I'm psycho ||Vkook||

³|The red day

Cuando Jungkook cumplió los 14 años sabía de sufrimiento. Sabía que era la tortura y su mente estaba hecha trizas, tenía una mirada sin una pizca de brillo como si estuviera muerto, perdió todo su brillo como una hoja muerta que todavía se aferraba a una rama, un muñeco con cuerdas que movían sus extremidades y un rostro sin expresión que llegaba a asustar.

Los otros chicos de la escuela creían que era mudo, pero nunca le pudo importar menos.

El intento de asesinarlo de su madre de hace años fue cuando estuvo borracha no fue el último, cuando Yoongi no estaba esta hasta llegaba envenenarle la comida, por probar de poco a poco el veneno para evitar morir por eso era inmune a lo que su madre tenía en casa. Solo terminaba con dolores muy fuertes de barriga y cabeza, esperaba que no consiguiera nada nuevo que fuera más fuerte y acabará con él porque perfectamente podría matarlo con ir a la farmacia o la ferretería y comprar algo que si fuera para matar.

Solo con darle unas pastillas podría ponerlo a dormir para siempre, Jungkook siempre rebuscada en su comida y fingía comer, luego le pedía a Yoongi que le consiguiera comida comestible.

Jungkook no le temía a la muerte, pero prefería no morir. Se aferraba a la vida sin razón alguna y ni él lo sabía.

Una noche se despertó, un jueves a las 3 a.m. La misma hora y el mismo día en el que Jimin murió.

Él despertó de su pesadilla para vivir la real que no parecía tener oxígeno. Su madre estaba poniéndole una almohada en su cara para dejarle sin aire. Esa vez era distinta ya que la mujer se había decidido a acabar con la vida de su hijo de una vez por todas.

Estiro sus brazos buscando algo con lo que defenderse y solo alcanzo una lámpara de mesa de noche que no podía tirarle directamente a la mujer con fuerza por lo que usó la poca fuerza y aire que tenía para azotarla contra la puerta semiabierta quebrándose en muchos pedazos haciendo mucho ruido al chocar el cristal con el piso del cuarto y del pasillo, el estruendoso ruido alerto a Yoongi que dormía y ahora se dirigía rápidamente al cuarto armado con lo primero que vio.

Podía escuchar como su madre repetía que no debió nacer, que debió morir y otras cosas que no lograba escuchar o comprender que sonaban distorsionadas o simples balbuceos sin sentido que salían de su boca con labial rojo como la sangre corrido sobre su barbilla.

Yoongi no se refería a ella como mamá, si no que siempre optaba por lo más ofensivo en su vocabulario como "la que me pario" "bueno, si soy un hijo de puta".

Yoongi apareció corriendo por la puerta con un bate de metal en sus manos, estaba descalzo y sus pies sangraban por los cristales incrustados de la lámpara pero el dolor no parecía existir ahora por la adrenalina que lo producía estar enfrascado en salvar a su único hermano.

Su madre tiró la almohada a algún lado y detuvo el golpe con el bate que estaba por darle Yoongi mientras Jungkook recuperaba el aire y un poco color volvía a su carita. Yoongi seguía empujando con fuerza viendo cual de los dos ganaba pero su madre dejo de ser débil hace tiempo, era sorprendentemente fuerte aun viéndose delicada con sus cortos vestidos negros de noche o gala con los que salía a fiestas o atuendos juveniles que no eran para su avanzada edad que tampoco era tanta pero por su rostro congelado en el tiempo cuando era joven podía lucirlos sin problema.