El destino es incierto. El universo extenso. Todo es tan desconocido,pero el deberá ser fuerte para superarlo todo y luchar por lo que él dice que ama.
-Yoongi ¿Porque lloras?
-Taehyung me odia....
Historia Taegi.
100% de mi autoria.
HxH
¡Gracia...
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Se hallaba en un nuevo lugar. No lo reconocía, porque había nieve que cubría en un manto blanco todo aquel bosque.
Los pinos desprendían olores que lograron que se tranquilizara un poco y empezara a caminar hacia donde se hallaba saliendo humo de una chimenea.
Algunas ramitas se encajaron sus pies desnudos y con sus brazos enrollo más en su cuerpo la única frazada que lograba cubrirlo de aquel clima helado. Camino por un sendero que era de pequeñas piedras de río y se detuvo para esconderse detrás de un árbol, cuando escucho voces venir.
De pronto Yoongi quiso correr cuando lograr reconocer a su guerrero, Jimin. Sin embargo Yoongi contuvo sus ansias y se quedó mirando más a detalle al muchacho.
Jimin tenía el cabello negro y los ojos platinos, Jimin llevaba ropas que le cubría del crudo invierno.
Jimin llevaba en sus brazos a un bebé que suponía Yoongi era suyo, pues las regordetas mejillas del infante así lo mostraban. Pero a Yoongi eso realmente no le sorprendió lo que hizo que una mueca de confusión se posara en su rostro fue ver a la otra persona que acompañaba y se aferraba a Jimin.
Hoseok.
Hoseok entrelazaba las manos con el guerrero y en forma de juego dejaba pequeños besos sobres los labios contrarios.
Una escena extraña, pero que de cierta manera le hizo sonreír.
El pálido joven se escondió mientras la pareja junto con su bebé pasaban y cuidando en que no le notaran él les siguió hasta una gran cabaña. Yoongi quería acercarse a preguntar en donde se hallaba y lo hubiera hecho de no ser porque alguien se atravesó en su camino.
Choco con esa persona, el suelo resbaladizo hizo que ambos perdieran el equilibrio y fueran a parar al frío suelo. —Lo siento — dijo con pena mientras se paraba y hacía una reverencia aun sin ver a la persona que tenía enfrente.
—¿Yoongi? ¿Dónde estabas?— el chico ignoró sus palabras y pronto le tomó de los hombros inspeccionándolo de pies a cabeza.
Yoongi no le conocía.
— El alfa te ha estado buscando y sabes cómo se enfada cuando no te haya y menos si sus gemelos no dejan de llorar.
El pequeño hombre sacudió la nieve que había manchado su frazada y tan pronto acabó, no espero a que Yoongi dijera nada, lo inició a guiar hacia la cabaña.
—¡Kyunsoo, Yoongi ha llegado!— se escuchó el grito de alguien a la lejanía y ambos se quedaron observando al hombre de cabello azabache que había llegado en su forma lobuna.
El azabache levantó la mirada y se encontró con la de Yoongi.
Ambos desconcertados con verse así mismos en diferentes lugares.
—Este no es tu lugar — escuchó decir a su yo de pelo oscuro — sigue tu camino viajero.
El hijo de la luna asintió a sus palabras.
Nunca robaría un mundo que no le pertenecía.
El empezó a cerrar sus ojos tratando de volver a donde pertenecía—¿Dónde es exactamente aquel lugar.?
Tantas dudas. Tantos sueños y ninguna respuesta.
¿Exactamente esto que significaba?
Sin embargo él se fue feliz llevándose consigo la última escena; Aquella donde un Taehyung pelirrojo salía cargando dos pequeños bebés que extendieron sus brazos para ser cargados por su otro padre.
Ese claro no era el mundo de este Yoongi.
« El volvió a verse perdido en el reloj de arena»
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