Una inesperada visita.

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Había crecido y como estaba predicho en sus líneas de vida, él se había convertido en un fuerte Alfa. Su madre se había sentido feliz con esa noticia y ella junto con el nuevo gitano que habitaba en su casa le habían realizado una pequeña fiesta por su presentación.

Jackson era un tipo agradable que se volvió poco a poco indispensable en su familia, era el pequeño rubio quien siempre acompañaba en su soledad a su madre, cuando él ahora siendo la nueva cabeza de la casa tenía que salir a cazar para poder mantenerse.

Ya que por la decisión de conservar al gitano la manada les había echado totalmente. Tachándolos como traidores.

No era como si a su madre y a Taehyung les importara mucho,ya que desde que su mama fue echada de su antigua manada, aquellos grupos habían dejado de ser importantes para ellos. Siempre habían sido solo ellos dos y ahora con Jackson podrían considerarse una manada de tres. Además que Taehyung no necesitaba nada más para ser feliz, más que solo el amor de Hoseok.

El omega que crecía cada día siendo más hermoso. Taehyung solo necesitaba de su radiante sonrisa para iluminar sus días y de sus suaves caricias para atenuar sus pesadillas. Hoseok era todo para él, pero al parecer eso no era suficiente porque el pelirrojo siempre le decía que "no", cada que le pedía ser su omega.

Hosek después de eso solo le sonreía y giraría su mirada para posarla en el cielo, sus ojos divagando en el esplendor de las estrellas, miraría a la luna y le preguntaría a Taehyung si creía que Yoongi y Jimin algún día regresaría.

El corazón del alfa se contraería, porque él sabía por la mirada que le dio el guerrero, que eso no pasaría. Pero Taehyung no se lo diría, porque no querría perder la sonrisa de su amado.

En vez de eso, él bromearía y diría:

—Puede que ahora ellos te estén viendo ¿Por qué no le dices a Yoongi que le diga al sol que no sea tan radiante?—

Hoseok se burlaría y le daría un pequeño golpe y dejaría el tema de lado, centrando solo sus ojos en el castaño. Lo único que Taehyung necesitaba.

Así pasaron unos años, en un parpadeo hasta que Taehyung cumplió dieciocho años.

El sol seguía siendo radiante y él junto con Jackson se había cansado de sembrar algunos vegetales, pero era un castigo puesto por su madre ya que desobedecieron las reglas de no acercarse de vuelta a la aldea donde estaban los gitanos.

—Ellos se lo buscaron — se acordaba Taehyung, le había dicho a su madre — ellos trataron de llevarse nuestra caza—

Sin embargo su madre, no les permitió las excusas y ahora se hallaban allí con su piel tostándose por los enormes rayos del sol.

—Necesito agua— dijo Jackson mientras sin decirlo doble vez, dejaba a Taehyung y se echaba a correr con dirección a donde estaba el río.

—¡Vamos Jackson! Que son unas cuantas quemaduras — gritaría para que el rubio se detuviera, pero el muchacho lo ignoró y salió huyendo.

—¡Oh vamos!— dijo frustrado— ¡Yoongi en serio dile al sol que pare! — bromeo porque era lo único que le quedaba, soltó un suspiro y continuó con su trabajo. El pañuelo rojo que cubría su frente se hallaba empapado por el sudor, sus brazos estaban cansados de arar y Taehyung cantaría una canción para hacer más llevadera su tarea.

De pronto un estruendo le asustaría y él giraría a mirar el cielo, sus ojos brillaron al ver a la luna llena mostrándose en vez del sol, un túnel de arcoíris se abrió y de ellos un sinfín de aves descendieron con sus cantos celestiales; Todo ocurriendo en un simple parpadeo y de pronto Taehyung caería al suelo con un nuevo peso sobre él, sus ojos se cerraron por el golpe, sus labios chocaron con algo suave, en sus manos sujetaría el delgado cuerpo de la persona que le tomaba del cuello y un aroma a rosas inundarían sus fosas nasales, su lobo saldría de su letargo y movería su cola en son de alegría.

Taehyung poco a poco abriría los ojos y vería al maldito malnacido que le robaba su primer beso, sus ojos se encontrarían con aquellos grises que pensó nunca ver de nuevo; Yoongi le vería y él tan solo sonreiría mientras aún sus labios se mantienen unidos.

El corazón de Taehyung palpitaría confundido.

No sabría qué hacer y el miedo inundándolo haría que él arrojara lejos el cuerpo delgado del niño que no había visto en años.

—¡Qué demonios te pasa!— le gritaría con cólera.

Yoongi caería al otro lado del lugar y con dolor en su trasero, el pálido tan solo le mostraría un puchero con esos delgados labios que ahora eran tan rosados.

Taehyung no podría apartar su mirada de ellos.

—Yo...— el muchacho trataría de acercarse, pero Taehyung le detendría.

—¡NO TE QUIERO CERCA, NO LO ENTIENDES! —

Eso provocaría que los ojos grises brillantes se volvieran opacos y que pequeñas gotas de agua empezaran a inundarlos. Yoongi iba a empezar a llorar, sin embargo no pudo cuando unos fuertes brazos lo alzaron y lo abrazaron con fervor.

—¡YOONGI! — Jackson apareció corriendo y rompería ese cuadro que se volvió tan raro.

—¡Yoongi, te extrañe tanto!—

El rubio lo sujetaría con tanta fuerza que ver que Yoongi le devolvía el gesto le provocaría un raro sentimiento.

El rubio lo sujetaría con tanta fuerza que ver que Yoongi le devolvía el gesto le provocaría un raro sentimiento

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pollito-pan.

"Hijo de la Luna"🌙TAEGIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora