"Hijo de la Luna"🌙TAEGI

Un paso en el tiempo.

En sus brazos cargo el pequeño cuerpo inconsciente del Hijo de la luna cuando esté cayó dormido. Aunque fuera descabellado lo que pensaba, la sensación no desapareció.

Yoongi se sentía tan bien en sus manos, como si estuviera hecho para encajar completamente con él. Arrugó su entrecejo con el solo pensamiento.

Cuando llegó a la habitación, depósito al más joven sobre su cama, prontamente acomodándole, arropándolo y posándose a su lado mientras tentaba su frente.

Su semblante se suavizó al notar que la fiebre que tenía el menor, disminuía y los golpes del látigo lentamente se desvanecía de su lechosa piel.

Se culpó por no haber podido llegar antes, por no poder castigar a quien le hicieron tanto daño al que consideraba su amigo. Era verdad que algunas veces peleaba con el más bajo y que constantemente le gustaba fastidiarlo, pero eso no evitaba que él quisiera protegerlo.

No era un sentimiento nacido en su pecho-o al menos eso quería creer- más bien lo hacía, porque Hoseok siempre demostraba el cariño que le tenía a Yoongi, y él, cómo alguien que amaba al de cabellos rojizos, iba a proteger a todo lo que el mayor apreciara.

La línea de sus pensamientos tomo un rumbo diferente cuando su mano encontró la de Yoongi, sin pensarlo su cuerpo se movió por puro instinto, logrando hacer que ambas manos se entrelazaran y él las apreciara unidas mientras sus ojos color marrón tomaban un ligero color amarillo.

Yoongi se removió en la cama, ocultando su rostro en la almohada, sin embargo no deshizo el agarre al contrario de lo que pensaba Taehyung, el más bajo lo hizo más fuerte. El de cabellos platinos volvió a dormir con tranquilidad.

El lobezno se mantuvo así durante un buen rato hasta que fue sorprendido, una vez que la puerta de su cabaña se abrió con violencia y atravesando el umbral a grandes pasos, un guerrero con preocupación miro el tan deplorable estado de su niño amado.

—¿Qué a sucedido?— su voz salía forzada, pues su sangre hervía por la ira.

—Los gitanos le atacaron —

El guerrero no dijo, ni preguntó nada más, solo se acercó despacio tratando de hacer el menos ruido posible para que no quebrantará la siesta del que dormía.El guerrero observó la frente del más pálido y su pecho se oprimió lleno de dolor.

Jimin tomó entre sus manos el cuerpo delgado de Yoongi y mirando con recelo a Taehyung le pidió que soltara su mano, el lobezno no se opuso y solo le obedeció en silencio.

—No volverá más aquí— había dicho decidido.

—Él querrá ver que su amigo este bien — dijo Taehyung, mientras su mirada descendía y solo observaba hacia el suelo con parsimonia.

—No me importa, él no volverá— de sus ojos salían lágrimas de impotencia. Y se juró así mismo que nadie más, nunca en la vida podría contemplar la pureza y dulzura de aquel niño al que le habían quitado algo sagrado.

Ese don que su propia madre le había obsequiado.

¿Ahora qué le diría a la Luna?

¿Cómo decirle, que su propio hijo podría perder la vida si era herido?

Quedándose con esos pensamientos, el guerrero llamó a las luces del espacio tiempo y con Yoongi en sus manos ellos volvieron de nuevo al cielo.

Taehyung quiso decir:

«No te lo lleves, porque yo no pude disculparme con él. » Pero era demasiado tarde, Yoongi nunca más iba a volver.

Tus palabras suenan.

«Estorbo»

Como si estás, tuvieran mucho significado, así que ¿Cuál es cuál?

Mientras más pase el tiempo, esto se hace más profundo;

El espacio entre tú y yo en el pasado; Justo ahora es inmenso.

«No me dejes.»

(...)

Podía verse en un escenario diferente; el tiempo había cambiado. Donde antes había naturaleza, ahora era llenado de casas de piedra y concreto, gente transitando y platicando mientras llevan su vida en una atareado mundo.

Todo parecía ser un caos, peleas en las calles, gente robando a inocente por callejones, personas estresadas por el tránsito; todo en una nebulosa negra. Sin embargo podía verse así mismo encerrado en una esfera de paz que aquel que nunca pensó tener en sus sueños, le construía.

Taehyung entrelazaba sus dedos mientras caminaban por una acera, Yoongi podía ver la sonrisa de aquel joven que le miraba como si le quisiera.

Debería de ser feliz, pero no podía porque no era él a quien tomaban de la mano, no era él a quien le decían "Te quiero" no era él, tan solo era uno más de los pedazos fragmentados de su corazón.

Y eso le hizo abandonar su sueño.

Despertó de nuevo mirando el techo de nubes suaves, se da cuenta que se ha caído de su cama cuando uno de sus pies es el único que queda encima de ella.

Años pasaron desde que dejó de visitar a la tierra. Tiempo en el que no supo más ni de Jackson,ni de Hoseok y mucho menos de Taehyung...

Este último apareciéndose en sus sueños cada día que tomaba sus siestas. ¿Porque? Ni él lo sabía.

Escucha el canto de las aves y estas le felicitan por otro año más de vida; dejó de ser un niño y ahora es casi un adulto. Pero en este palacio parece como si nunca hubiera crecido.

¿Encerio el tiempo se desvanece tan rápido?, que ni siquiera te da permiso de detenerte a tomar un respiro.

Probablemente sí, pero eso Yoongi no tuvo oportunidad de sentirlo porque se siente cautivo.

Él quiere volver a vivir.

Pollito-pan.