20. ¿Señal?, ¿recuerdo?, y pastillas de la abuela

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Llegamos a la heladeria, pedimos uno grande para los dos. Mientras Mathew fué a pagar, abrí el pequeño frasco de las píldoras para dormir de mi abuela y las mezclo con el helado, en especial en su lado. Cuando veo a Mathew volver, hago que estoy comiendo.

-¿Ya te adelantaste?.

-Um, sí, está rico, pruébalo.

Mathew se da una primera cucharada, y sigue otra tras otra, las pildoras son adictivas, hasta que lo acaba.

-Ups, no te deje.

-Tranquilo, no tengo hambre.

-Estoy mareado, mis ojos se cierran solos.

-¿Te traigo agua?.

Mathew asiente con la cabeza y voy a buscarle un vaso con agua, mientras lo pido, le hecho más píldoras.

-Cuando vuelvo Mathew se ha dormido sobre la mesa, mi trabajo está hecho.

Me voy sonriente, como si no hubiera pasado nada, púdrete.

Me voy a paso rápido de la heladería, como si hubiera cometido un homicidio, cuando sigo caminando, paso por una tienda de pinos, me quedo admirando lo grandes que son, entre sus ramas, pasa caminando un chico, se parecía mucho a Will.

Entro y veo a su madre comprando un pino pequeño, me escondo entre los demas pinos, si me descubre, me volverá a matar.

-Vamos hijo.

-Pero mamá, ese es feo.

-Ni que tu fueras tan bonito.

Escucho su conversación entre el pino más grande, cuando veo que Will se acerca al pino donde estoy yo.

-Mira mamá éste es grande y bonito para el jardín.

Lo comienza a tocar, y yo me trato de escabullir entre su frondosidad, no tengo por donde escapar, a los lados no hay nada, William comienza a darse la vuelta al pino, pero su madre viene y lo toma del brazo bruscamente.

-Vamos, no compraremos otro pino, andando.

Ellos se van y yo suspiro de alivio, por poco me descubren, puedo apreciar como el vendedor se acerca a mi.

-Disculpe, ¿necesita algo?.

-¿Ah?, eh no, digo, lindos pinos, solo quería ver lo lindos que eran.

-¿Está bien?.

Le doy una sornisa y salgo corriendo de la tienda, no veo a Will y a su mamá, comienzo a mirar por todas partes, corro por la calle, hasta que de cruzando la calle veo a la mamá de Will, corro para alcanzarla, mientras detrás mio, oía que un niño gritaba a su madre, pensé que era un pequeño perdido, pero cuando me giro, el pequeño niño que resultaba ser Will, chocó contra mi.

-Lo siento.

Me mira y se asusta, se sorprende.

-¡Pola!.

-¡Will!.

Me abraza y yo a él.

-¡¿Dónde estabas?!.

-Te lo dije, mamá me tiene aislado.

-Ya sé, pero se quien nos delató con ella.

-¿Quién?.

En ese momento su madre llega y lo aparta de mi vista.

-Dije que nunca, nunca, volverías a ver a mi hijo.

-¿Y qué estoy haciendo ahora?.

Su madre bota el pino y me toma del cuello.

-Escúchame niña si digo algo se hace, y tú no volveras a ver a mi bebé, ¿está claro?.

-¡No es un bebé!, reaccione un poco señora.

-¡Y usted eres una controladora!.

En medio de la pelea llega Mathew y nos separa, mientras me abraza yo le pego.

-¡Suéltame hipócrita!.

-¿De qué hablas?.

-Tú nos delataste con esta señora para que nos separaramos, y mi hermano también, lo sé, él me lo conto todo.

-Pola, no es lo que crees.

-¡¿Y qué mas va a ser?, ¿qué otra cosa puede ser?, celópata.

William se mete en la pelea.

-Ya era obvio, no me sorprende, eres mi rival.

-Ay hijo, que son estos juegos que tú y tus ex amigos hacen, malas juntas.

La madre de William se mete en la pelea.

-No son juegos de niños suegra mia, déjeme explicarle, Mathew nos quiso separar, él es mi ex, su hijo y yo somos ya una pareja bonita, bueno, eramos, gracias a Mathew y a usted, que se le pararon los nervios de punta.

-¿Y qué tengo que ver yo en todo esto?.

-De usted depende que su hijo esté con el amor de su vida.

La madre se ríe.

-Juegos de niños pequeños, ¿sabes?, hice mal en separarte de ella, total, son jovenes, mi mamá siempre me decía, vive la vida, ¿y qué paso?, nació William.

-Tranquila suegra, no habrá guagua aquí.

-Está bien, vé con ella Will, pero te vienes temprano a la casa.

William asiente con la cabeza y nos vamos, pero Mathew, que aún seguía parado allí, viene corriendo hacia mi.

-¡Oye!, ¿me cambias así nada más?.

-No te he cambiado, nunca fuimos nada.

-Claro que sí, hasta me llamabas amor.

William comienza a ponerse celoso, pero desconcertado.

-¿Qué está pasando?, ¿me cambiaste mientras me fuí?.

-No, es una larga historia.

-Si son algo ya no vale la pena que estemos aquí, ¡mamá!.

-No seas inmaduro, y déjame que te explique.

-Vamos, explícame.

-Que latero, es demasiado largo, vamos Mathew, cuéntale.

-Es muy largo, en fin, la embarré, no somos nada, nunca lo fuimos, sean felices.

Mathew se va caminando, vemos como se pierde entre la multitud de gente.

-Nunca, jamás vuelvas a irte de mi lado.

-Lo prometo.

Pero de pronto, todo se comienza a distorsionar, la imagen de Will comienza a desaparecer entre mucha gente, por más que intento seguirlo, mis pies no reaccionan, en ese instante algo me agarra de la cabeza, oígo que me gritan.

-Abre los ojos, despierta.

¿Qué?.

Siento que todo se vuelve negro y espeso, cuando logro despegar la cabeza, de una grande bola de helado.

-¿Qué ha pasado?.

-Estabas durmiendo en el helado cuando volví del baño.

Vaya, me ha hecho efecto a mi.

-O sea que, ¿todo fué un sueño?.

Mathew solo me mira, y me muestra el frasco de pastillas de la abuela, con mirada irónica.

Él, menor que yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora