El espectro

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Vengo a contarles mi historia. Esta no es una historia de terror cualquiera, es verdadera. No es posible que mi mente me haya jugado una mala broma mientras tenia un sueño; es real porque yo pude sentirlo.

El año pasado, después de un mes de mi cumpleaños número 20, estaba hablando con mis padres como un día cualquiera. El timbre de la puerta sonó, yo esperaba a mi novia porque ella también estaba en el país así que les quería presentar a mis padres porque ellos no la conocían; abrí la puerta pero no había nadie y pensaba que era una mala broma de los niños que tocaban el timbre y salían corriendo.

Estaba nevando; no podía enojarme ya que casi era navidad así que cerré la puerta y antes de volverme a sentar volvió a sonar el timbre.

Esta vez, con más rabia que la anterior, abrí la puerta y como lo pensaba no había nadie, así que decidí salir un poco para ver y efectivamente las calles estaban solas. Con tanta niebla espesa no podía ver más de cinco metros lejos de mí, y se oscurecía más gradualmente. Mi novia no llegaba.

Casi daba la medianoche y me empecé a preocupar, la llamé demasiadas veces y ninguna me contestó ¿Qué podía hacer?

No tenia opciones a mi alcance, así que resignado entré a la cama intentando dormir un poco e intentar llamarle el día siguiente. Un ruido espantoso me levantó por las tres de la madrugada, lo cual significaba que no había nadie despierto. Salí de la cama prendiendo la luz de mi cuarto pero en ese momento el foco explotó, dejándome a oscuras; no entre en pánico.

Era demasiado grande para temer a la oscuridad.

Tomé mi linterna de bolsillo y salí de mi cuarto. Sentía una presencia detrás de mi pero no le di importancia, sin hacer ruido entré a la habitación de mis padres, que dormían. ¿Quién habrá hecho el ruido?

Bajé a la sala prendiendo los focos pero ninguno prendió, la luz se había ido en toda la calle pero nadie se dio cuenta: todos estaban dormidos. El pánico me entró como cuando tenia 14 años, me hice el valiente y di un recorrido a la casa. Pensé de nuevo que ya estaba demasiado grande para creer en monstruos, así que lo primero que me entró a la mente fue que alguien estaba adentro.

Después de unos minutos buscando no encontré a nadie, y un poco mas calmado regresé a mi cuarto. Lo primero que vi adentro me asombró demasiado: era una cosa negra con forma humana pero no era normal, ¡era enorme!

En ese momento entré en pánico y me quede paralizado.

Un montón de cosas pasaron por mi mente, pensé que estaba a punto de salir, tenía miedo, mucho miedo; mi cuerpo en un intento tonto de correr logró hacerme caminar hacia atrás y caer de espaldas contra el suelo. Mis padres despertaron por el golpe pero eso no cambió el hecho de que esa cosa estuviera en mi cuarto.

Era enorme y carente de ojos, nada de sus rasgos se veía en la oscuridad del cuarto sin luz. Era un infierno en vida, estaba solo pues mis padres no salían del cuarto y yo estaba muy asustado para levantarme.

Caí al intentar incorporarme, haciendo que me pegara contra algo en la nuca; lo único en lo que no puedo dejar de pensar es que esa cosa está detrás mía, no puedo dejar de pensar en eso.

Ahora lo veo, por fin desperté en un hospital.

¿Qué hago en la entrada del cuarto de un paciente?

¿Perdí la conciencia mientras estaba parado?

Escuché el llanto de mis padres detrás de esa puerta y rápidamente la abrí. No puede estar pasándome esto... Ese...

¿Ese soy yo?

Sollozaba. Mi cuerpo estaba tirado en una cama, pero, ¿como era eso posible?

Yo estaba ahí, de pie; bajé la mirada y después de unos segundos la volví a levantar: era él. Me atormentó todo este tiempo, yo sabia que era él.

Estaba parado a un lado de mis padres. Con una rabia inmensa corrí hacia él con el enojo suficiente para superar mi miedo y golpearlo lo más fuerte que pude. ¿Y ahora? ¿En dónde estoy?

Lo único que veo es oscuridad total y un brillo con la forma de una persona, ahora lo entiendo todo. Estoy a punto de morir...

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