Capítulo 3

2.2K 108 0
                                    

Narra Pilar

Subo y tiro mi mochila en la cama. Me recojo el pelo en una cola de caballo. Miro a mi alrededor el desorden en mi habitación. Me río y voy a buscar a mi madre a las habitaciones. No encuentro. La llamo.
- Hola mama, como estas?
- Hola mi amor, bien y tu? Cómo estuvo el ensayo?
- Todo salió muy bien, estoy mejor. Mamá, puedo ir a Caro a la piscina?
- Piscina? Ella pensó. Vas solo?
Qué pregunta fue esa? Ya tengo 18 años.
- Vas Purre, Rena, Simon, Caro y Dani
- Las parejas, se rió. Utiliza protector Pili y juicio. Te quiero.
Mi madre estaba loca.
- Te quiero tambien mamá, besos.
Fui a mi habitación probándome unos bikinis. Agarré un top rosa, estaba poniendo el top y ella hacia abajo para agarrarlo.
- Pilar?
Oigo la voz de Purre. Y agarro una toalla para cubrirme rápidamente. La puerta se abre en el mismo momento.
- Dejaste la puerta abierta y ...Él mira la situación y al ver mi reacción estalla en carcajadas.
- Ya no puedes tocar la puerta? Digo enojada.
Sé que mi cara debe estar completamente roja. Ajuste la toalla a mi cuerpo.
-Sal de aquí Purre, para cambiarme.
- Pare el drama Pili, está en bikini como estará en la piscina en un momento.  Se detiene y me mira atentamente. - Bueno, con suerte con la parte superior del bikini, porque no quiero distraerme y ahogarme.
Se ríe y se acerca a mí.
- José Giménez quédate donde estás.
Hablo en tono de amenaza. - No me hagas enojar. Estrecho mis ojos y él da otro paso. Levanta los brazos, riendo y luego se aleja cerrando la puerta del dormitorio.
Respiro un suspiro de alivio. Me puse el bikini. Un par de pantalones cortos de mezclilla y una blusa blanca.
Cuando salgo de la habitación, noto su mirada sobre mí. Estaba tratando de enojarme?
- Te vas con estos pantalones cortos?
Él levanta las cejas.
- Por qué? Quieres que vaya de burka?
- Claro que no.
Dice riendo y luego se muerde el labio inferior. Voy delante de él y me doy cuenta de que está mirando mi trasero.
- Purre! puedes parar?
Digo girando y apoyándome contra la pared, con los brazos cruzados a la altura del pecho.
- Con qué?
Él pregunta en un tono inocente.
- Para de mirarme así. Le frunzo el ceño.- Esa mirada pervertida.
- Soy así contigo. Él sonríe agarrando mi cintura.
- Ahhh sí. Estrecho mis ojos. - Yo y la mitad de Buenos Aires.
Se ríe y sacude la cabeza. Entonces solo inclínate y dame un besito. Me quedo quieta. En choque.
Levanto las cejas y me alejo.
-  Que pasó? Él frunce el ceño.
- Por qué me besaste? Prácticamente grito.
- No te besé, Pilar. Me mira riendo, disfrutando de mi confusión. - Solo te di un besito, haremos más que eso en el show. Se encoge de hombros como si no fuera gran cosa.
- Vos eres muy fresca.
- Fresca?
Ya estaba peleando con él. Qué pasó aquí ahora? Pensé.
- Pero aún te amo.
Dice acariciando ligeramente mi cintura.
- No és más que tu obligación.
Digo presumida y miro hacia un lado.
Seguía demasiado cerca.
- Estás enojada?
- Eres un tonto
Viro los ojos. Ya no podía asociar las palabras.
- Aburrida
Parece aguantar para no reír.
- Insuportable.
Te miro a los ojos. Su nariz casi roza la mía, y de repente me siento sin aliento. Sus ojos brillan y sus labios se curvan en una sonrisa traviesa.
Mi pulso se acelera.
Él pone ambas manos en la pared, una a cada lado de mi cuerpo. Me clavó contra la pared.
- Callate la boca.
Él ordena en voz baja. Sacudo la cabeza Ya no pude encontrar mi voz.
Se detiene y me mira por unos segundos. Antes de que tus labios toquen los míos.
Estoy sorprendida, incluso sabiendo que era su intención desde que comenzó a molestarme.
Segundos después, mi cuerpo reacciona de nuevo, entrelazando mis brazos alrededor de su cuello. Siento que tu lengua se entrelaza con la mía. El beso es lento, pero al mismo tiempo siento la urgência cada vez más que presiona su cuerpo junto al mío.
Su mano baja por mi cuerpo, alisando con la punta de sus dedos. Parte de mi conciencia dice que esto está mal, y la otra parte solo quiere besar esos labios perfectos de Purre.
Tus labios dejan los míos antes de que pueda quejarme. Purre mordisquea mi oreja y pasa sus labios hasta mi cuello. Luego me mira, me da otro beso rápido y finalmente da un paso atrás.
- Logré callarte
Se ríe y me mira fijamente.
No puedo decir nada, solo sigo tratando de estabilizar mi respiración. Su cabello está desordenado, su camisa está arrugada y sus labios ... hinchados de rojo. Yo debería ser igual. Miro al piso.
- Pili?
Parece preocupado e intenta acercarse a mí otra vez.
Me alejo de él. Mi respiración ya está más tranquila. Me siento en el sillón.
- Pilar, qué es eso?
Se arrodilla frente a mí y saca un mechón de cabello de mi cara.
- Qué fue eso?
- Yo no ... lo siento ...
Levanté un dedo para silenciarlo.
- Me siento culpable
- Culpable? Su tono fue de sorpresa.
- Acabo de romper una relación, Purre.
- Ah..
Tu expresión se vuelve compresiva.
- Eso estuvo muy mal. Y ... no quiero lastimarte, ni nada, pero no quiero comprometerme con nadie.
Terminé hablando mirando al piso, sabría que las cosas iban a cambiar entre Purre y yo. Íbamos a estar avergonzados y torpes uno al lado del otro.
Se ríe y levanta mi barbilla para mirarlo. Tu mirada es tranquila al igual que tu voz.
- No me lastimarás, Pili. Me siento aliviada tan pronto como dice eso.
- Te amo, pero no así. No es un compromiso serio, entiendes?
Estoy de acuerdo con la cabeza.
- Eres mi mejor amiga, mi chaparrita, nada cambiará. Él le da esa sonrisa traviesa.
- Bueno, solo algunas cosas.
- Le haces esto a todas tus amigas?
Levanto una ceja.

Era obvio que Purre les hizo eso a todas. Siempre fue así, coqueto.
Se ríe y niega con la cabeza.
- Creo que es bueno.
Lo digo en tono de broma, pero resulta posesiva. Me maldigo mentalmente por esto.
- Apenas hemos comenzado y habrá una crisis de celos?
Él dice con una sonrisa.
- Empezamos? Yo frunzo el ceño. Y dejo caer la cabeza un poco a un lado.
- Y qué empezamos?
- Una amistad con derechos
Dice petulante
- Amistad colorida? Pregunto recordando al nombre.
- Sí, una hermosa y colorida amistad.
Luego puso su mano sobre la nuca de mi cuello. Y llévame para otro beso.

Sí, podría acostumbrarme fácilmente a esta idea.

AMIGOS CON DERECHOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora