos platinos siguiera bajando. Yoongi huiría por las mañanas una vez viera que su madre, La luna, dormía y se refugiaba entre sus nubes.
Miraba a ambos lados dentro del palacio blanco y cuando no veía a Jimin en algunas de las puertas del recinto, él diría un conjuro y una pronto frente a él un círculo de centelleantes luces se abriría y lo transportaría a donde vivía sus nuevos amigos - bueno él creía que lo eran- Los buscaría y el pequeño Yoongi de doce años volvería a mirar un extraño sentimiento.
Sus ojos seguirán a los dos jóvenes que caminaban uno al lado del otro, sus hombros rozándose mientras hablaban y las mejillas de Hoseok tomarían un extraño color carmesí. Taehyung le susurraría algo más en el oído del mayor y el pelirrojo le reprendería con un golpe, pero todo mientras seguía riendo y ruborizándose.
Esa fue la primera vez que Yoongi se preguntaría qué era aquel sentimiento. El cual siempre veía desprenderse más del lado del lobezno castaño.
Su duda no duraría mucho, porque detrás de él alguien se lo diría —Amor, es bello ¿no?—
«Amor»
El pálido brincaría en su escondite y giraría en sus pies para mirar al niño que estaba detrás de sus espaldas. Rubio y con hermosa sonrisa, el niño de aspecto raro le guiñaría un ojo y Yoongi trataría de huir, pero sería demasiado tarde, el contrario le tomaría su mano primero.
—Mi nombre es Jackson y no tienes que huir de mí, yo no diré tu secreto —
«¿Secreto? ¿Yo tengo uno?» El platino se lo preguntaría, pero se guardaría sus dudas. En cambio observaría a Jackson y analizaría la rara vestimenta que llevaba.
Un pañuelo rojo cubriría su frente mientras su pelo rubio sería peinado de lado, llevaba una camisa de franela blanca y sin mangas, sus pantalones serian de manta color café y en sus orejas llevaría dos aros de acero. Yoongi sintió curiosidad y preguntó por el nombre de ellas.
—Son aretes — le diría el nuevo niño — Todo gitano debe portarlos — él le sonreiría y Yoongi le devolvería el gesto.
—¿Quieres venir conmigo y dejar solos a los tortolos — le menciono, mientras sujetaba su mano. Yoongi queriendo evitar que de nuevo Taehyung se enojara con él, asentiría a lo que el niño decía y lo seguiría.
Esa fue la primera vez que Yoongi no busco a los lobeznos.
