"Hijo de la Luna"🌙TAEGI

Sus pensamientos.

La mañana de ese día tuve un sueño... fue...fue raro porque Yoongi aparecía.

Me era imposible recordar el escenario, pero algo me decía que no era bueno. Yo desperté llorando.

Yoongi no era del tipo de persona como yo pensaba que sería. Él no estaba luchando conmigo por quitarme la atención de Hoseok hyung, al contrario ayudaba a que yo la tuviera toda.

Yoongi era una persona de pocas palabras y de pocos gestos. Eran contadas las veces que sonreía, que dijera una grosería, que alzara la voz y sobre todo que mostrara debilidad.

Por ello me asusto verlo colapsar al lado del río y más aún que la pequeña luna que tenía en su frente se tornara grisácea y sin ningún tipo de luz.

Yo lo único que pedía es que él estuviera bien.

De pronto una necesidad de protegerlo nació en mí, la idea de sujetarlo en mis manos y ayudarlo a despertar ya no era una idea loca, ahora parecía ser la mejor opción.

Y no solo se quedó en un pensamiento, yo lo tomé y lo aferre a mí, porque mi lobo e incluso yo lo necesitábamos.

Su pequeño cuerpo encajo en mis brazos, mi calor lo envolvió e hizo que su temperatura helada empezará a ser reemplazada y aumentará. En ese momento no me importo las miradas de incredulidad que me dieron Jackson y Hobi hyung.

Yo mecí al pálido chico hasta que este empezó a balbucear pequeñas palabras y entre algún susurro dicho por él, surgió mi nombre.

—Tae...

—¿Yoongi? — dije para que pudiera escucharme y volviera en sí.

—Deberíamos llevarlo a casa —

Había dicho algunos de los chicos, pero yo deje de escucharlos; Solo me centre en el platino que parecía sufrir dentro de su sueño.

— Yoongi...— dije inclinándome más sobre su rostro, llamándolo aun en susurros — Aquí estoy, solo sigue mi voz.

«No vuelvas a irte»

Pensamientos surgieron junto a nuevos miedos que nunca creyó tener. El estudio el rostro contrario y miro lo hermoso que Yoongi era.

«¿Por qué nunca te había visto?» pensó.

De pronto su mirada con enorme escrutinio estudio el delgado rostro hasta el más mínimo detalle, deteniéndose en aquella boca. En aquellos delgados labios tan rosados y carnosos que incitaban a querer...

Agito su cabeza tratando de ignorar lo que pensó, Yoongi era su amigo él no tenía por qué imaginar cosas así.

—Yoongi es hora de despertar — dijo de nuevo mientras sus ojos se empezaban a cerrar y con cuidado descansaba su frente sobre la del más pálido. El absorbió su aroma, mientras hacía lo que su lobo le pedía.

Al parecer el animal llamó de nuevo a lo que él creía era su compañero. Taehyung llevaba discutiendo con su otra parte ese asunto, pero en ese instante no lo hizo. No era el momento, ni el lugar.

Abrió de golpe sus ojos cuando de nuevo Yoongi le llamo, sorprendiéndose en el momento observó que el chico le miraba tan desconcertado y con las mejillas sonrojadas. El espacio que separaba sus rostros era tan minúsculo que sus propias respiraciones se mezclaban en una nebulosa de calor.

—¿Yo? — El pálido balbuceo —¿Yo-o estoy en casa? —

El alfa sonrió y asintió en silencio.

Yoongi le devolvió la sonrisa y Taehyung pensó que ese gesto podría incluso iluminar más las mañanas, que el mismísimo sol. Su corazón por una extraña razón palpito con emoción y sin pensar en lo que hacía, el dejó un casto beso sobre los labios de Yoongi.

Los ojos sorprendidos de Yoongi fueron los que hicieron que él reaccionara y saliera de su ensueño.

Traído a la realidad Taehyung recordó que no estaban solos. Pronto fuertes vitoreos inundaron sus oídos y el giro a mirar la fiesta de gritos que le dedicaban Jackson y Hoseok.

Taehyung abrumado por la vergüenza dejo el abrazo que cubría a Yoongi y sin delicadeza arrojó al chico lejos; sus mejillas rojas, su cabeza hecha un lio fue lo que hizo que el saliera huyendo.

¡Rayos!

No supe porqué hice eso y mucho menos porque lo disfrute. No entendía la necesidad de querer hacerlo de nuevo y que esta vez durará mucho más.

Espera...

¿Yo quería volver a hacerlo?

Pero yo no podía... No debía...Yoongi...Yoongi era el chico que me iba a ayudar a ganarme a Hoseok, solo eso. No hay nada más.

No lo hay.

Pollito-pan.

¡Gracias por leer!