13.

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Thara

—¿Cómo te atreves? —dije entre dientes. Enojada. —Eres su amigo, la persona en quien más confía.

Darius sonrió.

—¿Cierto no?

La expresión de "con la misma vara que mides, serás medido" me parecía el complemento pacifista ideal para acompañar aquella otra que expresaba "no juzguéis o serás juzgado" y en las cuales pensaba intensamente hasta provocar humo saliendo de mi cabeza. Allí mismo, no podía concebir por qué o cómo el proclamado mejor amigo de Märco había osado poner los ojos sobre la misma mujer que su amigo, y no solo eso. La sangre me hervía al saber que ellos tenían una especie de pseudo relación, que según Darius, no habían querido sacar a la luz para no lastimarlo.

Mentiras.

Era una excusa desabrida y de muy poco hombre, para Darius en este caso. Ya después vería que conclusiones sacaba respecto a Livet.

¿Sería demasiado dura al juzgarlos?

Si bien mis palabras pasadas hacia el odioso líder alemán habían hecho mención a la falsedad de sus lazos, nunca las creí del todo ciertas. No podía entender cómo o porqué una persona se mantenía al lado de la otra por intereses superficiales

Ah, y ahí llegaba la doble moral a abofetearme duramente. ¿Cuál era ese motivo altruista por el que yo caminaba este pasillo hoy? La agria respuesta era confusa, por una parte, me había parecido entretenido seguirle el juego al líder todopoderoso y por la otra, extrañamente comenzaba a sentirme a gusto con su presencia e incluso su humor.

Si, estaba chiflada.

—Señora, ya es hora —dijo Brenda en voz baja y mirando alternadamente entre nosotros. El derechazo que le había dado a Darius había sido digna de algún drama de época.

Darius volvió a ofrecer su brazo y a regañadientes lo tome.

—Escucha... —volvió a insistir, —deja que sea yo quien le diga la verdad.

Lo mire entrecerrando mis ojos. ¿Es que era estúpido o qué? Märco podía leerme como a un folleto para niños y él me pedía que guardara su secretito.

Asentí escuetamente. No serían mis labios los que pronunciaran sus enredos con la pelirroja. Ahora, no sería lo mismo con mi mente. Tomaba eso como un karma instantáneo, Darius como mejor amigo y guardián debería saber que Märco leía los pensamientos y que ningún secreto estaba a salvo de él. Pero bueno...

Me encogí de hombros felicitándome a nivel mental por mi agilidad al solucionar conflictos de manera diplomática.

—Gracias.

**

La musiquilla elegida por la señora Violet comenzó a sonar apenas el director de la orquesta nos vio frente al pasillo.

Mi corazón latió rápido y con una profunda inspiración me infundí ánimos. Rememoré con cariño cada letra del mensaje que Melissa había enviado en la mañana y si no conociera a mi hermana, obsesionada con la lectura y ortografía, hubiese creído que era algún texto sacado de internet.

"Thara, como esa oruga que al fin alcanza la madurez convirtiéndose así, en una bella mariposa hoy ha llegado tu momento de brillar. Vuela alto, vuela seguro.

La percepción de la vida es efímera, por eso ama, odia, ríe y llora con intensidad. Nunca te conformes con una vida insípida.

Lamentamos no poder estar a tu lado (para ver la expresión del odioso líder alemán como gustas llamarlo) pero desde aquí podremos imaginar su rostro agrio.

HIELO [en tu mirar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora