𝐒𝐄𝐀 𝐎𝐅 𝐌𝐎𝐍𝐒𝐓𝐄𝐑𝐒 || PJO 🔱

Capítulo VI

"Acepto regalos de un extraño..."

Tal como lo veía Tántalo, los pájaros del Estínfalo estaban ocupados en el bosque y que no nos hubieran atacado de no ser por nuestra forma de conducir los carros.
Aquella tontería era tan injusta que le dije que se fuera a perseguir donuts a otra parte, lo cual no mejoró las cosas. Nos castigó a Tyson y a mí durante tres días limpiando las cocinas junto a las arpías en el turno de tarde, que lavaban los platos con lava pura para eliminar el 99,9 por ciento de las manchas.

A Tyson no le importaba sumergir sus manos desnudas, pero yo tuve que enfundarme unos guantes y aún así me quemé. Tántalo había ordenado un banquete en honor a la victoria de Clarisse por lo que además había una gran cantidad de platos extra.
Cuando terminé, me dirigí a la enfermería en busca de algo que aliviara las quemaduras.

— Lo siento, Jackson, si no es una urgencia te vamos a tener que pedir que te pases luego. Estamos desbordados.

— Lo sé, Fletcher, pero de verdad necesito algo. Me toca aguantar otro turno después.

El hijo de Apolo resopló y me indicó que lo siguiera. Tras pedirle a uno de sus hermanos que me atendiera, y que éste me pasara a una de las hamacas, me quedé solo alrededor de quince minutos esperando a que me dieran algo.

— Gracias por venir. — escuchaba la voz de Michael Yew a varias camillas de distancia — Estamos hasta el cuello y necesitamos ayuda.

— No es nada, ¿de qué me ocupo?

Una voz de chica, que se me hacía nuy familiar, parecía acompañarlo.

— Heridas leves y golpes, la gente sigue viniendo cuando los roza algo entrenando.

— Vale. Si necesitas ayuda con lo que sea, grita.

Me levanté dispuesto a irme y choqué con alguien. La chica que nos trajo desde Meryweather me miró con fastidio, pero en cuanto se dio cuenta de las quemaduras me ordenó que me sentara otra vez y fue a por un botiquín.

— Voy a arriesgarme y decir que eso no te lo has hecho entrenando.

— Fregando platos. — ella alzó una ceja — Las arpías de la limpieza usan lava.

— Skylar. — uno de los chicos de Apolo se acercaba hacia nosotros a toda prisa — A una de las chicas se le ha complicado la herida, en cuanto puedas ve.

Mientras hablaban en una jerga médica que no entendía caí en algo. Skylar.
Ella era la chica a la que Grover me había dicho que pidiera ayuda, y también era la amiga de Tyson.
Se volvió a toda prisa y rebuscó en los cajones del mueble junto a la camilla.

— Te daré algo que lleve eucalipto para la quemadura. Si sigue mal, vuelve en un par de días.

— ¡Espera! ¡Tengo que hablar contigo de una cosa, es importante!

— Sea lo que sea, puede esperar.

Dicho eso, se acercó corriendo hasta otra de las camillas en la que una chica de la cabaña de Afrodita tenía un corte muy feo en el brazo.
Varias horas después volví a pasar por la enfermería en busca de Skylar, pero los chicos de Apolo me dijeron que se había ido con uno de sus hermanos.

Recordé las palabras de Grover con vestido de novia. La cabaña de Hermes.
Seguramente estuviera con los Stoll, y en el peor de los casos sabrían donde encontrarla.

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Toqué varias veces a la puerta mientras rezaba para que no me recibieran con alguna de sus típicas bromas.