Capítulo 6: Diferencias muy idénticas

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- ¿De verdad? Muy bien, no tengo ningún problema Mex... Hasta luego, mucha suerte - Y colgó la llamada. Suspiró mientras guardaba su celular y caminó hacia los niños que miraban sus mochilas "especiales". - Arico, tu papi tiene que trabajar mucho para después pasar tiempo contigo, me dijo que si quieres puedes hacer pijama con Runia - Le sonrió, emocionando y encantando más al niño.

- ¡PIJAMADA! - Gritaron los dos muy felices, era una gran oportunidad para reforzar los lazos de amistad. Sí, Arico estaba muy chico aún, pero quién sabe, tener un amigo mayor y grande como lo es Runia podría ayudarlo en el futuro.

[Inserte reloj y viaje]

- Muy bien, aquí es la habitación de Runia - Alemania encendió la luz, dejando ver un gran cuarto con variedad de objetos.

- Esta es mi rusocueva! - Dijo orgulloso el menor, siendo que tenía más cosas rusas a la vista. - La alemcueva es el lado oscuro de mi cuarto - Bromeó, causando una risa en el menor.

- Mi cuarto tiene una cortina blanca, y una mesita con una foto con papá - Comenzó a explorar la habitación bajo la mirada de los europeos. - Mi armario es más chico que el tuyo, y mi cama tiene una colcha de tigre muy calentita! - Dijo sonriente, volteando a ver a los mayores.

- ¿No tienes una tele? - Runia se acercó a él, haciendole una seña para que se quite la mochila y se sienten en la cama.

Arico negó. - Vemos tele en la sala, papá pone novelas y vemos las noticias - Respondió con una sonrisita.

- Arico nos disculpas un momento? - El niño asintió y Runia se acercó a su padre. El tal dicho "nos disculpas un momento" era la señal para hablar en privado.

Mientras el mexicano-estadounidense seguía su aventura por el cuarto de Runia, Alemania se alejó con su hijo, pidiendo a México un favor si se encontraba en su hogar, cosa que fue concedido.

- Runia, Arico no vive con lujos como lo haces tú o las pobres gemelas de Falklands... - Comenzó a decir, captando la mirada de confusión de su hijo. - Mira, éste es el cuarto de Arico - En su celular había una foto de tal, un cuarto limpio pero que podría definirse como "pobre". - También su sala y cocina - Cambió las fotos, misma definición.

- ¿Así viven? - Volteó atrás, a la puerta abierta del pasillo. - ¿Y él está feliz? - Alemania asintió ante aquello, sorprendiendo aún más a su hijo. - Papá, regalemosle una play si? O deja le doy la mia! - Dió un paso hacia el lado, pero su padre lo detuvo.

- No Runia, México no quiere que les den cosas por "pena" - Le dijo con una voz firme, haciendo que el joven entienda. - Sé perfectamente que Arico ya es como un mejor amigo para ti, pero no debes hacer esto. Ellos son felices así, no, debes, molestar - Miraba a su hijo con seriedad, no lo sujetaba fuerte y tampoco le gritaba. Alemania prefería recurrir a la razón y la charla.

- Да папа - Respondió algo desanimado, pero recibió un abrazo del mayor.

- Runia, no ves lo feliz que es Arico con tan poco? ... - Suspiró. - Anda, vean unas películas y a la cama bien? - Le besó la cabeza, para luego marcharse a trabajar.

Runia volvió tranquilamente al cuarto, pero se llevó la gran sorpresa de que Arico haya tomado sus cosas de dibujo, por que sí, él dibujaba como su abuelo.

- Mira, hice un dibujo de tu papá y el mio - Se lo mostró con su inocente sonrisa. Arico sabía la gran amistad ruso-mexicana que se traían esos dos. - Tu papá es tan malo como dice el señor Unidos? - Preguntó, causando la risa del más alto.

- ¡Papá no es malo! Sólo se lleva mal con Estados Unidos, por historia, sabes? - Sonrió y tomó algunas cosas para dibujar. - ¿Sabes? Mi papá tiene una canción bonita sobre una flor, ella se llama Erika y vive libre en los campos de una montaña - Dijo en un ritmito nada idéntico a la marcha del mismo nombre que la flor, pero hizo gracia.

- Papá me canta sólo en mis cumpleaños, mi favorita es "La llorona", pero es una versión especial de hace 10 años atrás - Le dijo, comenzando a dibujar a sus amigos, y esta vez incluiría a Runia.

- ¿Puedes cantarla? Me gustan las canciones - Pidió con una ligera sonrisa el europeo.

- Es que, me da cosa... - Dijo algo apenado, puesto que nadie lo escuchó cantar más que Venebia y era un secreto.

- No le diré a nadie, lo prometo! - Animó Runia, teniendo ansias de escuchar tanto la canción como a Arico cantar.

- No no... I-I can't sing... I'm, i'm bad... - Comenzó a temblar, tenía un increíble pánico escénico sin siquiera haber pasado vergüenza.

- Please~ Arico please~ - Pidió con más insistencia, y debido a que parecía notar el nerviosismo del niño habló en ese leve inglés básico.

Arico lo pensó, lo pensó rápido y bastante. Muy bien, lo haría, pero debía contarle la historia si se la iba a cantar...

- Alright... - Suspiró, dejó el lápiz en el escritorio y fue hasta la cama, tomando su mochila y sacando a Jujuy de dentro. - Pero, no se lo digas a nadie - Runia se acercó a él emocionado y negando repetidas veces con la cabeza. Tomó en el camino a Ivan, su oso de felpa y se acomodó en la cama junto al más bajo. - Es parte del cuento que me dice papá...

- Entonces luego me lo cuentas, anda, canta para mi - Runia acomodó un poco el cuarto, dejando sólo la luz de la mesita de noche que había al lado de la cama.

Arico se quitó sus zapatitos, su chaqueta y su parche especial de sol. Runia se quitó su ushanka y sus zapatillas, para acomodarse los dos en la cama.

- Creo que empieza así... - Abrazó algo fuerte a Jujuy, mientas Runia abrazaba a Ivan.

Ω₪Ω₪Ω₪Ω₪Ω

- Y ahora, el mismísimo país Argentina! - La multitud gritó con emoción, habían oído que él hizo su propia letra y eso los tenía emocionados.

- ¿Qué hace ese wey? ¿Por qué chingados lo dejaron entrar? - Preguntó México algo alterado, no creía que lo hubieran escuchado sobre su evento y mucho menos que entrarían al concurso!

- Argentina a entrado por la donación de los países Perú y Venezuela de 350 mil dólares - México casi se ahoga por tal cifra.

- ¡¿QUÉ CHINGADOS?! - Volteó al escenario en cuanto oyó la música de su bella llorona.

Observando mejor, Argentina se lucía con aquel traje de mariachi blanco con detalles celestes y dorados, como si fueran su propia bandera. Además, dijeron que él escribió la nueva versión y tenía mucha fe en que sería mejor que las demás que, Dios sólo sabe que estaban del asco.

- ¿Neta me vas a hacer esto? Ay Argie... No me falles ahorita chavo, o te querré mucho menos que a mi novela de las tres... - Comenzó a morder su ropa, por los nervios que le causaba esperar a oír a su secreto amor cantar.

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Nota: Capítulo con dibujo no hecho.

Amor a la... [Countryhumans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora