THE GOOD GIRL [ÉLITE] [PAUSADA / EN EDICIÓN]

Capítulo 2

"Primer día en la mierda"

[Ximena Navarro's POV]

Son las cinco de la mañana. Siento mi cama como si fue de otra persona, como si mis sentidos me estuviesen diciendo que es algo ajeno a mi. Me levanté y fui al baño, llenando el vacío de mi flojera con un baño caliente y lavándome el cabello. Al salir, quedé en el closet mirando con desdén mi uniforme, pero igualmente me la puse. Miré mi reflejo en el espejo y mi cabello, aún con mi toalla encima, parecía como si jamás lo hubiese mojado. Solté la toalla y la dejé en el asiento del inodoro mientras enchufaba la secadora. Luego de hacer algo bueno y arreglado con mi cabello, agarré mi maleta y bajé las escaleras.

-Primer día de clases y estás lista una hora antes- miró papá en su teléfono- Bueno, nos da tiempo para desayunar juntos como padre e hija. ¿No crees?

-Si, aunque lo más que comería sería un panecillo- contesté y me abrazó- No tengo mucho apetito.

-Agarré la paste que no comiste y lo puse en el mostrador para que lo llevaras- señaló la cocina y agarró mi maleta- Estaré en el auto, no demores.

-Vale- me encaminé hasta la cocina y agarré el plato color morado, pero decidí también recoger alguna botella con jugo de frutos silvestres que hace mi mamá cuando va al gimnasio e ir con papá.

-¿Te gusta?- preguntó mostrándome un auto Audi color negro- Como aún no hemos tramitado tu licencia de conducir pero tampoco querías un chofer, seré quien te lleve antes del trabajo hasta previo aviso.

-Es lindo...- solté- Pero sabes que me hubiera conformado con un Toyota, ¿cierto?- caminé hacia él.

-Cariño, eres una Navarro- puso sus manos en mis hombros- Los Navarro no van en Toyotas, van en Mercedes o Teslas. También van a escuelas como Las Encinas y no a colegios públicos.

-¿Como el que se derrumbó aquí?- quedó en silencio- Nuestra familia está implicada en eso, ¿cierto?

-No- me soltó y entramos al auto- Mira, los Nunier son los constructores de esa escuela, nosotros nada más fuimos uno de los inversionistas- empezó a conducir fuera de casa.

-La gente está hecha furia, papá. ¿Por eso vinimos de vuelta a España?

-Regresamos para dar la cara, Ximena. Solo somos inversionistas, no tenemos nada que temer.

-¿Y qué hicieron los Nunier?

-Le pagaron una beca a tres alumnos de aquel colegio en Las Encinas, como para que...

-Pudieran opacar el desastre que dejaron- terminé y asintió- O sea que no soy la única nueva.

-Hoy no. Y sabiendo cómo son tus amigos, serás como si nunca hubieras salido de sus vidas- paró el auto en una intersección- Fui ayer con los Nunier, Marina no paraba de preguntarme cómo te había ido en Uruguay.

-¿Le dijiste que estaba aquí?- me asombré- Vaya, pero no he hablado con ella en meses. Ni siquiera sabe que me teñí el cabello.

-Tampoco le dije, solo que por lo menos salúdala- cruzó y se dirigió hacia una calle iluminada y prácticamente sola.

-¿Esto dónde es?

-La calle de tu colegio, Xime.

-¿Siempre está así de vacía?

-No cualquiera entra aquí- se vislumbró una estructura moderna y de color blanco- Bienvenida al colegio Las Encinas, cariño.

-Es gigante...- solté y miré por la ventana. Papá bajó la velocidad del auto y quedé detrás de una especie de puente que daba al edificio- ¿No íbamos a un café?- lo miré.