Capítulo 3

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PADRE SOLTERO

Por Inuhanya

DISCLAMER: LOS PERSONAJES DE LA ESPECTACULAR RUMIKO TAKAHASHI NO ME PERTENECEN... SOLO LOS TOMÉ PRESTADOS PARA MIS MAQUIAVELICOS PLANES... MUAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!

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Capítulo 3

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Inuyasha finalmente llegó al Departamento Médico de la DPA después de atravesar corredores enteros bajo las curiosas miradas de todo cuanto empleado se atravesó en su camino. Afortunadamente para él, el pequeño bulto se había callado poco después de haber salido de su oficina lo cual le ayudó en gran parte a no llamar más la atención de la necesaria.

Una vez se abrió la puerta del ascensor, Inuyasha avanzó rápidamente por el largo e iluminado pasillo de blancas paredes hasta detenerse en frente de una puerta doble de vidrio que tenía una pequeña placa grabada donde podía leerse claramente 'Dra. Rin Shimura. Directora del Departamento Médico. DPA'.

Ajustando un poco el pequeño bulto en un solo brazo, Inuyasha golpeó la puerta de vidrio tratando de llamar la atención de la mujer sentada en su retirado escritorio al otro lado de la puerta.

Inmediatamente, la joven mujer levantó su mirada de unos papeles que estaba leyendo en el momento y sus labios se extendieron en una pequeña sonrisa al reconocer a su matutino visitante. Rin se levantó de su silla y acomodó la pulcra bata blanca que cubría su verde uniforme militar mientras avanzaba hacia la puerta donde Inuyasha la esperaba. Una en vez en frente, metió su mano en el bolsillo derecho de su bata para sacar un juego de llaves de él. Ya abierta la puerta, la mujer lo saludó afectuosamente.

"Buenos días, Inuyasha. Qué te trae por aquí tan temprano?"

El hombre de seria mirada dorada asintió devolviéndole el saludo. "Interrumpo?"

"No, para nada. Sólo revisaba unos reportes médicos. Qué se te ofrece?"

"En realidad... necesito pedirte un favor. Podrías revisar a este bebé? Tiene un poco de temperatura y supongo que no ha comido nada desde ayer."

"Seguro." Fue lo único que pudo responder la joven doctora ante la vista. No era muy común que llegaran bebés a su consultorio en la DPA, sin embargo, se hizo a un lado mientras le indicaba a Inuyasha que siguiera. A pesar de su intento por disimular su sorpresa, la expresión en su joven rostro no pasó desapercibida para él.

"Sé lo que estás pensando pero la respuesta es no. No tengo nada que ver con él." Le dijo él con un pronunciado frunce en su entrecejo.

"Entonces?"

"Al parecer su madre lo abandonó. Lo encontré este mañana en la puerta de mi casa."

Al escuchar esto, la frente y el corazón de la sensible mujer se arrugaron. "Oh, dios mío... pobre criatura." Acercándose un poco, Rin destapó la cabecita ligeramente cubierta y colocó su mano en su pequeña frente. "Sí... está caliente. Bueno, vamos a ver qué le pasa a este pequeñín." Dijo la doctora mientras retiraba el bebé con cuidado de los brazos de Inuyasha para llevarlo hacia una camilla al otro lado del consultorio.

Una vez ahí, lo depositó sobre ella y retiró la suave cobija que lo envolvía. Un poco más libre para moverse, el bebé comenzó a agitar sus pequeños brazos y piernas mientras emitía unos pocos sonidos propios de su corta edad. Esto por supuesto, le sacó una tierna sonrisa a la doctora. "Sí, hola para ti también." Lo saludó Rin en un dulce tono maternal. "Qué bebé tan hermoso. No me explico cómo pudo hacerte esto tu madre." La mujer comenzó a desabrochar el pijama enterizo que traía puesto mientras le hacía pequeños gestos con su rostro para entretenerlo.

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