Prólogo

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El pasado ha sido desperdiciado por mis tiempos hacia ti. Todo mi tiempo se concentraba en mirarte, ¿y tu lo notabas?, ¿notabas que donde tu estuvieras, yo estaba?, probablemente ni me conocias, mis miradas intensas hacia tus cabellos dorados. Mi preocupación por ti, fué en vano, mis risas mañaneras solo se concentraban en ti, todo por ti. Todo mi tiempo eras tu, pero te empecé a olvidar, mis oportunidades de hablarte se acababan, no podía mirarte a los ojos, era muy notoria mi emoción y amor por un ser humano como tu, mi rubio amor, ni de película, ni de final feliz; mudas miradas y risas descontroladas.

Pero me aburrí de ti, si yo no daba el paso, nadie lo haría. Pero hubo alguien más, donde mis ojos ocuparon el mayor lugar en él. Ahí estabas tu, frente a tu puerta de tu sala, con las manos en la espalda y sonríendo como si no hubiera un mañana, junto a una pelota, tus canillas al viento, nada que decir, frente a mi, eras el mejor monumento para apreciar, una sonrisa se dibujo en mi rostro, desde el momento preciso en que mis ojos se clavaron en ti, supe lo que era la felicidad, supe que es tener un motivo de cada día, para la sonrisa más sincera de todas, la de una joven enamorada de la vida, sobre todo si estas tu en ella, en mis ojos, en mis pensamientos, en mi ser.

Solo quiero decirte que haré lo imposible para tenerte junto a mi, y no solo en mis miradas lejanas, querido, tus años de diferencia comparados conmigo son la nada misma, comparados con lo que siento por ti, preparate.

Él, menor que yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora