X - ADVERTENCIA: +18- X
—Aquí tiene su paquete.
—Gr-Gracias...- balbuceó el pelinegro con el rostro más asustado de todo el planeta, de esos cuando sabe perfectamente que "No había de otra, aceptaste". Y sabía también de qué se trataba el contenido de esa caja: un detalle sorpresa por perder una apuesta entre compañeros de trabajo.
"Menos mal que Mika llegará hasta más tarde, si viera ésto de seguro me mataría”
Una notificación bien conocida llamó uno de sus sentidos y fue rápidamente a responder la llamada de cierto pelirrosa con anteojos que estaría listo para lanzar sus primeros piropos.
—Ah... Maldito sea el...— no maldijo completamente, pues ya había deslizado el botón de respuesta—...Hey.
—¿Ya llegó tu regalo?
—Sí, sí, como sea...
-Oye no te pongas así, lo hubieras pensado mucho si de verdad querías apostar a que Mitsuba se le confesaba a su compañero de trabajo - se burló sonoramente mientras unos sonidos de una segunda persona entraba a la llamada -. Oh, Yoichi está aquí.
—Yū-kun... ¿T-Te llegó? Le dije a Kimizuki que era mala idea.
—Vamos, no es tan malo. Solo le pedimos que usara esos arneses para una foto, la enviaba solamente a nosotros — explicó serenamente, como si ese evento fuera el mejor que podría disfrutar en toda su vida.
Podría responder con sus típicas palabras elevadas de tono, pero esa gran habilidad se vió disminuida junto a su dignidad sin dejar de quitar los orbes esmeralda de esa caja. Seriamente... Era un caso más que perdido.
—Si en una nueva apuesta volvía a perder podría subirlo en las redes como una muestra de nuestro chico ingenuo y confiado.
—¿E-Eh? Kimizuki, ¿no crees que eso sería demasiado? Además... Mikaela podría molestarse.
—Tranquilo, Yoichi. Él nunca se enterará de ésto, además la publicación será mostrado a cierta cantidad de personas, todo está bajo control, ¿verdad, Yu-chan?
Sí, el rubio no sabía nada de esa apuesta a pesar de vivir en el mismo apartamento por más de dos años; a pesar de que el rubio tenía más trabajo de lo usual en la empresa y la comunicación a veces se reducía de vez en cuando. Claro que podían ser confiables en cualquier momento y pensamientos que pudieran tener si algo llegaba a suceder de forma personal, sin embargo ese no era el momento de que supiera sobre el "pequeño" juego al que se había metido ya que, conociendo a Shindo sería una reacción muy peligrosa que ni a Yu le gustaría recordar.
— Bien te dejaremos para que vayas cumpliendo tu castigo, mandas la foto en buena calidad — colgó Kimizuki con algo de sarcasmo en sus ultimas palabras, dejando en la llamada al castaño que se sentía aún preocupado por el ojos verdes.
—Ese maldito hijo de-
—N-Nos vemos, Yū-kun — dijo por ultimo dejando la linea de comunicación.
Yū por más que necesitaba tomar la suficiente valentía de abrir si quiera a arañazos era como si la caja tuviera una maldición y no una prenda demasiado vergonzosa que podría acabar en segundos con la poca reputación que tenía, y si lo pensaba más el tiempo avanzaba en su contra amenazando de que su decisión final sería hasta unos minutos antes de la llegada del rubio.
—¡Aghhh! ¡S-Solo es una estúpida foto! — exclamó tomando la caja en sus manos y romperla con desesperación hasta llegar a descubrir su contenido. Sus manos se notaban nerviosas por el tipo de diseño que había elegido ese chico de lentes burlón al que se le ocurrió semejante idea de pagar la pérdida de esa forma, y sobretodo quedaba aún más patético acceder a ella.