El cazador de hielo

La partida

Desperté en el suelo de mi hogar,debido a que el olor a sangre era más fuerte.Costosamente me levanté apoyándome sobre mi mano derecha,mientras observaba los cuerpos sin vida de mis abuelos.Hacia frio,parecía que la temperatura era más baja de lo normal,eso no me molestaba ya que estaba acostumbrado;al ver por la ventana note que estaba nevando,no hacía  sol así que podía estar bien por el momento.
Salí de la casa para ver los cuerpos de mi madre,padre y hermana mientras eran cubiertos por la fría nieve.
Mi ropa estaba manchada de sangre y justo como dijo el demonio mis heridas se habían curado totalmente sin dejar marca alguna,me sentía cansado,mis fosas nasales notaron un olor dulce proveniente del interior y exterior de la casa.Gire mi cabeza y quiénes desprendían ese olor eran los cuerpos de mi familia.Asustado cubrí mi boca con mi mano mientras retrocedía poco apoco pero en un descuido tropece con algo,llegué hasta el punto en que ya no lograba retroceder más debido a que estaba justo frente la pared,quería llorar.
No quería deborar a mi familia entera solo por necesidad,había hecho una promesa y así de fácil la rompería.

-(No por favor,detente,no lo hagas)

Me rogaba a mi mismo para no sucumbir ante tal cosa tan asquerosa.En ese momento recordé que mi hermano llegaría en unos días así que decidí cambiar de ropa.

Me dedique a buscar en los guarda ropa de mi familia,para lograr encontrar algo que ponerme.Al revisar en donde dormía mi hermano,este tenía guardado su antiguo uniforme de cazador así que me lo puse,era muy cálido para ser solo un uniforme.
Después lo escencial era enterrar los cuerpos de mi familia para que no oliera la sangre.Lo peor para mí fue que cargue con cada uno de ellos para llevarlos hasta el hermoso jardín de mi madre.
Quería que por lo menos tuvieran un lugar de descanso agradable,el aroma de las flores cubria el de la sangre así que sería fácil eliminarlo,poco a poco cabe las tumbas de estos,cuando por fin terminé decidí ir dentro de la casa para limpiar todo y volver todo a su estado original antes de la noche anterior.

-Bien supongo que tengo que lavar-mire las manchas de sangre en cada rincón de la casa,así que debía ponerme a trabajar.Doble las mangas del uniforme y con agua fría y un poco de loción logré quitar el olor y un poco las manchas de sangre.

-Supongo que debo irme,mi hermano me matará cuando regrese ya que soy un demonio-mire triste al techo de la casa,para suspirar pesadamente.

Después de unos largos minutos decidí levantarme e ir por un ahori,ingresé a la habitación de mis padres para buscar algo.Recordaba que mi madre tenía un ahori que ya no le quedaba,era muy hermoso era de color blanco con glicinias azules en los bordes.
Me dedique a buscarlo por todos lados hasta que lo encontré en la habitación de Kiwa,estaba acomodado en su lugar,doblado finamente para que no se maltratara.Los recuerdos de mi hermana surgieron de repente,y las lágrimas no tardaron en salir.

-Perdóname....hermana,por no ayudar,perdone me todos.

Tome rápidamente el ahori y salí de esa habitación,estaba muy frustrado respecto a eso,no lograba dijerirlo todavía.Me seque las lágrimas y me dispuse a colocarme unos guantes para que cubriera unas extrañas marcas que habían salido en cada una de mis muñecas.
Me detuve frente a un espejo y al mirarme quedé impresionado,mi cabello cambio de negro a blanco,mis ojos color verde se volvieron azules profundo y mi piel era más pálida que antes.
Estaba totalmente irreconocible,era como si fuera otra persona.
Mi cabeza daba vueltas,estaba más que hambriento,pero no quiero deborar a mi familia solo por mis nuevos instintos,mis ojos se abrieron al escuchar sonidos provenientes de afuera,rápidamente corrí a esa dirección y pasaba por ahí un venado,mi vista estába perdida así que sin dudarlo me abalanze sobre el y después de eso no recuerdo nada más...

Reaccione cuando note que en mis manos tenía sangre y en mi boca,mis manos temblaban,mire al frente y ahí estaba el venado que paseaba tranquilamente,estaba en el suelo sin vida.La impresión era lo que no me dejaba moverme, pero sin pensarlo entre a mi hogar y busque un cuchillo junto con una calabaza para guardar un poco de sangre en caso de necesitar algo de esta.Sali de mi casa y me acerque al venado,hize un fino corte sobre la piel de este y sin falta comenzó a salir sangre,rápidamente acerque la calabaza para  que se llenará con este líquido y al estar a la mitad la tape antes de que se congelará.

Me diriji al interior de mi casa y salí al pequeño estanque del jardín, el agua estaba congelada pero al pensar que había dejado caer mi mano el hielo se rompió dejándome así lavarme y quitarme las manchas rojas en mi ropa.La nieve caía sin más,delicada como si se tratara de una brisna de lluvia suave pero fría a la vez.
Está vez para lograr mi cometido tome la calabaza,el ahori y salí del que alguna vez fue mi hogar; seguramente mi hermano se pondrá triste pero notara que falta alguien así que buscará sin algún fin hasta encontrarme pero no puedo dejar que me vea asi.
Buscaré al hombre que asesino a mi familia para que así pueda vivir sin la culpa de haberme convertido en un demonio.

Heche andar,casi correr no sabría lo que el mundo me depararia haya afuera,pero de una cosa estoy seguro y es que pasaran cosas de las cuales no lograre vencer pero si me esfuerzo podré llegar a hacerlo,así es como mi familia me enseñó a que debo de ser fuerte.

-(Mamá,no te preocupes por favor cuida de mi hermano)