Capítulo 20

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"La cita médica"

[Ximena Navarro's POV]

Desperté al día siguiente con mis padres fuera de casa. No me habían avisado que iban a salir ni nada, solo que pasarían en la tarde a recogerme para ir a la cita del médico. Y eso me aterraba. ¿Por qué? La primera advertencia que me dijeron fue de no mantenerme en estrés. ¿Y qué he hecho? Tomar alcohol, tener sexo, intentar decidir entre dos amores, estresarme por no recordar todo lo que me pasó... ¿Debo continuar? Sería interesante.

Me arreglé para ir al colegio y me dejé llevar con mi reflejo en el espejo. La cicatriz en mi cabeza era aún visible, pero ya no me molestaba. Me picaba de vez en cuando o en momentos donde el estrés me lleva a un punto crítico. Y eso solo ocurre cuando recuerdo algo, lo cual ha sido del "¡Corre!" que le grité a Nano al "¿Dónde está Guzmán?". No he podido dormir bien gracias a eso, me siento inútil.

Suspiré y agarré mi maleta para salir con Sergio al colegio. Al dejarme, le di las gracias y me fui callada por el puente. Entré al pasillo principal y me topé con la mirada de Guzmán. Estaba molesto, lo notaba a mares. Quería por mucho que lo quisiera acompañarlo, pero no tenía la dignidad suficiente. Igualmente estaba en mi periodo de supuesto descanso hasta que llegó un mensaje de mi madre.

"Tenemos una gala benéfica mañana, cuando salgamos del médico buscamos los vestidos. ¿Podrías preguntarle a tu amiga Lu si el monto de los $500,000 para la fundación esa es en línea o en cheque?"

Me mandó una foto de una supuesta fundación llamada Smile 4 the Child. ¿De dónde apareció eso? De todas las galas a las que me llevan mis padres, jamás había escuchado esta. La ira me llenó por dentro y me fui disparada al salón, donde vi a todos saliendo y a Lucrecia hablando con Cayetana. Me metí en su conversación y la chica bufó.

-¿Me puedes explicar porqué mierda invitaste a mis padres a una gala?- le pregunté.

-Perdona, pero estábamos en una conversación- soltó señalando a Cayetana.

-Me importan dos pepinos, Lucrecia. No puedes tratarme como una mierda y luego esperar a darte quinientos mil dólares en un puto cheque.

-Espera, ¿dijiste quinientos mil?- tragó saliva la rubia- Es demasiado, Ximena. Son solo para ropa.

-Por eso quisiera saber- miré seria a la mexicana- ¿Desde cuándo una naviera tiene que ver con ropa?

-Porque no importa si es una naviera, sigue siendo fondos para niños pobres, Ximena- resopló- Y le puedes decir a tu madre que no tiene que enviar tanto dinero, unos cincuenta mil está bien.

-Es que nada, Lucrecia. Esta fundación no me pinta nada, ni con Picasso en frente me atrevería a dar tanto dinero así.

-Al final y al cabo, son tus padres lo que darán eso.

-Imagínate que no- le sonreí- Deberías fijarte bien en esa fundación, no da buena pinta.

Me salí del salón y me dirigí al estudio. Debía dar otras clases antes de salir y, dependiendo de lo que me diga el doctor ahora, seguiré con los exámenes pendientes. Si en el fondo sentía que mi mundo se volvía una mierda, con esto peor.

[...]

¡Fin de clases! Ahora al médico, genial. Que se note el sarcasmo porque me quiero dar unas nalgadas que Dios mío. Mientras miraba dónde venía el auto de papá, alguien me tocó el hombro y giré. No lo podía creer.

-Venga, primis, que no soy un fantasma- soltó una sonrisa y grité.

-¡MARIAAAA!- dejé mi maleta en el suelo y me lancé sobre ella- ¡Dios santo, te extrañé!

THE GOOD GIRL [ÉLITE] [PAUSADA / EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora