18 (I PARTE)

930 81 11
                                    

Livet Pov

Caminaba furiosa por el pasillo rumbo a la cochera del edificio, tomaría las llaves de mi auto y me largaría de una maldita vez y para siempre. ¿Por qué seguía soportando los desaires de Märco?

La respuesta era simple. Porque lo amaba.

¿Qué le había pasado a mi equilibrada vida estos meses? ¿Quién demonios se creía esa don nadie para sacarme así de la oficina de Märco? ¿Y la fría expresión de su rostro, indicando que obedeciera? Eso era lo que más dolía y regresaba para flagelar mis sentimientos. ¿Desde cuándo él elegía a otras personas sobre mi?

Sequé con fuerza las odiosas lágrimas que bajaban por mis mejillas.

"—Yo creo que hacen una buena pareja —había sonreído Darius mientras conversábamos en su cama, después de un encuentro candente. —Märco dice que es perfecta para ser la señora del clan por su actitud sumisa... pero yo creo que ella es justo lo que nuestro líder necesita.

Me había levantado de la cama furiosa. Tomé mi ropa y comencé a vestirme, él me miró extrañado ya que siempre me duchaba después de estar juntos.

—¿Livet? —él me tomó del brazo y detuvo mis movimientos. —Pensé que estarías más tranquila ahora que la atención de Märco se encuentra dirigida a otra persona. Ya no tienes por qué temer de que tome represalias en tu contra por rechazarlo —me miró fijamente. —Por qué es así, ¿verdad? Te has mantenido siguiendo su jueguito de tira y afloja por eso mismo, por que temes su reacción.

No, esa no era la verdad. Pero tanto Darius como Märco jamás me comprenderían.

Me solté con rudeza. No podía arriesgar lo poco que me quedaba.

—¡¿Qué te sucede a ti? —pregunté en su lugar. —¿Desde cuándo dudas de mi palabra? ¡Todos estos años has visto que he intentado alejarme del destino impuesto por los Sneider! ¿y ahora me sales con eso?

—Livet... —suspiró—yo, estoy un poco confundido ahora.

—¿Qué?

No, no ahora por favor. Había rogado en mi interior. No podía perderlo a él también.

—Últimamente te veo extraña —envolvió su cuerpo con la sabana. —Estas quisquillosa y recelosa cerca de Thara... más bien parecen celos por su matri...

—Detente —dije cortándolo antes de que terminase de decir sus conclusiones y yo no pudiese refutar ninguna. —Ya veo que es lo que sucede —tomé mi ropa y me vestí. —Volvemos al mismo asunto de siempre.... Tus celos hacia mi preocupación por Märco...

Darius se vio perturbado por mis palabras. Antes de que lograse darse cuenta el cómo había cambiado la situación, salí de allí.

Me sentía ofuscada y prisionera. Durante catorce años había podido mantener en secreto el hecho de que mi corazón le pertenecía a dos hombres, que los amaba a ambos por igual, pero debido a su posesividad me veía obligada a elegir entre uno u otro.

No quería eso, no así.

Le había pedido tiempo a Märco. Tiempo necesario para hacerle entender la perfecta trinidad que formaríamos juntos. Sin embargo, todos mis intentos habían sido derribados por tierra por la zorra que él tenía como esposa.

Yo no estaba hecha para la monogamia. Y ellos parecían no querer entenderlo. Jamás compartían un trago siquiera, mucho menos una mujer.

¡Maldito puesto de la gran y respetada señora del clan! "

HIELO [en tu mirar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora