Deseo [3]

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Aquella vez que vio el motivo de sus latidos fue cuando entendió todo, a pesar de tener un vacío en su corazón no era impedimento para darse cuenta de lo que realmente sentía.

Solo con verlo, olerlo, analizarlo... esos instintos de un ser chupasangre como el que se había convertido le dolía en aumento y lo que faltaba. 

Pero ya no más, cuando...

—¿En verdad...Eres Mika? — gritó del otro extremo el ojiverde, con unas lagrimas brillantes combinadas de un dulce encuentro naciendo de sus ojos.

Yuu-chan...

El momento no fue el indicado, hace poco fue apuñalado con su arma demoniaca por defender a un humano que parecía ser parte de su equipo. ¿Qué carajos significaba? ¿Por qué estaba dando su vida por alguien más? ¿Un reemplazo?

Krul le había prometido darle un empujón si planeaba escapar junto al moreno cuanto sea posible, no solo por su instinto de sentir los latidos de su corazón vibrar en su mente sino hasta el propio Ferid lo confirmó tan confiado y feliz. Pero sabía la técnica de todo su alrededor, de las consecuencias si movía un solo dedo entre vampiros y los humanos pecadores, la ansiedad comerle lo poco vivo de si mismo de tan solo saber que la razón de sentir calidez en sus pocos latidos que le quedaban estaba encerrado dentro de unos muros llenos de mentiras y más mentiras. No permitirá que alguien más lo apartase de su lado.

Intentó huir con él, sin embargo...Sintió que algo estaba mal.

—¡Mika, déjame volver! Son mis amigos, no los puedo dejar atrás—exclamó desgarrado.

¿Amigos?... ¿Qué te sucede, Yuu? Estoy aquí, aún con vida y ni lo creías, ¿por qué dices eso? No son tus amigos. Puedo protegerte tanto como deseas, tanto que no dudarás de nada.

La situación fue peor, Yuichiro entró en una desconocida etapa que ni él mismo sabía, destrozando cada pedazo de la ciudad que se le antojara;  pero el mismo chico que atesoraba por su alma no estaba ahí sino alguien más despiadado y cruel. 

Yu...¿Era un demonio?

—¡Yu-san, despierta!

Para ser la primera vez a Mikaela le hervía la sangre la forma en que esa chica le abrazaba, como si fuera la unica medicina con la que podía contar en la faz de la Tierra; quería que se calmara y volviera en sí, tener una explicación congruente de lo que pasaba con su motivo de vida.

Sí... Tepes estaba en lo cierto, esos malditos seres de carne, hueso y un corazón aún bombeando peleando por vivir estaban planeando algo con el chico, y el coraje de no saber era muy notorio en su semblante.
Observando como esa bola de farsantes rodeaban con gestos preocupados al moreno, a su Yū... Y debía hacer algo.

Sin embargo, deteniendo su paso, un brazo le tocó el suyo provocando una reacción de degradado hacia el autor de ese movimiento.

—Tenemos que irnos, se pondrá peor —murmuró Ferid con una sonrisa, tal vez por el gesto de irritación que estaba más que obvio por la situación.

— ¡Callate! No me iré a ningún lado sin e-

—Tendrás qué, Mika-kun~ —acercó su boca hacia su oído derecho, recalcando en un susurro —... Esos humanos tendrán a tu princesa en buen estado. Espera un poco más para llevártelo lejos y jamas volver. ¿Estás en la jugada o no?

Quedó con su boca cosida por ese comentario bañado de razón, el ambiente se tensó y no quería ser el objetivo de la misión si huía de una vez con Yū, podrían tener grandes problemas después e incluso dañar al menor.

After Moon |MIKAYUU|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora