Capítulo 2

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PADRE SOLTERO

Por Inuhanya

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Capítulo 2

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"BUUUUUAAAAA!!! BUUUUAAAAAA!!!"

La sorprendida mirada dorada de Inuyasha inmediatamente cayó sobre el pequeño paquete que comenzaba a moverse impaciente a medida que incrementaba la potencia y el volumen de su llanto desesperado. Los ojos ámbar del hombre se fruncieron mientras se agachaba otra vez más cerca de la canastilla para destaparlo parcialmente.

"Pero qué demonios...?"

Inuyasha quedó mudo y con los ojos bien abiertos ante la pequeña e inesperada sorpresa.

Un bebé envuelto en una cobija térmica color claro estaba llorando a todo pulmón a las 6:45 de la mañana junto a la puerta de su casa?

El pobrecito tenía todo su pequeño rostro enrojecido por el esfuerzo y claramente podía ver que no tenía mucho tiempo de nacido porque aún no había señales de sus primeros dientes.

Después de recuperarse del primer impacto, Inuyasha levantó la vista para mirar apresuradamente sus alrededores tratando de encontrar respuestas a sus silenciosas interrogantes y, obviamente, buscando algún movimiento sospechoso que le indicara la presencia de la persona que pudiera ser la responsable de haberlo dejado ahí.

Generalmente, en algunos casos de abandono, la madre casi siempre decidía permanecer escondida esperando a que recogieran al bebé para asegurarse de que el pequeño fuera encontrado para luego irse y desaparecer para siempre. Desafortunadamente, este no fue el caso. El movimiento en la calle era relativamente normal considerando la hora. Uno que otro auto pasaba en ambos sentidos de la vía, al igual que algunos caminantes que ya se dirigían a realizar sus actividades cotidianas.

Un nuevo grito pero mucho más fuerte que el anterior sacó a Inuyasha de su estado de concentración, obligándolo a regresar su atención hacia la canasta. "Oye niño, tienes buenos pulmones pero... supongo que ese no es el principal motivo de tu abandono, verdad?" Comentó el uniformado fríamente mientras colocaba su periódico debajo del brazo, prensaba el pedazo de tostada que le quedaba por comer entre sus labios y levantaba con cuidado la canasta para entrarla finalmente a la casa.

Una vez adentro, colocó la canasta sobre el mesón que separaba el sencillo comedor de la pequeña cocina y depositó el periódico a su lado. Sin embargo, el bebé aún no había dejado de llorar en ningún momento y esto ya comenzaba a 'preocupar' y a molestar a Inuyasha.

"Oye, será mejor que te tranquilices, de acuerdo?" le dijo secamente y no muy seguro de cómo proceder con la pequeña criatura. Sin embargo, también estaba comenzando a sentirse un tanto estúpido por hablarle a un bebé que no entendía nada de lo que estaba diciéndole.

En todos sus años de entrenamiento y carrera militar había tenido que enfrentar toda clase de situaciones peligrosas en las cuales había arriesgado altamente su vida pero nada de eso podía compararse a una situación como esta. Era completamente absurdo. No tenía la más mínima idea de cómo tratar con un bebé que obviamente no sabía cómo expresarse ni defenderse por sí mismo.

Su intuición le dijo que tal vez ayudaría un poco si lo cargaba un momento. Tal vez sería bueno sacarlo de esa reducida e incómoda canasta para que pudiera estirarse un poco. Aunque lo más seguro era que estuviera muerto del hambre, Inuyasha no tenía nada adecuado para darle a un bebé y mucho menos el tiempo para dedicarle hasta que encontrara alguna solución.

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